Azul , Cervantes y Martín Fierro
En la que se conoce como Casa Ronco de la ciudad de la provincia de Buenos Aires llamada Azul, se encuentra una fabulosa biblioteca cervantina. La ciudad, de hecho, es cervantina desde 2007. La casa que perteneció al abogado Bartolomé José Ronco y a su esposa, resulta un lugar mágico, entrañable; una invitación a que la imaginación del visitante se despliegue.
Azul es una población situada en la provincia de Buenos Aires, su paisaje pampeño ofrece a la vista inabarcables llanuras y centenares de vacas en medio de un pasto verde que parece no agotarse a través de la ventanilla del autobús. Amplias calles flanqueadas de plataneros centenarios conservan todavía el aire de ciudad de principios de siglo XX. Algunos rótulos de comercios están oxidados por el efecto del tiempo y se bambolean causando un sonido chirriante que solo interrumpe el paso de un coche. A las cinco de la tarde hay poca gente por la calle. Atravieso las quince calles que me llevan a la plaza central llamada San Martín, como en todas las poblaciones argentinas, en homenaje al libertador de Argentina del Reino de España.
Azul tiene una casa llamada Casa Ronco que alberga la colección de libros de Cervantes más grande fuera de España. La casa produce escalofrío. Pertenecía al abogado Bartolomé José Ronco y a su esposa, María de las Nieves Clara, a la que llamaban Santa. Tuvieron una hija en 1909 llamada Carlota Margarita. Todo, hasta los papeles de las paredes están tal como lo dejaron sus dueños. La viuda falleció en 1984, treinta y dos años después que su marido. La entrada es la misma que mantuvieron cuando era un despacho de abogados y la casa familiar. La sala de estar con las mismas alfombras ya desgastadas te invita a posar los pies y detenerte. Las habitaciones, llenas de librerías así como los cuadros colgados en la pared, te hacen sentir en un tiempo que solo conoces por algunas películas y lecturas, pero sabes que existe porque lo sientes. La falta de iluminación ha hecho posible que se conserve el interior con todos sus objetos, ocultar la luz ha servido para proteger la valiosa biblioteca que contiene la casa de más de seiscientos metros cuadrados. Una dedicada a Cervantes y otra dedicada a Martín Fierro. Las cortinas y ventanas permanecen cerradas a cal y canto. Una joven muy atenta me explicó, con todo tipo de detalle, las particularidades de cada edición del Quijote, desde libros diminutos a traducciones diversas, así como ediciones de todos los gustos siendo la casa un tesoro por las joyas bibliófilas que contiene. Los libros eran encuadernados por la esposa -me explica la joven-; además, el señor Ronco construyó todas las estanterías a medida. Santa también coleccionaba minúsculas botellas. Ambos, coleccionistas y obsesivos. Su única hija se murió cuando cumplió quince años de tuberculosis. Santa murió centenaria, dejó en usufructo su casa a la cuidadora. Merece capítulo aparte todo lo que he visto relacionado con las ediciones del Quijote, que no es el objeto de esta reseña. De mucho tiempo debía disponer para hacer todo lo que hizo el metódico coleccionista, en realidad concentró todo su tiempo en el mismo espacio. Me imagino a la pareja todo el día alrededor de sus objetos y libros, aferrándose al instante.
En la calle Bolívar hay una plaza inspirada en cualquier rincón típico andaluz, Cantoncillo Santa Margarita, te sientas y pareces estar en Córdoba. Hay algunos naranjos, un pozo con hierro forjado, dos columnas de color oro engarzadas a la pared que enmarca una ventana de madera verde enrejada. Una fuente en medio con un chorrito de agua, de inspiración árabe. Algunas lozas forman un curioso dibujo de un hombre con cuerpo de animal. Los bancos son de cerámica. La plaza parece abandonada, las paredes blancas están pintarrajeadas. Una placa dice: Santa y Bartolo Ronco a su hija Margarita, el 10 de marzo de 1925. Azul es ciudad cervantina desde 2007.
En la calle Bolívar hay una plaza inspirada en cualquier rincón típico andaluz, Cantoncillo Santa Margarita. / El Correo
Azul es una población situada en la provincia de Buenos Aires. / El Correo
Azul es ciudad cervantina desde 2007. / El Correo