El asesino ciego

Novela de Margaret Atwood que resulta ser tan entretenida como tramposa. Algo artificiosa y buscando un efectismo que rebaja la calidad del conjunto.

19 nov 2016 / 12:00 h - Actualizado: 14 nov 2016 / 21:42 h.
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  • Portda de la novela ‘El asesino ciego’. / El Correo
    Portda de la novela ‘El asesino ciego’. / El Correo

El asesino ciego viene avalado por el prestigioso Booker Prize que Margaret Atwood consiguó en el 2000, toda una hazaña para una autora canadiense, feminista y activista en diferentes frentes. La protagonista narradora es Iris, una octogenaria que escribe la historia de su vida y de su familia para que su nieta ausente conozca la verdad de lo sucedido. Su narración en primera persona es, además, la única fuente de información del lector sobre los hechos narrados, lo que convierte a los demás personajes en figuras de cartón piedra sin personalidad propia aparte de un par de rasgos arquetípicos. Son personajes planos de quienes ignoramos todo sobre sus sentimientos, pensamientos o motivaciones, por lo que tenemos que creer todo lo que nos diga Iris sobre ellos sin poder formarnos una idea propia del asunto. Pero cabe poner en duda la veracidad de la versión que nos da Iris, a medida que avance la novela nos va a ir demostrando que es una narradora muy poco de fiar. Sé que el punto de vista exclusivo del narrador es una elección consciente de la autora, pero el no ofrecer ninguna versión alternativa de los hechos al lector me parece un fallo. Otros escritores americanos hicieron algo parecido, como Philip Roth en Mi vida como hombre o Saul Bellow en Herzog, pero aportando por medio de conversaciones, testimonios o cartas un contrapunto a las afirmaciones extremas del narrador-protagonista, y esto le daba una mayor dimensión y profundidad a los hechos narrados, además de servir para humanizar a todos los personajes.

Me ha gustado mucho la forma fragmentada de contar la historia, con saltos en el tiempo, interpolaciones de artículos de prensa y la inclusión de una novela romántica que a su vez incluye una novela pulp de ciencia ficción. Pero el final del libro no ha logrado convencerme, lo he encontrado artificioso y efectista en exceso. Me he quedado con la impresión de que la autora ha volcado toda su energía en la compleja estructura narrativa, en mantener el delicado equilibrio entre obra literaria y novela de género con el que coquetea durante toda la narración, y no le ha quedado tiempo para poblar su libro de personajes de carne y hueso. Margaret Atwood demuestra tener una enorme pericia narrativa y un gran talento creativo en registros muy diferentes, pero no me han gustado las vueltas de tuerca que da a la historia para elevarla por encima de un simple drama lacrimógeno. Un poco menos de técnica efectista y un poco más de contrapunto narrativo habrían venido bien para profundizar la calidad literaria de esta novela.

Calificación: Muy bueno. Y muy tramposo.

Tipo de lector: Un libro muy accesible a cualquiera.

Tipo de lectura: Enormemente entretenida, pero por desgracia va a peor conforme se avanza.

Engancha desde la primera línea.

Le sobran muchas páginas, y le faltarían algunas otras.

Argumento: La historia de una pobre niña rica que salió respondona, contada por ella misma en versión libre.

Personajes: La narradora es el único personaje que merece tal nombre, el resto son meros figurantes en la narración.

¿Dónde puede leerse? En algún lugar público, luciendo la preciosa portada.