5.000 miradas, una sola devoción

Dos murales del Gran Poder, hechos con fotos de devotos, son la estrella de ‘Las huellas del Señor’

26 may 2015 / 21:47 h - Actualizado: 27 may 2015 / 08:58 h.
"El Gran Poder"
  • Uno de los collages hecho con fotos de devotos del Señor. / Pepo Herrera
    Uno de los collages hecho con fotos de devotos del Señor. / Pepo Herrera
  • El hermano mayor y el presidente del Labradores junto a los comisarios de la exposición. / Fotos: Pepo Herrera
    El hermano mayor y el presidente del Labradores junto a los comisarios de la exposición. / Fotos: Pepo Herrera
  • Reproducción del azulejo de San Lorenzo.
    Reproducción del azulejo de San Lorenzo.
  • Uno de los paneles de la exposición.
    Uno de los paneles de la exposición.

No faltan los rostros del papa Francisco, del arzobispo Asenjo o del cardenal Amigo. Tampoco los de antiguos hermanos mayores de la cofradía, como Rafael Duque, Antonio Ríos o Enrique Esquivias, ni los de hermanos mayores de la Madrugá actuales, en un guiño a las compañeras de jornada. Y así hasta las 5.000 fotografías a tamaño carné, de sus hermanos, fieles y devotos, que componen cada uno de los dos colosales mosaicos con el rostro del Nazareno de Juan de Mesa que presiden la exposición Las huellas del Señor, inaugurada este martes en el patio central del Círculo de Labradores para conmemorar el 5o aniversario de la consagración de la que hoy es basílica de Nuestro Padre Jesús del Gran Poder.

Con unas dimensiones de tres metros de alto por dos de ancho, estos collages, uno en blanco y negro y otro a color, han sido confeccionados ex profeso para esta exposición por el fotógrafo y artista contemporáneo Fran Lorka, quien ha empleado «tres meses de trabajo» en retocar, recortar y pegar a mano, una a una, las millares de fotos que componen tan singulares piezas. El montaje se ha realizado sobre dos fotografías del Gran Poder separadas entre sí por medio siglo:_una es de 1965 –el año de la bendición de la basílica– y pertenece al archivo de la hermandad; la otra es de este mismo año y ha sido realizada por Roberto Pardo. «El 90 por ciento de las imágenes que componen estos dos collages son de hermanos nuestros y están tomadas de las fotografías de las fichas de hermanos», explicó en la rueda de prensa de presentación de la muestra el hermano mayor de la corporación de San Lorenzo, Félix Ríos quien, al referirse a estas obras, condensó en una sola frase ese vínculo indisoluble entre la ciudad, las gentes que la habitan y la imagen que tallara Juan de Mesa en 1620. «El Señor no es más que la suma de todos nosotros y todos nosotros somos el reflejo de su cara».

Si el espectador aguza la mirada, podrá percatarse de que entre los miles de fragmentos que dan forma al rostro del Señor también hay imágenes del Nazareno, de la Virgen del Mayor Dolor y Traspaso o de la cofradía en la calle. El gusto por la manualidad y el lenguaje contemporáneo se dan la mano en estas obras para plasmar una devoción de siglos. Diferentes generaciones grabadas, como fragmentos de vida, en las imperfecciones de su divino rostro. «Las personas representadas en estos dos grandes collages son simplemente portavoces en el tiempo presente de siglos de devoción», aseguró el historiador Javier Rodríguez Barberán, comisario junto a José Luis Gómez Villa de una exposición que podrá admirarse hasta el próximo 14 de junio en horario de 10 a 14 y de 17 a 21 horas.

Pero no han sido éstas las únicas piezas creadas ex profeso para la muestra. Del fotógrafo José Antonio Zamora son las dos series de 24 fotografías que retratan de manera singular, y siempre con la misma perspectiva, la plaza de San Lorenzo y el interior de la basílica. Durante tres meses, su mirada inmortalizó luces, sombras y una gama infinita de colores, plasmando ambos escenarios de día y de noche, con lluvia y con sol, con gente y en la más absoluta soledad. Su cámara ha retratado incluso estampas antes nunca vistas, como algunas que corresponden a un momento tan íntimo cual es el de la organización de la cofradía desde el interior del templo en la pasada estación de penitencia. Una de ellas muestra, por ejemplo, el instante en que el paso del Señor ya ha abandonado la iglesia mientras que el palio se dispone a salir, y otra instantánea refleja la soledad de una basílica vacía cuando la cofradía ya está al completo en la calle.

En la exposición, que a decir del hermano mayor del Gran Poder hace visible «de una manera sencilla, elegante y conforme al espíritu de la hermandad», los escenarios en los que el Señor ha dejado su huella a lo largo de los siglos, también puede admirarse el original del cartel del cincuentenario de la basílica, obra de Daniel Bilbao, junto a los bocetos que cristalizaron en esta obra.

La muestra, según explicó Gómez Villa, se articula en dos grandes recorridos: uno primero muestra la evolución histórica de la hermandad desde su creación hasta su asentamiento en la parroquia de San Lorenzo y la consolidación del Señor como la gran devoción de la ciudad; el segundo se detiene en el proceso de edificación de la basílica hasta su bendición el 28 de mayo de 1965.