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«La guitarra eléctrica tiene el camino totalmente despejado»

Poner la guitarra eléctrica bajo el foco de la música de vanguardia, ese es el empeño del músico israelí Yaron Deutsch, fundador del Ensemble Nikel, que acaba de publicar un disco con obras de Pierluigi Billone.

11 feb 2017 / 10:00 h - Actualizado: 11 feb 2017 / 20:02 h.
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La configuración y los propósitos de las nuevas formaciones consagradas a la música contemporánea está cambiando. El Ensemble Nikel es uno de los conjuntos más activos en el panorama internacional. El repertorio que abarcan, radicalmente actual y comprometido con el presente sonoro y social, lo señala como un grupo de referencia. Su director artístico, el israelí Yaron Deutsch (1978) es, a su vez, un activo intérprete de guitarra eléctrica. El austriaco sello Kairos acaba de publicar un álbum que da cobijo al ciclo Sgorgo, del compositor italiano Pierluigi Billone (1960).

¿Cuáles son las dificultades centrales al abordar una obra para guitarra eléctrica de 75 minutos de duración?

–Siempre me ha atraído la música de Billone, y desde mis inicios como músico profesional he prestado una gran atención a composiciones suyas. Tanto él como yo sentimos un enorme aprecio por los más sutiles detalles sonoros y, en ese sentido, nuestro acercamiento a la ejecución es clásica en bastantes aspectos. Pero Sgorgo es una obra ciertamente compleja en la que cuido mucho otorgar a cada una de las piezas del ciclo una sonoridad propia. Parámetros técnicos como la presión de los dedos sobre las cuerdas, el timbre, los diversos modos de ataque, las dinámicas, las articulaciones y la propia relación entre el instrumento y mi cuerpo son elementos que he de controlar.

¿Considera que su instrumento tiene una literatura propia dentro de la música del siglo XX?

–Si. Obviamente no al mismo nivel de la que gozan otros instrumentos pero esto es incluso lógico. Tampoco lo veo como una desventaja, porque el camino para la experimentación está totalmente despejado, al no tener prácticamente pasado, historia. De todos modos no le ocultaré que me hubiera encantado que compositores como Luigi Nono, Karlheinz Stockhausen y Gerard Grisey hubieran legado alguna obra para guitarra eléctrica en sus catálogos.

La guitarra eléctrica está intrínsecamente relacionada con el ámbito del rock y el pop. ¿Cree que para un compositor es complicado obviar esa asociación musical?

–La cultura popular inunda nuestra vida y es difícil bloquearle el paso. El creador es una persona que no vive aislada, que está inmersa en el presente, y por tanto la historia del instrumento tiene un impacto directamente en él. Conseguir rechazar esas influencias sonoras para concebir algo nuevo creo que, aunque difícil, es posible y estimulante.

La presencia de su conjunto, el Ensemble Nikel, es cada vez más demandada en los grandes focos de la música actual. ¿Cómo se definirían?

–Formamos un cuarteto de cuatro personas/intérpretes muy diferentes entre sí pero completamente complementarias. Solo abordamos aquella música que nos permite compartir con el público una experiencia excitante, que va más allá de la estricta academia, que amplía fronteras sónicas y vitales. Tenemos obras en nuestro repertorio de los compositores españoles José María Sánchez-Verdú y Abel Paul, pero también de autores como Eduardo Moguillansky, Stefan Prins, Michael Beil y Chaya Czernowin, entre otros.