El caballo amarillo

Buena novela de Boris Savinkov en la que la voz narrativa crece con fuerza, con autoridad, y desarrolla una trama potente y atractiva. La escritura se aleja de su lugar natural para contemplar su propia belleza

01 abr 2017 / 12:44 h - Actualizado: 29 mar 2017 / 23:22 h.
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  • Portada de ‘El caballo amarillo’. / El Correo
    Portada de ‘El caballo amarillo’. / El Correo

Boris Savinkov fue un terrorista ruso, participó en el atentado contra el gran duque Sergio, gobernador de Moscú, después de la revolución se enemistó con el gobierno de los bolcheviques y deambuló por París, donde se mezcló con los intelectuales.

El caballo amarillo es una novela, con apariencia de diario, en la que unos terroristas preparan el asesinato del gran duque Sergio, y en la que hay también una incidental historia de amor.

Albert Camus, que conoció a Savinkov en París, escribió sobre ese mismo molde una obra de teatro, Los justos; y el Mersault de su novela emblemática El extranjero, participa de características similares a las que tiene el protagonista de El caballo amarillo: una frialdad de acción y de pensamiento que lo deshumanizan, la inteligencia diáfana, una visión de la belleza que le rodea que se expresa en las descripciones -del agua, del viento, de los árboles, de la nieve- como si los viera por primera vez y desde fuera del universo que forman, en una especie de panteísmo al que él es ajeno; una voz curiosa, persuasiva y cortante, atractiva, pero que se hace antipática a algunos lectores.

Con la serenidad de un Ángel Exterminador.

La escritura es concisa, diáfana, reveladora; se recrea en una hermosa distancia de sí misma.

El caballo amarillo sale del Apocalipsis: y el que cabalgaba sobre él se llamaba muerte; y de ese y otros escritos de Juan –y de Marcos- se acumulan las citas, creando con resonancias bíblicas un tono implacable.

Porque Savinkov, proyectado en narrador, actúa como Némesis, la diosa griega de la justicia distributiva, la venganza y la fortuna, decidiendo sin titubeos lo que hay que hacer y lo que no. Quien debe morir.

Por algo Apollinaire se refería a Boris Savinkov como notre ami l´assassin.

Calificación: Muy bueno.

Tipo de lector: Cualquiera.

Tipo de lectura: Precisa.

Argumento: Inquietante.

Personajes: Perfectamente dibujados con dos trazos.

¿Dónde puede leerse?: En Moscú.