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Dani Ceballos, en un entrenamiento de la semana pasada / Inma Flores
El futuro de Dani Ceballos es un asunto que no pasa de moda en Heliópolis desde hace demasiados meses. La renovación del canterano estuvo a punto de ser una realidad antes de que cambiase de agencia, pero el paso de You First Sports a Bahía frustró el principio de acuerdo que había y todo partió casi de cero. Tras meses de encuentros y desencuentros, Pepe Mel anunció un nuevo cónclave para este martes. Y se celebró. El director deportivo, Eduardo Maciá, y el vicepresidente Ángel Haro se vieron con Margarita Garay y ambas partes salieron con una buena impresión pero sin avances muy significativos.
La conclusión más positiva es que el diálogo se retomó y no hay ninguna ruptura, que ya es algo tras semanas en blanco. La otra base para el optimismo en el Betis es que Dani Ceballos quiere seguir y Bahía no cierra la puerta a la renovación, como es natural. Los representantes verdiblancos, además, obtuvieron una especie de compromiso, por supuesto verbal, de que la eventual marcha de Dani Ceballos, un desenlace nada descartable, no sería gratis, sino que le reportaría algún beneficio. Ahora mismo, en el peor escenario, el utrerano se irá libre al final de esta temporada, aunque de aquí a marzo puede entrar en la lista de compensación, lo que cambiaría el contexto pero generaría más tensiones entre el jugador y el club. Si se va en 2016, el Betis cobrará nada o muy poco por un jugador que a pesar de su pérdida de protagonismo en Primera continúa estando muy cotizado (según la web especializada transfermarkt.com, su valor de mercado es de 5 millones).
El hecho de hablar de una salida pactada da idea del difícil horizonte que tiene el Betis por delante con Dani Ceballos. La intención del club, en todo caso, sigue siendo renovarlo y para eso le ofrece un contrato progresivo, con mayores réditos económicos para el chaval cuanto más vaya jugando, que obviamente le garantiza un fijo muy superior al actual (unos 150.000 euros). En La Palmera también están dispuestos a no desorbitar su cláusula de rescisión, que quizá rondaría los 15 millones (ahora son 12). El Betis flexibiliza algunas de sus condiciones para tratar de convencer a la otra parte.
Hace días, Haro adelantó que la solución sería «inminente». El objetivo del Betis, en efecto, es acabar lo antes posible con esa fuente de tensión e incertidumbre para que el jugador se centre al fin en el fútbol. El domingo no jugó un minuto y al día siguiente Mel (también de Bahía) advirtió que dimitiría si el club lo obligaba a dejar a Ceballos en la grada.