«Quiero programar la mejor música contemporánea»

El director del Encuentro de Músicas Actuales (EMA) no quiere ver a Madrid huérfana de música contemporánea. Esta modesta iniciativa alcanzará en mayo su tercera edición

h - Actualizado: 25 abr 2017 / 23:21 h.
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  • José Pablo Polo es el director artístico de EMA. / Foto: Celia Expósito
    José Pablo Polo es el director artístico de EMA. / Foto: Celia Expósito

Sin rodeos; Madrid no está a la altura de (casi) ninguna capital europea en materia de difusión de la música de nuestro tiempo. Y, por desgracia, no es el caso de que ninguna otra ciudad vaya por delante. Por eso un compositor, José Pablo Polo (1984) asumió hace unos años el riesgo de enfrentarse, completamente solo, a poner en pie algo parecido a un festival. Encuentro de Músicas Actuales (EMA), se llama. Y, del 18 al 21 de mayo, en el Centro de Arte La Neomudejar, celebrará su tercera edición. «La intención es crecer cada año, contar con mayores posibilidades, convertir la cita en una referencia y satisfacer la demanda del público que quiere oír música contemporánea y apenas tiene hoy día oportunidades», dice Polo.

Los conjuntos Schallfeld Ensemble, Ergo Sound y los músicos solistas Ingar Zach (improvisador), Ángel Soria (saxofón) y Pilar Rius (guitarra eléctrica) integran el programa fundamental. En los atriles, música estrictamente de hoy que va del minimalismo de Steve Reich al esencialismo de Salvatore Sciarrino, de la gramática abigarrada de Ramón Lazkano al ámbito intermedia de Alberto Bernal. «Nuestra idea es apostar por programas equilibrados en los que las vanguardias históricas y los jóvenes compositores estén representados; permitiendo que personas que, quizás, nunca han escuchado estas músicas se confronten con ellas», esgrime el director artístico de EMA, un certamen «autogestionado» que, este año, ofrece propuestas inéditas como «la exploración de las resonancias de un bombo que hará el polifacético percusionista Ingar Zach».

José Pablo Polo sueña con poner a Madrid mirando a las grandes ciudades de la modernidad musical; llámense Darmstadt, Donaueschingen, Estrasburgo, Colonia o Huddersfield. «La intención es programar la mejor música contemporánea y acabar con las cuotas, esas que dictan que hemos de tocar obras de compositores locales por el solo hecho de ser de aquí. Los mejores creadores españoles ya hacen sonar sus obras en los grandes festivales de la música de nuestro tiempo», argumenta.

El año pasado contaron en el EMA con uno de los grandes iconos de la música experimental, el norteamericano Phill Niblock. «Fue una experiencia sensorial inolvidable en la que se superaron los 120 decibelios; fue como entrar en otra dimensión, la escucha entendida como fenómeno físico», rememora. Para repetir el acontecimiento y conseguir que por Madrid vuelvan a desfilar grandes nombres de la composición actual –como sucedía cuando se mantuvieron activos los desaparecidos ciclos Musicadhoy y los conciertos del Centro para la Difusión de la Música Contemporánea– hace falta «ayuda». Por eso en EMA no tienen ningún interés en militar en el underground y están abiertos a recibir cualquier tipo de apoyo que les permita crecer. «Esta música tiene público, y en ocasiones solo hace falta dar con el sitio adecuado; está visto que funciona mucho mejor en galerías de arte y en espacios menos ortodoxos que una sala de un auditorio. Eso es lo de menos, lo esencial es recuperar el pulso, poder ponernos al día de lo que se está haciendo aquí y ahora en el ámbito sonoro», concluye Polo, miembro él mismo del NOU ensemble.