La guerra interminable

19 oct 2015 / 20:31 h - Actualizado: 19 oct 2015 / 20:32 h.
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Joe Haldeman, autor de La guerra interminable, pasó de la universidad a combatir en Vietnam. Como todo el mundo sabe, esta fue una guerra criticada, estúpida, sin una mala justificación. En esa guerra perdieron la vida miles de personas, tanto civiles como militares, sin que sepamos aún cuál fue la verdadera razón. Un desastre en toda regla. Y allí estuvo Haldeman.

La guerra interminable es la novela más autobiográfica de este autor. Traslada su experiencia a una guerra que dura más de mil años y en la que el soldado Mandella participa desde casi su inicio. ¿Cómo es posible? Ya saben, eso de moverse a través de agujeros de gusano tiene sus cosas. Mientras el soldado Mandella (personaje principal, un antihéroe de principio a fin, alter ego de Haldeman) vive una guerra de un puñado de años, en la Tierra el tiempo ha corrido mucho más rápido que para él y sus compañeros de batalla. Por ello, cada regreso a casa, después de una misión, es un encontronazo para los soldados. Dejaron a sus amigos, a su familia, y se encuentran con que todo ha cambiado de forma desproporcionada. En una de las ocasiones, Mandella descubre un mundo en el que la homosexualidad es prácticamente universal y que su heterosexualidad puede corregirse si así lo desea. Un momento, al menos, extraño para el personaje.

El enemigo al que se enfrenta el ejército está formado por unos extraterrestres de la constelación Tauro. No saben muy bien ni qué son, ni qué peligros representan, pero allá van a combatir. Como en Vietnam. Y, al regresar, no son héroes. Ni mucho menos. Como en Vietnam. Todo ha ido desarrollándose en la Tierra sin que los soldados tuvieran mucha importancia. Como en Vietnam.

La novela no se centra en los combates. Alguno se describe aunque no tienen un peso excesivo en el texto. Sí sabemos de armas extravagantes, de ataques tácticos y de muertes en combate, pero lo importante es ese desfase temporal, cultural e ideológico, que se va produciendo. Es lógico, son siglos de guerra para jóvenes que apenas cumplen diez años más de los que tenían al comenzar el conflicto.

Es esa sensación de abandono, de no tener razones a las que agarrarse para justificar toda una vida, el asunto que está presente a lo largo de la novela.

La guerra interminable se lee con facilidad y, lejos de ser un relato brusco y sanguinario, se pega a la ironía para ir desgranando la sicología de los personajes, para poder analizar dos asuntos universales como son la guerra y el amor.

Joe Haldeman escribió algún capítulo para la serie Star Trek que le hizo saltar a la fama. De hecho, esta novela fue rechazada para su publicación y solo estuvo en el mercado una vez que el autor adquirió cierta notoriedad. Obtuvo los premios Nebula, Hugo y Locus el año 1974; los tres más importantes de la ciencia ficción literaria; con lo que se constata que el criterio de algunos editores es bastante discutible.

La guerra interminable es un clásico y conviene tener un ejemplar de la novela en la estantería. ~

Calificación: estupenda.

Tipo de lectura: muy divertida.

Tipo de lector: pacifistas como lo es el soldado Mandella.

Personajes: a prueba de todo tipo de bomba.

¿Dónde se puede leer?: junto a un reloj que garantice que el tiempo pasa a su ritmo.