David Castro González: Pura pasión

David Castro González ha sido el productor ejecutivo en ‘UKA’, un cortometraje de animación que ha estado nominado en su categoría en los últimos Premios Goya. A sus treinta y cuatro años ya ha rodado algunos cortos. Mira el cine desde dentro con espíritu crítico y se muestra apasionado para apasionar a los demás.

04 mar 2017 / 12:58 h - Actualizado: 05 mar 2017 / 10:51 h.
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  • David Castro González: Pura pasión
  • Fotograma del corto ‘UKA’. / El Correo
    Fotograma del corto ‘UKA’. / El Correo
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  • Cartel del cortometraje de animación ‘UKA’. / El Correo
    Cartel del cortometraje de animación ‘UKA’. / El Correo

David Castro González tiene 34 años. Murciano de nacimiento aunque criado en Burgos. David es un trabajador incansable, un enamorado de su profesión.

Comenzamos hablando de UKA, una película que estuvo nominada al mejor corto de animación en la última entrega de los Premios Goya. Hablamos del guion, del proceso de rodaje, del sentido último de lo que cuenta.

«Es, realmente, más un comienzo que otra cosa. Es un inicio para una posible serie. Por eso el final queda bastante abierto. Lo que se cuenta en UKA es cómo nos enfrentamos a un bloqueo creativo, tanto los artistas como lo que no lo son. Se trata de mostrar la posibilidad de ver las cosas de un modo distinto. Es muy sencillo y a la vez desarrolla muy bien la idea que se maneja».

Pregunto a David sobre su papel en UKA.

“He hecho la producción ejecutiva. Ya sabes que eso es un trabajo que consiste en formar todo el equipo de rodaje, el marketing posterior al rodaje... Y decidí hacerlo de inmediato. Al ver a UKA, la muñeca, me enamoré y decidí entrar en el proyecto sin ningún reparo. En el equipo tenemos una especie de eslogan que dice ‘Todo el mundo quiere a UKA’ que se ha ido confirmando con el tiempo. En realidad, quiero que lo sepas, hago animación, pero esta vez me he dedicado a otras cosas. Me meto en todo esto por pasión. Por pura pasión. Ya sabes que la necesidad de expresar es lo que manda en la vida de los artistas».

Ahora es cuando me intereso por saber de dónde llega la vena artística.

«Mi madre es pintora, mi padre fontanero, tengo como una mezcla extraña en casa, pero he vivido el arte con mucha intensidad. A los quince años ya quería ser director de cine. Experimentaba con la cámara de fotos en casa, con las diapositivas. Intentar dar vida a las cosas inanimadas ha sido algo que me ha llamado la atención desde niño. Con dieciséis me inscribí en una escuela de teatro, como actor porque en Burgos no había nada específico para dirección, y descubrí que había dos lados. Me interesó mucho esa zona enfrentada a la del actor. Terminé estudiando pedagogía que tiene mucho que ver con esto incluida la sicología que hay que tener para dirigir. Y, mientras tanto, no dejé de hacer cortos que es lo más accesible, no ya como director sino, también, como productor. Porque dirigir, tal vez sea lo mismo más extendido en el tiempo, pero producir es otra cosa. Un largo requiere de unos medios muy diferentes».

Sabiendo que el que vive el arte de cerca termina experimentando el arte en su totalidad, le pregunto si escribe.

«Escribo los guiones. Desde hace cuatro años, estoy realizando un ejercicio con el que me obligo a escribir regularmente. El proyecto es un canal en youtube con más de treinta y dos mil seguidores. Lo llamamos Lages Lag; un canal de comedia en el que junto a otros tres directores y una directora de fotografía hacemos un humor muy peculiar».

Charlamos para llegar, inevitablemente, a la situación actual del mundo del cine. Falta de fondos, de oportunidades...

«Vivir del cine es complicado. Hace años se podía salir adelante con un corto. Había más dotaciones en los premios. Ahora, de forma indirecta, sí encuentras alternativas. Yo, por ejemplo, trabajo mucho en publicidad. Pero directamente, es complicado. Ten en cuenta que el mundo del corto ha cambiado mucho. Ya no se incluyen cortos antes de las películas en los cines. En Estados Unidos sí se hace, pero aquí, seguramente con la aparición de las multi salas, se hicieron números y quitando los cortos cabía la proyección de una película más al cabo del día en cada sala. Esas se cobran y los cortos no. Así que no queda espacio por una cuestión de rentabilidad».

Con ello, se perdió la liturgia del cine antiguo. Llegabas antes para ver el corto que formaba parte de una tarde de sesión doble. Una pena para los que ya tenemos una edad.

Antes de acabar, le pido a David que me explique qué es eso de la producción ejecutiva.

«La producción ejecutiva tiene dos vertientes. Por un lado, tenemos la creativa que consiste en partir de una idea. Yo qué sé; por ejemplo, querer hacer una película en la que tenemos arañas gigantes y tomates. Y creas desde el principio un equipo para llevar a cabo esa idea. Buscas el equipo en su totalidad. La otra vertiente te lleva a conformar un equipo cuando ya te encuentras con un personaje y un guion. Se trata de dar una solución práctica para poder realizar el proyecto».

Nos despedimos hasta muy pronto A David le da tiempo a dejar una última reflexión.

«Se está dando una importancia excesiva al discurso del artista y no tanto a la obra. Y eso hace que se pierda el cuidado técnico u otros aspectos fundamentales. Si la obra es buena funciona bien. El discurso es un añadido que, en realidad, no aporta nada al arte».

Un buen tipo. Habrá que seguirle la pista. A él y a UKA que ya acumula más de 100 selecciones en distintos festivales y 3 premios.

David Castro González. / Fotografía de Borja Benito Hojas

David Castro González. / Fotografía de Borja Benito Hojas