10 artistas de píldoras (y no tanto) audiovisuales del los ‘80 y ‘90

Hablamos de diez artistas audiovisuales tremendos, muchos de los cuales despegaron por aquel entonces, durante los ‘80 y los ‘90, pero que siguen trabajando en un medio que penosamente se ha precarizado aún más a causa de la piratería. El videoclip supuso una enorme revolución en la industria musical. Música, letras y la imagen arrolladora, original o melancólica, pasaron a estar unidas de manera indisoluble. Todo cambió con ellos y, luego, todo ha cambiado (casi) sin ellos

18 nov 2017 / 08:30 h - Actualizado: 17 nov 2017 / 11:08 h.
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  • Una escena de «Thiller», el clip más famoso de todos los tiempos. / El Correo
    Una escena de «Thiller», el clip más famoso de todos los tiempos. / El Correo
  • 10 artistas de píldoras (y no tanto) audiovisuales del los ‘80 y ‘90

Parece que todo lo que hoy se hace en la industria del videoclip en Europa tiene una deuda con toda una escuela de realizadores norteamericanos (algunos siguen haciendo cine y series como David Fincher o Spike Jonze) que situaron el audiovisual contemporáneo más allá de sus propios límites.

Tratemos de valorar y poner en solfa tanto la técnica stop-motion como la rotoscopia u otras muchas que hoy se realizan digitalmente directamente desde el ordenador de miles de freelancers; algo que anteriormente precisaba del trabajo en formato cine y que, sin este, era impensable.

La pieza del videoclip, siempre muy unida a los intereses de las discográficas, más que a las presentaciones de las piezas en festivales, se ha situado habitualmente junto a la necesidad de una gran cantidad de talento visual, sincronizando música y letras con conceptos, así como de energía por parte de sus artífices. Una energía similar a la del rodaje de un cortometraje o spot publicitario, encaminada a vender una canción, LP o CD, por más que estos formatos igualmente, debido a la piratería, hayan quedado algo relegados al ostracismo de iTunes o Spotify, entre tantas otras herramientas virtuales que permiten consumirla a partir de conexiones telefónicas que favorecen siempre a los mismos. Hablamos de artistas anteriores a Napster o Emule, que tuvieron también la fortuna de conocer tiempos mejores. Si bien la música y el concepto visual que el artista o artesano es capaz de sacar de ella, está en constante reinvención en este sentido.

Stephen R. Johnson

Desaparecido en enero de 2015. A su estupendo currículo como realizador de videoclips, hay que sumar su faceta como animador en plastilina, pintor y escritor. Suyas son piezas como «Big time» o «Sledgehammer» (premio MTV) de Peter Gabriel, habiendo trabajado igualmente para grupos como Talking Heads o Dire Straits. En concreto, el vídeo de «Sledgehammer» fue pionero allá por 1986 en la utilización de la plastilina para simular objetos reales que simulaban sueños en la cabeza del cantante, consiguiendo esa plasticidad que le daba aquel concepto ahora tan infantil como fugaz. Todavía hoy se utiliza esta técnica manual de stop-motion, siendo el valenciano Pablo Llorens uno de sus más conocidos artífices, sobre todo en el campo del cortometraje.

John Landis

Nacido en 1950 en Chicago. Este realizador de auténticos blockbusters de los 80 como «Superdetective en Hollywood», «Top secret» o «Espías como nosotros», fue el artífice de una pieza musical de treinta minutos de duración en torno al tema «Thriller» de Michael Jackson, a quién le debió unir alguna amistad. El guion de la pieza hoy pudiera parecernos rudimentario, pero Landis y su productor Quincy Jones fueron osados, en tanto en cuanto, pretendían evocar una atmósfera mejor dotada presupuestariamente que las películas de George Romero. Los niños de aquella época aprenderíamos el significado de la palabra zombi, gracias a esta pieza que nunca terminábamos de ver entera de una sentada.

David Fincher

El director de «Seven», «El curioso caso de Benjamin Button» o «La red social», tiene en su haber unas cuarenta realizaciones audiovisuales en torno a músicos pop. Artistas como Madonna, George Michael, Aerosmith, Johnie Hates Jazz o Billy Idol, han confiado sus canciones a su estilo visual único y donde prima una visión publicitaria del producto final, así como un sentido de las coreografías que, en ocasiones, resulta ser ambiguo, pero no desdibujado, en tanto en cuanto es capaz de sugerir (¿qué es la música si no?) nuevos e interesantes sentidos a lo que en cada ocasión se canta. Un claro ejemplo es «Express yourself» del LP «Like a prayer».

Oskar Fischinger

Si hacemos arqueología del videoclip y de los rudimentos necesarios para su posterior montaje y post-producción, cabe citar a este pintor y director de cine alemán, sin el que el diseño 3D no sería lo mismo. Desaparecido antes de los 70, dejo para la posteridad el primer videoclip de «Money for nothing» de Dire Straits, donde un chico demasiado cuadrado junto a un perro no menos extraño, hoy a nuestros ojos, veía actuar en la tele de su salón a la banda en cuestión. Estas primeras imágenes sirvieron para vender el formato CD como pionero frente al LP de 33 o 45 revoluciones por minuto.

Chris Cunningham

Británico nacido en 1970, logra una sofisticación mucho más conseguida en cuanto al uso de la animación dentro de la pieza, pero sin duda deudora de aquella. En cine, trabajó en el departamento de efectos especiales de Kubrick y, también, con Fincher. En cuanto a su trabajo para la industria discográfica, se llevó un premio MTV en este apartado por «Frozen» de Madonna, habiendo trabajado igualmente para Placebo, Björk, Portishead o The Horrors. También resulta ser un consumado, original y diferente, videoartista.

Derek Burbidge

Supone un claro ejemplo de tesón y trabajo en la época dorada del pop. Por su dirección pasaron «The Queen», «AC/DC» o «The Police» por citar sólo a los más importantes, siendo además un corredor de fondo, que sin salirse de su obsesión por la música, también rueda documentales, el último de los cuales tuvo como protagonista a Bruce Springsteen y se terminó de montar en 2005, a pesar de que era un concierto anterior en treinta años.

Steven Barron

Irlandés nacido en 1956. Es otra figura que comparte lides cinematográficas con algunos de los autores citados. En el campo del videoclip fue pionero en la utilización de la rotoscopia (consistente en el dibujo animado sobre imagen real que no se ve, que en el caso que nos ocupa («Take on me» de A-ha) simulaba la textura de una tiza sobre una pizarra). Otros músicos que han trabajado con él son David Bowie, Dolly Parton, Paul McCartney o Def Leppard. Si, en el caso de Fischinger, la geometría era mucho más importante que el dibujo, en este realizador es todo lo contrario.

Spike Jonze

Realizador de cuatro films que van de «Cómo ser John Malkovich» a «Her», le sucede como a Cunningham en cuanto a la abstracción del sonido con el que trabaja. Grupos como Sonic Youth o The Breeders configuradores del indie de los 90 por excelencia, así como otros más conocidos como R.E.M., Pavement o Beck, dan debida cuenta no sólo de su evolución como realizador, sino de cómo este tipo de música ha ido ganando en matices, convirtiéndose así en referente.

Michel Gondry

Nacido en Versalles en 1963. Su carrera como realizador de videoclips comenzó allá por 1987, pero tardó en despegar, empezando con canciones que hasta los 90 no alcanzarían la proyección internacional deseada. Desde entonces le ha dedicado una energía y talento enormes, al menos hasta 2016, en que rodó el tema «City lights» de The White Stripes.

Mark Pellington

Natural de Baltimore. Se trata del director de «Arlington road» (Tim Robbins y Jeff Bridges). Se ve que le gustan los grupos donde la guitarra acústica es importante, predominando versiones sucias o de gran voltaje en cuanto al sonido. INXS, U2, Pearl Jam o Foo Fighters son un ejemplo de ello, un estilo intermedio entre el asociado a Burbidge y el de Spike Jonze.

Un momento del clip «Sledgehammer» (premio MTV) de Peter Gabriel. / El Correo