Las mejores películas del siglo XXI (XVI)

El año 2006, un personaje que firmaba sus informes como HGW XX/7, encarnado por un magnífico Ulrich Mühe, llenaba las pantallas de cine y nos hacía disfrutar de una de las mejores películas de aquel año, del siglo XXI y, por qué no, de toda la historia. ‘La vida de los otros’ es una obra maestra. Inolvidable, contenida, emotiva y necesaria

15 ene 2019 / 10:46 h - Actualizado: 15 ene 2019 / 11:09 h.
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  • El actor Ulrich Mühe dejó una lección maravillosa de interpretación defendiendo su papel en ‘La vida de los otros’. / El Correo
    El actor Ulrich Mühe dejó una lección maravillosa de interpretación defendiendo su papel en ‘La vida de los otros’. / El Correo

Uno de los momentos definitivos en esta película extraordinaria del realizador Florian Henckel Von Donnersmarck es en el que el personaje principal (un agente de la temible y eficaz Stasi de la antigua RDA) lee un poema de Bertolt Brecht. En la película no se dice, pero ese poema se titula Recuerdo de Marie A. El personaje que es frío, calculador, un auténtico siervo del poder; el arquetipo de lo que es un perro de presa a las órdenes del miedo de Estado como herramienta de poder, arrodillado ante la cosificación de las personas; descubre la belleza de la palabra, la fuerza del arte, imágenes que le cambian la vida. Le volverá a pasar cuando escuche interpretar al piano la Sonata de un buen hombre de la que Lenin dijo que si seguía escuchándola tendría que abandonar la revolución. Y de esto es de lo que habla La vida de los otros, del arte, de su importancia, de cómo no debe mezclarse con la política, de cómo une a las personas aunque sus procedencias sean opuestas y, en principio, incompatibles. También habla de los muros centrándose en el que dividió Berlín en dos y en su caída. Pero refiriéndose a esos otros que separan a las personas y que, también, pueden derribarse.

Las mejores películas del siglo XXI (XVI)
Sebastian Koch y Martina Gedeck. / El Correo

La vida de los otros (Das leben der anderen, 2006) es una obra maestra del cine. El realizador y guionista logra compensar de forma magistral un soberbio guion y una puesta en escena casi quirúrgica.

La acción se desarrolla en la República Democrática Alemana (RDA) durante el año 1984. Este es el mismo año que Orwell eligió para dar título a su novela más famosa, 1984; una obra que habla de un Estado totalitario y de la vida de las personas bajo el yugo insoportable de una mirada perpetua. Gerd Wiesler, agente de la Stasi, recibe la misión de vigilar a Georg Dreyman, escritor, y Christa Maria Sieland, actriz. La vida del policía cambiará por completo cuando descubra que el mundo es mucho más de lo que el Estado permite.

Este cambio tan brusco de un personaje que se presenta como metódico, calculador, convencido de lo que hace y robotizado, era uno de los problemas más serios del guion. Sin embargo, el actor, un monumental Ulrich Mühe, logra que todo parezca natural. El lenguaje corporal de Mühe es toda una muestra de cómo debe manejarse el gesto, la mirada o un ademán, delante de una cámara. El actor, que murió poco después, se plegó a un guion minucioso, equilibrado y alejado de lo superficial.

Las mejores películas del siglo XXI (XVI)
Ulrich Mühe, logra que todo parezca natural con una interpretación inolvidable. / El Correo

Sebastian Koch defiende un papel muy amable y muy carismático. Es el famoso escritor espiado. Ella es Martina Gedeck que logra mostrar un enorme tormento, una gran desazón. El vestuario y el maquilaje de todos es espléndido aunque en el caso de la actriz en perfecto.

La fotografía despliega una amplia paleta de tonos grises y azules, muy adecuados para que lo que se cuenta se tiña del color adecuado. Ayuda a que resplandezca en su credibilidad esa fotografía el grano de la película que nos arrastra a esos años ochenta que resultaron tan decisivos para el futuro del mundo entero.

La vida de los otros es drama, es espionaje, es una feroz crítica al poder político que se utiliza para conseguir objetivos personales o ilícitos. La vida de los otros es una película que narra la claudicación del hombre ante el Estado y la tecnología (el apartamento del policía es la muestra de ello; pocos muebles, la televisión frente a la que pasa las horas ese hombre); un cinta en la que nos recuerdan lo patético que resulta acudir al amor de pago intentando imitar al de pareja o lo triste que resulta la entrega de toda dignidad a cambio de trabajo. Es un peliculón emocionante e inolvidable.

Al final de la película, llega a la memoria una frase leída en otra de las obras de Orwell, Rebelión en la granja: ‘Todo lo que no es obligatorio está prohibido’. Y pienso: ‘Bendita libertad’.

Por cierto, el final de la película tira de espaldas.

Las mejores películas del siglo XXI (XVI)
Cartel de la película ‘La vida de los otros’ del realizador alemán Florian Henckel Von Donnersmarck. / El Correo