Julia Margaret Cameron y el colodión húmedo

La exposición que ofrece la Fundación Mapfre en Madrid, sobre el trabajo fotográfico de Julia Margaret Cameron, resulta más que interesante. Además, incluye un breve epílogo en el que se nos presenta sucintamente a los contemporáneos (más por fechas que por estilo) de esta peculiar artista, destacando Edward Fox, Geoffrey Bevington, John Murray, Gustave Legray, Lady Clementine Hawarden o David W. Wynfield.

23 abr 2016 / 12:32 h - Actualizado: 19 abr 2016 / 07:55 h.
"Fotografía - Aladar"
  • Julia Margaret Cameron destacó sobre todo como retratista y su técnica fue especialmente controvertida. / El Correo
    Julia Margaret Cameron destacó sobre todo como retratista y su técnica fue especialmente controvertida. / El Correo
  • Cameron trató de huir de la fotografía más convencional que ya se imponía en su época. / El Correo
    Cameron trató de huir de la fotografía más convencional que ya se imponía en su época. / El Correo
  • Un desenfocado medido y algunas manchas en el negativo son señas de identidad del trabajo de Cameron. / El Correo
    Un desenfocado medido y algunas manchas en el negativo son señas de identidad del trabajo de Cameron. / El Correo
  • ‘Mrs. Herbert Duckworth’, 1872. / El Correo
    ‘Mrs. Herbert Duckworth’, 1872. / El Correo
  • Julia Margaret Cameron utilizaba el proceso llamado colodión húmedo para revelar sus trabajos. / El Correo
    Julia Margaret Cameron utilizaba el proceso llamado colodión húmedo para revelar sus trabajos. / El Correo
  • La artista adquirió su primera cámara fotográfica a los cuarenta y ocho años. / El Correo
    La artista adquirió su primera cámara fotográfica a los cuarenta y ocho años. / El Correo

Dentro de los procesos químicos que revolucionaron la fotografía, al aparecer como modo de expresión en el siglo XIX, están las placas con las que trabajaba Julia Margaret Cameron, fotógrafa inglesa de la época victoriana. La imagen se generaba sobre una de estas placas, que eran tratadas en el cuarto oscuro con colodión y yoduro de potasio, después se hacía fotosensible gracias al nitrato de plata antes de disparar la fotografía; una vez hecha ésta se revelaba la placa con ácido pirogálico eliminando los restos; después se lavaba y fijaba con hiposulfito de sodio o cianuro y se estabilizaba con un baño fijador parecido al que los amantes del químico utilizan todavía. A este proceso se le pasó a llamar el colodión húmedo.

Julia Margaret Cameron (1815-1879) quizás sea una de las fotógrafas más insignemente pictorialistas que nos ha dejado el medio; destacó sobre todo como retratista y su técnica fue especialmente controvertida, dado que a pesar de que la composición fuese a menudo el elemento más cuidado del resultado final, optaba en la mayoría de las ocasiones por un desenfoque premeditado, y solía incluir arañazos o manchas de revelado en sus trabajos. Lo que para muchos empieza siendo un vulgar defecto, en ella se convierte en marca de autora. En los retratos se sirve de amigos, familiares y sirvientes, para relatar a través de ellos pasajes bíblicos, históricos o alegóricos. Esta exposición proviene del South Kensingon Museum de Londres (hoy Victoria and Albert Museum), cuyo préstamo de fondos ha permitido a la Fundación MAPFRE su disfrute para el público español.

En el primer retrato que vemos (Henry Herschel Hay Cameron, ca. 1870) se utiliza un fondo tratado de forma diferente a la habitual con ánimo de resaltar el primer plano; se trata de una de las pocas copias al carbón de la muestra. En Los idilios de aldea, el virado en sepia da a la imagen un carácter romántico del tipo de las adaptaciones al cine de las novelas de Jane Austen. Por otro lado, se conserva el diario de Julia así como una carta en que escribe a sir Henry Cole (director del citado museo) sobre su voluntad de exponer en sus salas.

La artista adquiere su primera cámara con cuarenta y ocho años. Ya en Annie, considerada por sí misma su primer éxito, empezamos a ver cómo el desenfoque artístico o flou empieza a caracterizarla. El retrato de Charter House también a Henry H., nos recuerda por el halo de luz que distingue el borde silueteado de la figura de un niño, al recién nacido de 2001. En ocasiones las fotos se conservan amarillentas, como la del retrato a su nieto Archie. Otros personajes que posaron ante su nuevo juguete, en estudio, fueron el poeta Alfred Tennyson, Henry Taylor (que supo apreciar en sus carencias, cierta prodigalidad) o Coutts Lindsay. Se sirvió igualmente del personaje de Lady Elcho, a quién vemos como la sibila de Cumas, con una postura y mirada distantes y en esa visión dantesca (en el sentido en que ilustra la Divina Comedia). Otro poeta también retratado fue Robert Browning, aquí mostrado de forma espectral, el crítico de arte William Michael Rosetti (con bigote, barba y una gran boina) y el ya citado Taylor, a quién se retrata con un rasgo mesiánico que le debió resultar inconfundible a la sociedad de su época. Pronto, estos y otros intelectuales pasarán a formar parte de la vida y obra de la Cameron. También retrató en Lady Adelaide Talbot a mujeres que bajo el candor de cierta virginidad, podrían ser nuestras abuelas. En Edad 94, la atmósfera en nebulosa deja ver a una señora que parece un hombre, donde lo longevo no adolece de hermosura. Sin embargo, Hombre desconocido, destaca más por la composición a media distancia así como el fondo ondulante.

En sus retratos religiosos (Julia era una ferviente y devota cristiana) es frecuente que el modelo de niño Jesús lo adopte su nieto y que la Virgen María sea interpretada por su sirvienta María Hillier. En Luz y amor propone una composición en picado que prácticamente calcaría en Devoción y La sombra de la cruz (donde la Virgen lleva un luto que a muchos pudiera parecer festivo por las flores), mientras que en la serie Frutos del espíritu juega premeditadamente con el flou en primerísimo plano en la fotografía Amor, destacando el proceso y acabado de Humildad o Paciencia y la espontaneidad de Paz. En Descansando en la esperanza, el niño parece directamente dibujado, mientras que Almas hermanas nos resulta misteriosa, perturbadora.

Por otro lado resaltan las fantasías, alegorías o imágenes sugeridas desde diversos puntos; en Santa Cecilia, a la manera de Rafael demuestra un profundo amor por el Renacimiento pictórico italiano, algo que se repite en Una sibila a la manera de Miguel Ángel, cuya inspiración es directamente un fresco de la capilla Sixtina. En El susurro de la musa se abre a una poética en que la música cobra especial relevancia espiritual, destacando igualmente Santa Inés y Safo, concibiendo como partes iguales de un mismo todo lo sagrado o místico con lo artístico o filosófico. En la serie de dos Las cinco vírgenes prudentes aparece una copia más tratada que la otra, destacando también El aniversario y La boda infantil. En Cupido y Psique hay de nuevo un peculiar cambio de roles por género y descubrimos a través de la obra Las rosas rojas y blancas, que cuando estos dos tipos de flores van juntas, se proporciona mayor unidad a la escena.

A partir de 1865, empieza a utilizar una cámara de mayor formato con placa de 38x30,5 cm. La utilizará para acentuar esos primeros planos aún más, y a la vez huir de la fotografía más convencionalmente documental a la que se estaba empezando a tender. En Beatrice nos acordamos de sus madonas, destacando también por otros motivos Adriana de la que se cuenta que estaba aquejada de mal de amores; también debemos destacar otro retrato de Safo, a pesar de las grietas (o quizás por ello) en el negativo. Si en Julia Jackson, la modelo, desde su mirada, muestra una muy particular belleza, Alice es más una fotografía convencional dentro de su estilo poco común. Mejor compuesta y con flores desenfocadas en primer término es esa Niña desconocida. Por otro lado en El ángel en el sepulcro estamos ante una imagen victoriana ambigua donde la mirada hacia debajo de la modelo, sugiere una suerte de tristeza o martirio. Días de verano y Primero de mayo muestran su gran habilidad para retratar a grupos numerosos, siendo esta última parte de la ilustración de un poema de Tennyson llamado The May Queen. Destacando la cítara o guitarrilla que lleva el personaje infantil central, El grupo de juglares nos lleva a la Edad Media como época histórica. Sobre las múltiples posibilidades en el revelado destacan dos nuevas obras, a saber, El rey Asuero y la reina Ester en sus apócrifos y la más bíblica Fray Lorenzo y Julieta.

Llegan malos tiempos para la economía de la fotógrafa y subsiste gracias a los retratos de intelectuales y artistas de la época, destacando Beatrice de Fonblanque (en pose propia de Petrarca), Herbert Duckworth (mujer con aspecto de institutriz), Julia Jackson (de quién no hemos dicho, estaba muy unida a Virginia Woolf), de nuevo y por tercera vez Henry Taylor, que en esta ocasión nos recuerda a la imagen inconscientemente colectiva de Walt Whitman; reproduce asimismo a Hipatia (gracias a María Spartalli), siendo también reseñables el exquisitamente sobrio retrato a Charles Darwin y la escena Lancea o perdona en que se introduce en el género del péplum.

En la serie Los idilios del Rey, el tan mentado poeta Tennyson le hace el encargo a Cameron de ilustrar 25 poemas por él escritos en torno al tema del rey Arturo; se conservan dos de estas piezas que son La muerte del rey Arturo de 1874, representación heroica y nada mística y Los idilios del Rey y otros poemas.

Sobrevienen dos apartados por los que se demuestra la capacidad evocadora de las fotografías de Cameron a través de sus defectos aparentes de forma; en El sueño se sustituye el virado en sepia por el violeta, El ángel de la guarda es talmente una postal religiosa, mientras que La madonna vigilante muestra más espontaneidad debido a que somos capaces de ver al niño moviéndose. Como recién pintada es Il Penseroso, basada en un poema de John Milton y en La estrella doble truca el negativo para que parezca tomada del fresco de una de esas capillas italianas que tanto admira. Pablo y Virginia es una serie de tres imágenes técnicamente disímiles que recuerda a sus propios retratos sobre la primavera y el verano.