Las mejores películas del siglo XXI (XVII)

‘The Master’ es una de esas películas que cautiva, que enamora, que atrapa sin ofrecer una trama de gran ritmo o con grandes giros argumentales. Esta es una película en la que prima el dibujo de un universo completo que nos permiten ver durante unos minutos y desde distintos lugares. Una de las películas más interesantes y magnéticas de este siglo

01 feb 2019 / 17:25 h - Actualizado: 01 feb 2019 / 17:58 h.
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  • La interpretación de Joaquin Phoenix es impactante; logra hacernos creer que es el personaje. / El Correo
    La interpretación de Joaquin Phoenix es impactante; logra hacernos creer que es el personaje. / El Correo

Esta película de Paul Thomas Anderson, The Master (2012), es dura, correosa, aparentemente inconexa, alejada de una trama dinámica y de gran tensión. The Master es una especie de ventana que da a un universo en el que lo que pasa no es lo más importante. Son las relaciones entre los personajes, son los conflictos internos de cada uno de ellos, son las imperfecciones de los hombres y mujeres que habitan ese mundo lo que nos enseñan. Vamos viendo cosas. Un poco aquí, algo importante más allá, volvemos al pasado y recordamos que todo empezó durante una guerra... Los personajes no evolucionan demasiado, pero es que el mundo no evoluciona demasiado.

Las mejores películas del siglo XXI (XVII)
Joaquin Phoenix es Freddie Quell, un joven que regresa de la guerra sin posibilidades de integración social. / El Correo

El guion de Paul Thomas Anderson (sí, también es el guionista) nos lleva hasta el final de la II Guerra Mundial. Jóvenes destrozados psicológicamente. Decenas de miles de hombres regresaban a un país en el que no había caído una sola bomba. Aunque un país con sus jóvenes deshechos es un país con dificultades. Freddie Quell es uno de esos chicos. Desquiciado, alcohólico y con una historia de amor mal resuelta que le martiriza. Improvisa unos cócteles en los que incluye líquido refrigerante o cualquier cosa que se pueda beber. Tóxico y peligroso. Pero emborracha y deja la mente frita. Y siempre hay alguien que aprovecha la situación. Lancaster Dodd es un charlatán con gran carisma. Este improvisa el discurso que se va consolidando como una nueva religión que servirá a un país a superar sus dificultades. Lancaster Dodd posiblemente está inspirado en el padre de la Cienciología L. Ron Hubbard. Del mismo modo que Freddie Quell representa la parte más animal del ser humano, Dodd es el retrato del territorio más racional de la persona. Cuando se conocen Dodd y Quell, el primero adopta al joven alcohólico (a veces parece su mascota, a la que educa y trata de modificar a su antojo) y entablan una relación llena de aristas que, inmediatamente, es cuestionada por Peggy, la esposa de Dodd. Y no crean que hay mucho más. Sin embargo, las imágenes hipnotizan, enamoran; las interpretaciones son monumentales. Joaquin Phoenix hace suyo el personaje hasta hacernos creer que es el personaje. Resulta difícil separar una cosa de otra. Un trabajo impresionante. Philip Seymour Hoffman es la mezcla de magnetismo y repulsión hecha realidad, eso que todo líder de una secta necesita para hacerse importante. El trabajo de este actor (¡qué voz tan apasionante!) tira de espaldas. Amy Adams aparece perversa, oscura, perfecta. Nunca la habíamos visto igual.

Las mejores películas del siglo XXI (XVII)
Philip Seymour Hoffman encarna el personaje llamado Lancaster Dodd, posiblemente, inspirado en el padre de la Cienciología L. Ron Hubbard. / El Correo

Paul Thomas Anderson intenta continuar con la búsqueda de la esencia del ser humano. Si en There Will Be Blood indagaba en la raíz de la violencia, en The Master lo hace en la inestabilidad emocional, en la fragilidad de la mente humana. Interesante y necesaria esta película.

La fotografía de Mihai Malaimare Jr. es espectacular. La película se grabó con cámaras enormes de 65 m. m. y hubo que reducir los campos para adaptar el trabajo al formato convencional. La factura es impecable y recuerda mucho a las escuelas europeas. Vestuario, peluquería y maquillaje, perfectos. Puesta en escena elegante, sobria. Exquisita la partitura de Jonny Greenwood. Y montaje exigente aunque resulta todo un reto que el espectador recibe con alegría. Es tal la calidad de la película que merece la pena. Sin duda alguna.

Las mejores películas del siglo XXI (XVII)
Cartel de ‘The Master’ película del realizador Paul Thomas Anderson