De Maga a Delacruz

A finales de 2014, Maga, tal vez el grupo sevillano más independiente y más notable, anunciaba su desaparición. En octubre de este año hemos podido celebrar su regreso (nunca se fueron, nunca han vuelto; siempre están y estarán) con un nuevo nombre, Delacruz, y otro concepto musical en las partituras

16 nov 2015 / 19:54 h - Actualizado: 16 nov 2015 / 19:58 h.
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  • De Maga a Delacruz

Bajo las siglas de Maga, la banda gestó cinco álbumes, tres EP’s y un recopilatorio. Esta discografía estuvo dividida en dos clarísimas etapas. La tercera comienza ahora, pero es lo suficientemente independiente como para utilizar sus propias siglas.

LOS ORÍGENES

¿Quién era Maga? Maga toma su nombre del icónico personaje de Rayuela de Julio Cortázar. La Maga de la novela, de nombre Lucía, era natural de Uruguay. Su ingenuidad y naturalidad enmarcadas en un halo de ternura infinita hacen de ella una especie de alma mater en la historia. Expresaba Cortázar en sus páginas la siguiente declaración:

«Yo no me sé expresar dijo la Maga secando la cucharita con un trapo nada limpio. A lo mejor otras podrían explicarlo mejor, pero yo siempre he sido igual: es mucho más fácil hablar de las cosas tristes que de las alegres».

Y quizá eso sirvió de inspiración a Miguel Rivera, Javier Vega y David García, fundadores de la banda. «Es mucho más fácil hablar de las cosas tristes que de las alegres». Maga nunca fue una banda alegre, y no lo pretendía. La integridad de sus canciones residía en la ausencia de pretensión, en la persistencia de la esencia pese al devenir de las tendencias. Maga se desarrolló a lo largo de década y media en la que los españoles asistimos al estallido del indie comercial (¡valga la paradoja!). Y lo hizo sin despeinarse.

DOS MAGAS

Quien conoce a Maga sabe que hay dos magas, la Maga de los colores y la otra. La Maga de los colores es la banda que empezó a firmar sus trabajos con tonalidades cromáticas, en total tres álbumes: Blanco (2002), Negro (2004) y Rojo (2006). Estos tres trabajos funcionan como hilo conductor de lo que es la auténtica esencia de Maga. Tres trabajos que se superan unos a otros entre sí en una dura pugna de canciones trabajadas, hipnóticas, dulces e inocentes, paisajistas y minimalistas pero crípticas y silábicas. La Maga de los colores es la maga de los sintetizadores, de los himnos, de Diecinueve, Agosto esquimal y Piedraluna. Es la Maga de Miguel Rivera, David García y Javier Vega.

Con la nueva década llegó el cambio en todos los sentidos. De componentes, con la salida de David García y la entrada de Pablo Cabra y César Díaz. Este último, compañero de Rivera en su primer grupo Long Spiral Dreamin’, es con quien luego formaría Delacruz. De nombres, ya que por primera vez un trabajo no contaba con un color como título, sino A la hora del sol (2010) y Satie contra Godzilla (2011). Y, sobre todo, de sonido. Atrás quedaron los sintetizadores y los ritmos lisérgicos. Comenzó la era eléctrica. Guitarras, guitarras y más guitarras. Un bonito equilibrio conseguido en la tristeza de numerosos temas de A la hora del sol y en la luminosidad intermitente de numerosos temas de Satie contra Godzilla. Fruto de esto: Sal y otras historias, Hasta despertar, Hagamos cuentas o El gran final.

MAGA Y LA CIUDAD

«Hoy entiendo que mi única pasión fue el silencio» reza la voz de Miguel Rivera, alma creadora de Maga y de Delacruz en el tema Quien guarda secretos de su nuevo álbum. Quien no haya olvidado en estos diez meses a Maga, le será inevitable pensar en Silencio, ese tema que abierta y explícitamente la banda dedicaba a Sevilla en 2010 dentro del disco A la hora del sol.

El Silencio de 2010 hablaba de la otra Sevilla. Esa que cientos de sevillanos viven cada año en su semana más grande. Desamparados e incomprendidos recorriendo la ciudad ante la mirada de aquellos aficionados a la exaltación de la tristeza.

Contaba Miguel Rivera en una actuación que escribió Silencio un año por Semana Santa, cuando intentaba regresar a su céntrica casa en la capital sevillana. Calles cortadas, bullicio... desesperación. Sevilla se engalana en su semana grande hasta sus últimas consecuencias y el músico lo retrataba así, desde su punto de vista, en este mítico tema. «Hoy yo no quiero vivir en la ciudad más triste que llora por afición, y si me dejan huir descalzo y de puntillas que Dios se ha ido a dormir. He vuelto al río y dónde estaba mi casa hoy solo encuentro cruces y lanzas». A algo como esto es a lo que llaman hacer una declaración de intenciones. ¿O no?

Pero la Sevilla de Maga trasciende a la banda, y se cuela en Delacruz en la que es la joya de la corona del disco: Y ver llover. El tema, dulcemente completado con la voz de la cantautora malagueña Annie B Sweet, retrata una Sevilla de ciencia ficción. Afirmaba Rivera en una entrevista que el tema nació de su imaginación una calurosa tarde de verano en la que una tormenta estival rompió el cielo anegando las resecas carreteras de la capital. Desde su ventana era capaz de imaginar una Sevilla submarina, capaz de sanear por dentro y por fuera sus defectos y virtudes. «Vuelve a romper la primera lluvia y nunca llega demasiado pronto. La tengo que oler, la tengo que beber, que arrastre con ella los estragos del verano y acabe con él, y acabe ya con él». La lluvia es a Sevilla la purificación y el saneamiento del letargo del verano.

En estos diez meses de silencio discográfico, el vacío no ha sido tal. Salta a la vista que antes de ser publicadas, las nuevas canciones ya se habían curtido en las mejores plazas.

El 5 de febrero se estrenaban en Madrid. Anunciaban la fecha el 30 de diciembre de 2014, tan solo un día después de la creación del nuevo grupo y ya habían sido fichados por una nueva empresa de management. Su primera actuación se anunciaba como «los nuevos fichajes de Spanish Bombs». Junto a Delacruz, la propia Anna B Sweet o Delorian. Empezaron a aparecer los carteles, y quien no sabía de la disolución de Maga el nombre Delacruz debía sonarles a sánscrito. A lo largo del mes de enero apareció Y ver llover devolviendo las esperanzas.

Se subían al escenario del Teatro Barceló ese 5 de febrero presentándose tímidamente y recordando que en algún tiempo fueron Maga. Hubo quien lo descubrió esa noche.

En todo este tiempo, Delacruz (sin disco) ha estado en docenas de festivales: Medusa Sunbeach Festival, Ojeando, Festival de Les Arts o el SOS 4.8.

Sería falso decir que Maga ha vuelto. Mentiríamos si dijéramos que se ha reencarnado en Delacruz. No es eso, es otra cosa. Más bien se trata de ese algo que nunca se va. Que queda impregnado para siempre en cada uno de los sitios en los que sus canciones han sonado: en el Teatro Central, en el Lope de Vega, el Monasterio de Santa Clara o en la Plaza Nueva.

CRONOLOGÍA

11/11/2014. Maga, probablemente la banda sevillana de mayor calado y trayectoria musical dentro del panorama independiente nacional, ponía fin a un proyecto de casi cinco lustros de antigüedad. Lo que Maga ha dado a la cultura sevillana y lo que Sevilla ha dado a las canciones de Maga es algo íntimo y personal. Los sonidos de una ciudad, más allá de las palmas y el flamenco, en forma de tristes estampas costumbristas o aguas azules de río.

29/12/2014. Nace Delacruz, la nueva formación que bebe de los fundadores de Maga. Un nuevo sonido para una nueva etapa y un nuevo tiempo. Un enorme proyecto que desarrollar por delante y el viento soplando a favor.

16/10/2015. Después de diez meses de rodaje y composición, el primer disco de Delacruz sale a la luz. Diez temas muy diferentes entre sí, que aglutinan melodías y riffs que recuerdan al pasado, pero sobre todo nuevos ritmos eléctricos pesados, que rozan la psicodelia y el sonido americano. En definitiva, un nuevo concepto.

DISCO ‘DELACRUZ’, EN 10 CORTES

VIVO: Arranca el disco a golpe de guitarra y batería eléctrica. Abre el álbum como una declaración de intenciones. Todo está vivo en Delacruz, la creatividad permanece y los ritmos aparecen más marcados que nunca. La esencia musical de Miguel Rivera y César Díaz no se ha diluido, regresa más despierta que nunca.

Y VER LLOVER: La melancolía toma forma en esta canción, sugiere su perfil en un susurro de Annie B Sweet y habla del hogar, de las esperanzas que se marchan como se marcha el verano, y nuestras ilusiones con él, las expectativas no cumplidas.

BEATO: Directos a un bar de carretera, allí nos sumergimos en el nuevo universo construido por Delacruz. Un canto a la autenticidad del ser, a los vicios que nos hacen ser quienes somos. Cuenta con una de las instrumentales más tétricas del álbum.

UN DECORADO: Con una de las bases más ochenteras del LP, se convierte en un canto esperanzado acerca de las rupturas sentimentales. La vida sigue.

QUIEN GUARDA SECRETOS: Es tan fría y dura como cercana y costumbrista. Tan pronto te envuelve como te abandona: “Dejé de escribir a diario, dejé de regar mis plantas y por las ventanas rotas entró el invierno”.

QUEBRAR EL TIMÓN: Volvemos a ese rock underground que de vez en cuando salpica el álbum. Habla del desorden, y de cómo todo tiende a destruirse. Una de las canciones más pesimistas del disco.

LO IMPRECISO, LO DESCONOCIDO: Una de las melodías más dulces y suaves. Miguel Rivera silabea una letra marcada por las incertidumbres diarias.

INSOMNIO (NOCHE DEL NORTE, CIELO AZUL): Abandono. Ese estado de ánimo en el que una vez que nos sentimos superados por todos los estímulos diarios.

LA MÁSCARA Y EL DISFRAZ: Este es el particular homenaje que Miguel y César hacen a la figura de Germán Coppini. Para ello se sirven de machacantes ritmos de rock clásico.

SOÑÉ QUE ESTABAS EN ANTIAS: Uno de los temas más introspectivos. Con una de esas letras que no se veían desde los primeros discos de ‘Maga’. Un tema que cierra perfectamente un disco que oscila entre lo onírico, las luces (de neón) y las sombras.’