El valle de los avasallados

Novea de Réjean Ducharme que recuerdo en sus primeras páginas a la literatura de J. D. Salinger y que va haciéndose más densa al avanzar en el desarrollo. Una muy buena alternativa para los que quieren pasar un buen rato de lectura

17 mar 2018 / 08:14 h - Actualizado: 15 mar 2018 / 20:25 h.
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  • Portada de ‘El valle de los avasallados’. / El Correo
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Novela de Réjean Ducharme que sirvió para ilustrar el film de Jean Claude Lauzon, Léolo. Es una apuesta canadiense que rescata la editorial Domaverso para el lector español y trata sobre la vida de una niña llamada Berenice Einberg, un personaje redondo, pero peligroso de definir que se mueve entre un pensamiento superdotado y demasiado maduro para su edad (11 años). La novela en principio se centra en sus pensamientos, pero van apareciendo personajes como su hermano Christian (hacia quién siente algo parecido al complejo de Edipo, desde que éste tiene novia), su odiada y estricta madre; un padre al que admira, pero que fantasea con matar; su novio Constance Exschange y una chica con la que juega a sentir la llamada de Lesbos, Gloria.

Desde el principio en la vida de Berenice existe una necesidad de impostarse para preservar su alma; por eso, quizás, el lector adulto trate de identificarse a través de una mirada que no elude delirios de grandeza, odios exacerbados y desconfianza a ultranza como forma de amarse, más que una actitud egoísta y caprichosa ante el mundo. Por ejemplo, nacer no es salir del útero de una madre, en realidad nacer es renacer y, en cualquier caso, se hace a los cinco años, cuando el niño es consciente de su relación con lo que le rodea.

Y es que Berenice, no siente amor por nadie. Abundan las referencias mitológicas y los disfraces literarios, sorprende que se juegue a quebrar la estructura con elementos paraliterarios, tales como saltarse la numeración de los capítulos, jugar con las palabras de un modo estrambótico...

La lectura engancha sobremanera desde el principio, pero llega un momento en que se hace densa, sobre todo cuando vemos a la niña, más que pensando o escribiendo su diario, dialogando o interactuando con sus familiares o fantasmas.

Calificación: Muy buena.

Tipo de lector: Dispuesto a introducirse en una realidad trágica. Las cien primeras páginas recuerdan incluso a Salinger.

Tipo de lectura: Enriquecedora, va más allá.

Argumento: Vida, sueños, pesadillas de una niña con tanta, tanta vida interior...

Personajes: Bien perfilados unos. Desdibujados otros.

¿Dónde puede leerse? Sentado en el suelo de la cocina, a la luz de un frigorífico viejo, como Léolo.