«La izquierda cree que lo moderno es poner rock en los auditorios»

Su formación, el Grup Instrumental de València, cumple 25 años propagando la creación actual. Con dificultades constantes pero el mismo nivel de exigencia y fe en el proyecto, Joan Cerveró sigue defendiendo la modernidad frente a la necedad

29 sep 2017 / 20:39 h - Actualizado: 29 sep 2017 / 20:49 h.
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  • El director de orquesta y compositor Joan Cerveró.
    El director de orquesta y compositor Joan Cerveró.

Resistente en Valencia. Joan Cerveró lleva 25 años al frente del Grup Instrumental, una formación pionera en España en lo concerniente a la difusión de la música contemporánea. Además, su director tiene en su personal lista de méritos haber presentado en nuestro país primeras audiciones de obras importantes de John Cage y Morton Feldman. Ha dirigido a Irvine Arditti, entre muchos otros y ha dado luz a más de 100 nuevas obras de compositores españoles. Su ilusión hoy es la misma que hace un cuarto de siglo; aunque la salud de esta música siempre ha sido débil, la misma de un enfermo crónico.

–¿En qué momento se encuentra su grupo? Da la sensación de que ha atravesado momentos algo mejores y otros mucho peores...

–La música contemporánea siempre ha estado en crisis, con poca promoción y difícil acceso al publico. En definitiva, ha recibido muy poco cariño. En la trayectoria del Grup Instrumental de València hay momentos de crecimiento y decaimiento. Luego, con la crisis, los gestores de la cultura nos vieron como algo superfluo y elitista. Consideraron que no éramos importante para la gente. Ahora sacamos cabeza justo cuando acabamos de cumplir 25 años de trayectoria. Y aquí seguiremos, porque tenemos la dignidad de habernos mantenido y porque este es un grupo muy antiguo cuyos integrantes jamás hemos perdido la ilusión.

–Sorprende que dada su historia y llevando el nombre de Valencia carezcan de una temporada estable.

–La música contemporánea es un término muy contaminado por apreciaciones negativas que no son más que ignorancias colectivas. La comunidad valenciana tiene alrededor de 300.000 músicos, desde amateurs a profesionales. Prácticamente el 50% de los músicos españoles son de aquí. Este grandioso número genera una enorme demanda de atención, y la administración no puede atender a todos. Nosotros defendemos la voz de la contemporaneidad y hemos tocado a compositores no solo valencianos, de todo el estado; lo que nos ha generado muchas críticas internas. Respondiéndole por fin; si no tenemos una temporada estable es porque la mayoría de los gestores tienen miedo a esta música, son unos ignorantes, además de ser sordos y átonos. Programarnos exige asumir un riesgo que no quieren, el de apostar por la novedad. Es mucho más seguro poner Mahler que Penderecki. A nosotros se nos ve como un residuo hipster de modernillos y no se dan cuenta de que en el mundo de la música hay lugar para todos.

–Tras años de mayoría del centroderecha en Valencia, ahora están gobernados por una coalición de izquierdas. ¿Qué ha cambiado para ustedes?

–Nada. Lo único que hacen es que, en lugar de programar tanta música clásica, apuestan más por grupos que difunden el patrimonio popular valenciano y catalán. La gran noticia para ellos es que están introduciendo el rock en los auditorios, cuando estos espacios no están acústicamente preparados. Se sigue ignorando la música actual en favor de cualquier otra manifestación. Pero nosotros, ojo, no vivimos en la utopía, no queremos que en todas las casas se escuche música contemporánea, o en todas las fábricas, como soñó Luigi Nono; luchamos por estabilizar una plataforma que permita divulgar la música de nuestro tiempo. Para nosotros tan importante es Mozart como César Camarero, por ponerle un ejemplo.

–Enmarcado en esa actitud combativa de no rendirse, van a presentar una serie de discos muy importantes en las próximas semanas.

–Así es. Estrenaremos un álbum dedicado a nuestro 25 aniversario con obras de compositores que han creído en nosotros. Además, el sello Kairos lanzará un monográfico centrado en la obra de Lars Graugaard, con quien hemos trabajado estrechamente gracias a un patrocinio del Gobierno de Dinamarca. También vamos a publicar grabaciones con obras de dos grandes compositores vivos del siglo XX: Helmut Lachenmann y György Kurtág.

–El 12 de noviembre visitarán Sevilla con un programa representativo del momento actual, en el que la música pura ha dado paso a múltiples hibridaciones, ¿no cree?

–Hace poco, conversando con Irvine Arditti, este me decía que durante los próximos diez años buena parte de la música nueva estará ligada con la imagen. Es la música de la nueva generación de compositores; luego vendrá otro ciclo. Mi obligación y la de los músicos del Grup es defenderla, darla a conocer. Aunque, por edad, mi lenguaje natural está más ligado a nombres como los de Steve Reich, Iannis Xenakis, Jonathan Harvey o Emmanuel Nunes de quien, a propósito, preparábamos el estreno en España de su magna obra Quodlibet cuando murió, lo que truncó el proyecto.

–Por cierto usted fue muchos años del veterano Festival Internacional de Música Contemporània de València (Ensems). ¿Qué relación tiene con la nueva dirección?

–Poca o ninguna. Ahora se programa con el criterio del dinero, del poco dinero que hay. Yo intenté siempre que los niveles de calidad fueran muy altos y ahora veo que todo es mucho más abierto, quiero decir que se juntan formaciones profesionales con otras que no lo son, sin hacer distinciones. Pero me alegra que ahora, al menos, se le dé difusión. Durante años intenté que se hiciera una web y nadie la puso en marcha; es que ni se repartían los catálogos, que se imprimían y se quedaban guardados en cajas porque decían que no había dinero para enviarlos.

–¿Cuánto le ha restado su especialización en la música de hoy?

–He tenido que renunciar a muchas cosas y no han contado conmigo para otras tantas debido a mi perfil musical. Pero esto es lo que me llena. Con el Grup llevamos 25 años de resistencia y ahora estamos ya directamente en las barricadas.