El nacimiento de una manada que aúlla diferente

Siberian Wolves es un dúo valenciano de sonido contundente y composiciones con un estilo fresco que, al mismo tiempo, no olvida a grupos de los 50 o 60. Su primer trabajo de estudio, ‘Siberian Wolves’ (2015), consta de ocho canciones dispuestas a pegar fuerte

29 abr 2015 / 12:18 h - Actualizado: 30 abr 2015 / 15:25 h.
"Música - Aladar"
  • Borja Put y Alex Barberá se han lanzado a la búsqueda de su propio estilo con ‘Siberian Wolves’.
    Borja Put y Alex Barberá se han lanzado a la búsqueda de su propio estilo con ‘Siberian Wolves’.
  • El nacimiento de una manada que aúlla diferente

{Suenan como si fuesen muchos pero, en realidad, tras la fachada de Lobos Siberianos hay sólo dos artistas con gusto por la música de hace unas décadas, algo que se deja entrever en el álbum con que se han decidido a dar un paso al frente.

Los lobos siberianos son animales que destacan tanto por su belleza como por su ferocidad. Y, en ese aspecto, el nombre de esta banda oriunda de Valencia es todo un acierto. Su música es atrayente y, al mismo tiempo, se desprende de ella un halo de ferocidad que acrecienta ese efecto hechizante inicial. Siberian Wolves lo forman Borja Put (guitarra) y Alex Barberá (batería y voz). Y nadie más. Puede uno extrañarse de entrada al ver que su formación no consta de bajo, de varias guitarras que permitan juegos de apoyo entre ellas, o de otros instrumentos tan a la orden del día como los teclados o los sintetizadores. Pero si se les presta una escucha, resulta sencillo reconocer que ni falta le hacen. El grupo valenciano nació a mediados de 2014; es decir, no hace ni dos años. Claro que las inquietudes musicales de Borja y Alex venían de lejos y su romance con la música no inicia su andadura a raíz de esta formación. Lo que sí florece bajo la identidad de Siberian Wolves son las ganas de hacer algo distinto, de no sonar a todo lo que suenan muchas bandas de la actualidad. Y, en este caso concreto, la búsqueda de la distinción empieza en su sonido.

Su álbum de presentación lleva por título el nombre de la banda. Se trata de su primer trabajo de estudio, y significa por tanto la carta de presentación de dos lobos solitarios que se han decidido a hacer manada y aullar diferente. Un proyecto de ocho canciones grabado en los estudios Reno de Madrid (cuna de un buen número de trabajos de artistas que han pasado por estas páginas), donde han podido pulir y alcanzar una sonoridad que refleja una madurez sorprendente (no hay que olvidar que la formación no tiene ni dos años de existencia) y, sobre todo, unas ideas muy claras. Porque a pesar de tratarse de un álbum bastante heterogéneo, el grupo sabe sacar partido de la determinación con que quiere encarar su propia música.

Dark Side es la canción con que abre el disco. Una de las más potentes; no por casualidad fue elegida como single de presentación. Con un comienzo bien marcado por batería y guitarra, dejando espacio a una melodía vocal que introduce ese tono ligeramente agresivo que se desprende de las composiciones de este dúo, la música va cobrando fuerzas a lo largo del tema. Los riffs de guitarra son clave en su estilo, jugando con distorsiones más gruesas o más delicadas según el momento lo pida. En Kevin, Ashley la banda adquiere un carácter más rebelde y acelerado, que con facilidad puede hacer recordar a grupos bandera del rock más americano. Pero en Horizon, siguiente tema en sonar, el tempo vuelve a rebajarse para ofrecernos una canción más pesada, de voces reverberantes. And love together es uno de los temas más destacados del trabajo, un ejemplo sobresaliente de lo que Siberian Wolves puede hacer. De sonido envolvente, límpido y trabajado de manera exquisita, abre con una introducción instrumental que se extiende de manera circular durante casi minuto y medio, hasta que la batería hace su irrupción y el tema rompe con toda su magia. Luego se unen las voces, y a pesar del ritmo en realidad sosegado, tenemos la impresión de estar ante una composición ágil. En definitiva, las ocho canciones del trabajo merecen la pena, pero si hubiese que destacar un par de títulos más, The dream y Find the forest serían las elegidas. La primera, por su aroma ligeramente oscuro, que desemboca en una distorsión pesada y en unos cambios de ritmo que la convierten en un tema singular. La segunda, por su gran originalidad; sustentada de principio a fin en un solo acorde propio de géneros como el blues, se ve apoyada por un riff de guitarra que transita entre el funk e incluso el folk, de unos tintes épicos que la convierten en una composición tan rotunda como bailable.

Siberian Wolves tiene todavía mucho terreno virgen que conquistar. Lo bueno es que este debut es una declaración de intenciones que a muchos no les ha pasado desapercibida. La potencia y el mimo por su sonido son una gran ventaja a la hora de seducir a una gran variedad de amantes del rock más clásico o del más moderno, rasgos que defienden también en sus directos. No será de extrañar que poco a poco su agenda crezca y haya marcada en ella más fechas de conciertos y festivales. Por lo pronto, sus primeros ocho temas están disponibles en plataformas digitales como Spotify o Bandcamp. Cuentan con la ventaja de defender un estilo y unas ideas propias, desmarcándose de géneros cerrados. Cierto es que pueden hacer recordar a un puñado de grupos, y todos ellos diferentes entre sí, pero lo hacen a través de un sello particular y personal. Un rock, en todo caso, muy persuasivo y enérgico, que transpira juventud sin prescindir de una madurez muy a tener en cuenta en un grupo de estas características, de tan corta trayectoria.

Ahora habrá que estar pendientes de su evolución, de la carrera que vayan haciendo estos dos músicos valencianos que se han decidido a aullar alto y claro, ofreciendo a muchos lobos que vagan desperdigados la oportunidad de encontrar su propio sendero, su propia morada.