Juan Eslava Galán es capaz de convertir cualquier cosa en un buen relato. De algo terrible, doloroso y cruel, logra un texto cómodo, llevadero y ameno. Contar una guerra no es fácil, hacerlo bien está al alcance de muy pocos, y convertir ese relato en algo a lo que cualquier tipo de lector puede acceder es cosa de Eslava Galán. Este autor sabe refugiarse en los tonos y alientos medios para no excluir a nadie, y eso no es fácil.
Nos cuenta Eslava Galán la segunda guerra mundial o lo que es igual, nos cuenta una carnicería, un tiempo de infamia, una vergüenza para el ser humano, la peor de las manchas para la historia de la Humanidad. Nos lo cuenta con astucia, dibujando en capítulos muy breves, diferentes cuadros en los que iremos viendo lo fundamental del conflicto. Con astucia y con inteligencia porque el autor nos hace viajar en el tiempo hasta colocarnos en los momentos anteriores al conflicto con el fin de que podamos entender quién es quién y sus motivaciones. No es lo mismo conocer el nombre de Hitler o Stalin que saber quienes fueron.
Este ensayo, que seguramente los historiadores criticarán por su falta de profundidad o por su irreverencia en algunos momentos, es asequible para todo tipo de lector, y en él se hace un repaso más que considerable al peor conflicto bélico de la historia. Si bien es cierto que abundan las anécdotas, también lo es que los datos históricos son rigurosos
Calificación: Bueno.
Tipo de lectura: Divertida, apasionante.
Tipo de lector: Cualquiera. Los estudiantes tienen en este libro una mina.
¿Dónde puede leerse?: Frente al Museo del Ejército o al Palacio de El Pardo.