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Katie Jarvis en un momento de la película dirigida por Andrea Arnold. / El Correo
Fish Tank es una película que habla de la falta de oportunidades, de la falta de amor, de la falta de amistad, de la falta de la figura paterna, de todo lo que reduce el universo entero a uno mismo. En definitiva, esta cinta de Andrea Arnold (también guionista además de realizadora) habla de la condena que sufren millones de personas que nacieron en el lugar equivocado, en un momento equivocado y dentro de una familia equivocada. Al final de la película, Mia, la protagonista, su madre y su hermana, bailan en el salón. Saben cada movimiento que es preciso, parecen reflejos, unas de las otras, son copias exactas. Sus vidas, durante la película, hemos aprendido que también lo son. Y ellas saben lo que son, lo poco que son y las pocas oportunidades que tendrán.
Fish Tank parece una cinta que expresa de forma explícita y no lo es. Sin bien es cierto que la fotografía de Robbie Ryan busca el feísmo, un realismo casi doloroso, también lo es que hay mucho por debajo de la trama más superficial. La relación de Mia con una yegua famélica (curiosamente tienen la misma edad) es emotiva y hay que pensar qué significa. La que vamos conociendo con Tyler, su hermana pequeña, es más que significativa. Son muchos los detalles que no se pueden escapar.
Acompaña, sin ser invasiva, una banda sonora exquisita. Sobresale la versión de California dreamin' de Bobby Womack, pero Broadway jungle de Toots & The Maytals o In the fading light de New Device, son estupendas. En realidad ninguno de los cortes, desmerece.
Michael Fassbender es Connor, un hombre amable, cariñoso y tierno. Todo lo cambiará. / El Correo
Andrea Arnold podría ser sucesora de los hermanos Dardenne, de Ken Loach o de Robert Guediguian. Todos han contribuido a que el cine social sea una opción sólida. Pero Arnold tiene su propia personalidad. Maneja el tempo con cuidado, se toma su tiempo para contar la historia y para que podamos entender lo que sucede. No hay prisa en el cine de Arnold. En Fish Tank pega la cámara a la protagonista y desde ese lugar intenta todo. Nos enseña lo que es este personaje desde todos los puntos de vista posibles, nos muestra cómo se relaciona con su entorno. Todo.
El barrio en el que vive Mia con su madre y su hermana es periférico, humilde, incómodo, reservado para desgracias de todo tipo. Mia tiene 15 años y no tiene nada. Ni padre, ni amigos, ni colegio, ni una familia acomodada y normal. Nada. Y un buen día aparece un novio de su madre que cambiará todo.
Mia es Katie Jarvis, una actriz nueva que fue elegida cuando discutía a voces en una estación de tren con su novio. Andrea Arnold saca petróleo de ella. Magnífica, contenida, expresiva y natural. Michael Fassbender encarna el personaje llamado Connor, atractivo, cautivador y cariñoso. El actor parece que interpreta sin esfuerzo alguno y logra un resultado excelente. Kierston Wareing, aunque con un papel mucho más corto, sirve de guía para que entendamos buena parte de lo que le sucede a su hija adolescente. Muy bien, también. La dirección actoral es estupenda.
Arnold no deja títere con cabeza y la única esperanza es la de poder cambiar la vida sin salir de los márgenes que el destino nos ha entregado desde el principio. Mejorar, pero poco. Eso es todo. El resto forma parte de la ciencia ficción.
La película tiene un ritmo narrativo ágil y el montaje es de lo más acertado. Se suma la buena música y todo lo que ya he dicho y el resultado es atractivo y sugerente.
Cartel de la película ‘Fish Tank’ de la realizadora Andrea Arnold. / El Correo