La buena salud de la poesía
El 8 de marzo se conmemorará, de nuevo, el ‘Día de la mujer trabajadora’ y en Aladar ofreceremos una serie de entrevistas a mujeres que se ocupan de la visibilidad de la poesía. Comienza esta serie con la que Concha García realizó a María Cinta Montagut que, además de ser una excelente escritora, confiesa tener un profundo vínculo con Andalucía
María Cinta Montagut, nacida en Madrid (1946), ha vivido la mayor parte de su vida en Barcelona. Su obra poética abarca varios libros, el último se ha publicado en la editorial EME: «Cenizas» (2015). También es autora del ensayo: «Tomar la palabra, aproximación a la poesía escrita por mujeres» (Aresta, 2014).
Hace muchos años que estás implicada en la Asociación de Escritores de Barcelona (ACEC), además de coordinar la revista on line Barcelona Review, también fuiste una de las fundadoras del Aula de Poesía de Barcelona y de Mujeres y Letras.
Así es, siempre me pareció que, aunque seas poeta o escritora, es importante tener un papel activo en la sociedad y colaborar para dar voz a otros y fomentar el conocimiento de la poesía y de la literatura en general a través de encuentros (como los de mujeres poetas en distintas ciudades españolas que se celebraron entre los años 1996 y 2005). Considero que es importante dar a conocer poetas de otros ámbitos cosa que hago en la revista.
¿Crees que la cultura literaria en Barcelona ha cambiado mucho en los últimos años?
En los últimos años estamos viviendo una especie de parálisis cultural muy notable y no solo en lo que se refiere a la literatura, sino también en otros ámbitos como pueden ser las exposiciones o la música. Cada vez hay menos espacios para la literatura y para la poesía en general salvo, tal vez, para la poesía en catalán que goza de muchos apoyos institucionales. Las subvenciones para la cultura han desaparecido o menguado mucho por lo que muchos proyectos se quedan en el tintero lo que empobrece el panorama sin remedio. Culturalmente, Barcelona es un desierto.
La poesía cada vez se valora menos ¿o más?
La poesía, en según qué ámbitos, parece gozar de buena salud. Hay un florecimiento grande de la poesía oral como el slam, que presenta temas simples generalmente de crítica social elemental. Hay además una poesía adolescente con temática amorosa de escritores muy jóvenes que parece que se vende bien por ser muy fácil y no obligar al lector a un gran esfuerzo de reflexión.
La poesía que podríamos llamar culta es muy, muy minoritaria, y podemos decir que se valora, pero no se lee.
¿Tienen sentido ahora las asociaciones de mujeres para reivindicar su espacio poético? Has formado parte de Mujeres y letras y Genialogías...
Tienen sentido en la medida que son una plataforma para reivindicar una presencia en el mundo de las letras que muchas veces se margina. En este sentido es interesante el libro recientemente publicado por Nieves Álvarez, «Descubrir lo que se sabe», que constata que los premios literarios son otorgados sólo a un 17 por ciento de poetas mujeres.
Tu obra poética es una reflexión sobre la propia escritura y sobre la belleza, ¿crees que la belleza todavía emociona en la joven poesía?
La belleza en abstracto no la veo yo muy ligada a la poesía joven, no creo que busquen la belleza sino la comunicación directa. Buscan más la protesta, la cotidianidad más simple y hablar de los problemas amorosos . Muchas veces se trata de una poesía alambicada con un vocabulario que suena a hueco o poesía en la que hay una enorme acumulación de palabras en la que se aprecia falta de rigor. Últimamente leo poesía que no me dice nada.
Cuál es el tema que desearías tratar en poesía y aún no has tratado.
Difícil cuestión. Creo que no tengo ningún tema olvidado o a lo mejor sí, no lo sé. A veces me gustaría escribir sobre algún tema social, pero me es difícil. De la guerra ya he hablado y creo que ya no lo retomaré.
Háblanos de tus vínculos con Sevilla, creo que tu primer libro lo publicaste en esta ciudad.
Sevilla, Córdoba, Málaga, son ciudades que tienen un encanto que me fascina, donde oigo el castellano más hermoso, donde lo poético es una verdad viva que se encuentra en cada esquina, y donde tengo buenos amigos. Siempre que puedo me escapo a Andalucía, es mi tierra soñada. He publicado dos libros en Sevilla y tres en Málaga, por lo que mi vinculación con el sur es indudable.
María Cinta Montagut. / © Carme Esteve / ACEC