Griegos: Lucha, desnudo, competición
La colaboración entre el CaixaForum y el Museo Británico abre una ventana a formas de vida inventadas hace milenios, sobre las que aun descansa nuestra cultura. A la guerra, y al deporte. La exposición se cierra en Madrid y viaja a Barcelona. Un recorrido por el mundo lejano aunque arrimado al nuestro, a nuestra realidad
A través de las salas vamos hilvanando los recuerdos y las historias por medio de esculturas, cerámicas, joyas, y objetos decorativos. La muestra es un interesante recorrido temático por un mundo, lejano en el tiempo, pero cercano a nuestra manera de vivir. Sorprenderá a los más pequeños, pero también a los adultos.
HÉRCULES
Para probar su fuerza y su valor, la celosa diosa Hera, encargó a Hércules doce trabajos que requerían disciplina y astucia. Estas tareas se constituyen en uno de los relatos más poderosos de la antigüedad, influyen decisivamente en la Historia de Arte, y son el germen de la novela y el cine de aventuras, en el que un héroe elegido, marcado desde su nacimiento, debe salir airoso de complicadas labores para cumplir con las cuales son indispensables la buena forma física, el coraje, y la inteligencia.
Enfrentarse al temible león, al toro, al jabalí salvaje, a seres híbridos provistos de cabezas múltiples que se reproducen al ser cortadas. Desviar ríos de su cauce para evitar la humillación de cubrirse de excrementos. Bregar con pájaros enloquecidos, dotados de poderes sobrenaturales. Hacerse con objetos mágicos, como las manzanas de la inmortalidad, o el cinturón invulnerable.
ILIADA
Europa nace sobre un mito, el de las guerras de Troya, en la que se enfrentaron griegos y troyanos. La Ilíada establece el arquetipo de la confrontación hasta las monstruosidades del siglo XX, tumba del concepto de honor. En esa historia no hay vencedores ni vencidos, porque aunque la ciudad es arrasada, su fama se traslada germinando una nueva civilización. Los hombres que se enfrentan son víctimas de las veleidades del destino y de los dioses, que juegan en su Eliseo su propia partida bélica. Hay gestas heroicas, y momentos de dramatismo feroz, o de crueldad salvaje. Algunos de sus protagonistas han recorrido los tiempos hasta llegar a nosotros y aún son nombres propios, celebradas ficciones escénicas o audiovisuales, refranes, dichos de la cultura popular, enseñanzas. Modelos a seguir -o a evitar-. Helena. Héctor. Aquiles. Hécuba. Casandra. El caballo. La ciudad ardiendo.
ESPARTA
Entre todas las ciudades-estado de la era antigua, Esparta fue la que destacó por su ejército invencible. Para sus habitantes, la supervivencia dependía de dedicar gran parte de sus esfuerzos en fomentar la disciplina militar, el empuje físico, el valor ejemplar. Hombres y mujeres participaban en ese empeño, y ellas fueron las más poderosas de la antigüedad, con derechos y deberes que las hembras no alcanzarían en milenios, y de los que aun hoy no pueden disfrutar en muchos países. Esparta fue la gran potencia bélica del Mediterráneo bajo el lema de «vencer o morir». Esa sociedad se basó en la eliminación de los más débiles, en el desarraigo de los niños, arrancados de la familia para su educación, pero también en la igualdad de todos los ciudadanos ante la ley. La danza fue también base disciplinaria de la preparación de los jóvenes. Son las contradicciones de un pueblo poderoso y hostil que fascinó a sus contemporáneos.
MAUSOLO
El sepulcro de Mausolo, sátrapa de Halicarnaso, pasa por ser una de las siete maravillas del Mundo Antiguo. Destacaba por las refinadas esculturas de sus frisos, encargadas a los más prestigiosos artistas, Leocares, Briexias, Escopas, y Timoteo. El aparato iconográfico de esa tumba inspiró todas las construcciones funerarias posteriores, hasta hoy, y se destacaba como una narración pétrea, y un triunfo estético, que admiraba a cuantos lo contemplaban. La lucha entre los griegos y las amazonas que se desplegaba ante los ojos de los viajeros, como los interminables fotogramas de una serie de acción, fue algo que causó una conmoción definitiva en su tiempo.
OLIMPIADAS
El deporte y la competición como base de la cultura y de la civilización es un legado importante y perdurable de los helenos. Porque aun hoy vivimos sobre el mito de los invulnerables: futbolistas, púgiles, nadadores. Fueron los más destacados en la época arcaica los luchadores, los jinetes, los lanzadores de disco o de jabalina, lo corredores de fondo, o de velocidad. Los juegos olímpicos se celebraban cada cuatro años y atraían las miradas de los ciudadanos. En el siglo XIX, el barón de Coubertin tuvo la idea de instituirlos de nuevo para poner los valores ejemplares de la práctica deportiva al servicio de una civilización pacífica, pero competitiva, comprometida con el mejoramiento físico, y la universalidad. Hoy las olimpiadas son el gran espectáculo mediático.
Los griegos abusaban también de los certámenes teatrales y literarios, de los maratones musicales. Las imágenes de sus vencedores están hoy en los museos del mundo como un testimonio de la belleza de la superación.
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AGÓN. LA COMPETICIÓN EN LA ANTIGUA GRECIA
CaixaForum.
Madrid, 14 de julio a 15 de octubre de 2017
Barcelona, 24 de noviembre de 2017 a 18 de febrero de 2018
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