Interacciones XXI: Alemania y España afinan el oído

En 2010 se certificó la defunción del Centro para la Difusión de la Música Contemporánea (CDMC), un organismo que, a ratos mejor, a ratos peor, había defendido durante años la vigencia de la creación actual estimulando programaciones y ciclos temáticos. Aquel crimen cultural no se lamentó públicamente todo lo debido; proliferaron las cuitas y las sutilezas. Los principales afectados, los compositores, tampoco lo hicieron demasiado bien, distrayéndose más en los detalles que en el hecho. Y así pasó. La institución murió y bajo tierra continúa.

Luego llegó el Centro Nacional de Difusión Musical (CNDM) que fue algo así como el abrazo del oso. Un organismo muy grande, potente, ambicioso, que quería estar con los contemporáneos, hacer ver como que nada había pasado. Pero no sé puede estar con todos y en todas. Con el jazz, con el flamenco, con la música antigua –especialmente con esta–, con el crossover, con la música de cámara, con los clásicos y sí, también, con los modernos. Mantienen líneas abiertas en favor de la difusión de la creación actual –en Madrid, claro; también en Extremadura, en Galicia y en Valencia–, pero uno tiene la sensación de que la cosa se diluye con programaciones muy mezcladas, muy en espejo, sin auténtica militancia. Hay excepciones, claro. Y faltas muy graves, como la nula atención que el CNDM presta a la música electroacústica y al arte sonoro.

Entre los aciertos –que son muchos, más que los aparentes errores– está la serie Interacciones XXI, un ciclo –confeccionado por el CNDM y el Instituto Goethe– que construye un puente musical entre Alemania y España, y que no ofrece sólo un marco para diversos encuentros, sino también crea puntos de partida para futuros proyectos en común que unan las escenas contemporáneas de estos dos países. Así, en su edición inaugural en el año 2011, los ensembles Trio Accanto y Plural Ensemble presentaron obras de siete compositores hispano-alemanes. En sucesivas ediciones el Ensemble Modern, el Trío Arbós, Neopercusión y Musikfabrik comparecieron en el ciclo, por el que han pasado compositores como Isabel Mundry, Ramón Lazkano y Helmut Lachenmann.

La ultima propuesta tuvo lugar el pasado lunes, 20 de marzo, en el Auditorio 400 del Centro de Arte Reina Sofía. El ensemble mosaik despachó un programa que arrancó con la férrea y domesticada abstracción del Premio Nacional de Música Alberto Posadas (1967), de quien escuchamos Nebmaat. El joven músico Mikel Urquiza (1988) presentó una muy estimable partitura para ensemble, Opus vermiculatum, en cuya escritura nerviosa, de querencia germánica, atisbamos gestos propios. Manuel Rodríguez Valenzuela (1980) se miró en el romanticismo en la deconstrucción motívica de sus 64 daily self-portraits/micro-variations on a motive of Brahms. Por su parte, Niklas Seidl (1983) optó por el ostinato y la virulencia en Rumpelkammer; mientras que de Enno Poppe (1969), director musical del programa, escuchamos su sobria y agria en su final Salz. Una serie, estas Interacciones, fundamentales para formarnos como oyentes.