El gaucho insufrible

Roberto Bolaño fue un autor al que se descubrió tarde en España. La calidad de su obra enorme y el disfrute que provoca en el lector insuperable.

04 feb 2017 / 12:00 h - Actualizado: 02 feb 2017 / 11:16 h.
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  • Portada de ‘El gaucho insufribe’. / El Correo
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Libro de relatos y ensayos del genial y ya desaparecido autor chileno Roberto Bolaño, afincado durante sus últimos años en España. Demuestra una capacidad lacerante, rítmica y concienzuda del relato. Algo que Herralde sólo supo ver al fin de su etapa y, en este caso, sin ser una colección ejemplar de su obsesión por escribir y leer, todos los temas (sus temas) aparecen de una forma u otra. Desde la necesidad de construir ese mundo tan propio donde la palabra medida y el testimonio a través de ella, cargada de un magnetismo y sentido del humor especiales que provocan aquí más sonrisas que carcajadas, el libro es sencillo y, a la vez, invita a seguir profundizando en la obra de un autor que escribe con la misma facilidad (o al menos así lo parece) con que el resto de los mortales bebemos un vaso de agua o vemos una película; desde esa necesidad de contar historias que su carácter, poco dado al exordio, le hizo más clarividente en la escritura que en el habla.
En Jim se nos hace una semblanza de un norteamericano perdido en el recuerdo. Cualquier otro hubiera escrito un poema satírico con más enjundia o grandilocuencia, pero el escritor prefiere comenzar a introducirnos en el espíritu de un libro que pretende ser todo menos tenaz. Es inevitable que asociemos la imagen del gringo con la de Pereda, un abogado que se debate entre hacerse juez o pleitear asuntos sociales, aún a sabiendas que el oficio de juez, por más sacrificado, sin embargo le reporte menos dividendos.
En El policía de las ratas se nos cuenta la vida de un policía con vocación administrativa, ordenado y expedito; el tipo nos habla de su patrullaje por las alcantarillas de su pueblo.
Destacar los dos últimos ensayos recopilados aquí, que resultan un intento a la vez desvaporizador y flemático de asuntos como su propia enfermedad.

Calificación: Muy bueno.
Tipo de lector: No requiere grandes destrezas, conocerlo es disfrutarlo.
Tipo de lectura: Sencilla y amena, en algunos relatos la intencionalidad puede parecer aviesa.
Argumento: Sobre casualidades, enfermedad, literatura, cine, poniéndose en lo peor desde lo mejor.
Personajes: Atrapados, pequeños, sencillos.
¿Dónde leerlo? En una cafetería después de ver una de Ricardo Darín.