Federico García Lorca escribió uno de los poemarios más deslumbrantes del pasado siglo. En este cómic se repasa un viaje y, sobre todo, el proceso que vivió el poeta asimilando la ciudad con todas sus bondades y miserias.

04 mar 2017 / 12:13 h - Actualizado: 02 mar 2017 / 16:27 h.
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  • Una de las viñetas del cómic en el que aparecen Lorca, Fernando de los Ríos y el buque R. M. S. Olympic. / El Correo
    Una de las viñetas del cómic en el que aparecen Lorca, Fernando de los Ríos y el buque R. M. S. Olympic. / El Correo
  • Portada de ‘Lorca, un poeta en Nueva York’. / El Correo
    Portada de ‘Lorca, un poeta en Nueva York’. / El Correo
  • Coney Island en el cómic de Carles Esquembre. / El Correo
    Coney Island en el cómic de Carles Esquembre. / El Correo

Lorca, un poeta en Nueva York

El 26 de junio de 1929, Federico García Lorca, llegaba a Nueva York. Había realizado la travesía desde Europa junto a Fernando de los Ríos, un ilustre y respetado socialista, a bordo del R. M. S. Olympic, uno de los buques más lujosos de la época. Al llegar, no tuvo que esperar esas largas y penosas colas en las que los policías miraban a los recién llegados como si fueran animales. Ser homosexual, anarquista o epiléptico, entre otras cosas; era motivo por el que no podías entrar en el país. Donald Trump no hace cosas tan novedosas como la gente cree. En esa época, Estados Unidos era un país que se llenaba de inmigrantes que, sumados a los que ya habían llegado anteriormente y los naturales de ese país, vagaban sin poder llevarse un trozo de pan a la boca. Estados Unidos no tenía grandes recursos para sacar las cosas adelante.

Poco después de la llegada de Lorca a Nueva York, se produjo el mayor desastre financiero de la Historia (hasta ese momento). Y si las cosas iban mal, desde ese momento la cosa se complicó terriblemente.

Lorca, un poeta en Nueva York; es un cómic que no trata de presentar el poemario que escribió Lorca estando allí y que, a la postre, sería uno de los más importantes del siglo XX. Carles Esquembre lo que busca es que entendamos la relación de Lorca con ese entorno que tanto le fascinaba a la vez que le creaba dolor. Porque si una ciudad ha sido dibujada con rasgos violentos y lesivos es ese Nueva York de Lorca. Al mismo tiempo, Esquembre no deja escapar la oportunidad para dejar señales de una lectura propia de la poesía de Lorca. Y, sin ocultarlo de ninguna forma, incorporar al relato claras referencias a la película Metrópolis de Fritz Lang; y a la figura y obra de Edgar Alan Poe. ¡Ay, esos pies echando raíces a la tierra cómo llaman a la relectura de Poe!

Junto a Lorca, vemos a su amigo Colin, Gabriel García Maroto, Ángel del Río, León Felipe y Federico de Onís. Y, también, a Luis Buñuel y Salvador Dalí aunque como imágenes irreales. El cómic está plagado de sueños y de viñetas que van de lo surrealista al expresionismo y, algunas de ellas, las ocupan Dalí y Buñuel. Otra de las pesadillas la protagoniza Emilio Aladrén que había sido pareja de Lorca hasta poco antes de su viaje. Dalí, Buñuel y Aladrén, ocupan la zona más onírica y más obsesiva del ideario de Lorca y así lo refleja el autor de este cómic.

Esquembre cuida mucho el trazo en su dibujo. Por una parte, la ciudad aparece entre negros y grises, muy detallada en cada viñeta; pero la figura de Lorca se presenta con línea clara de forma que resalta entre todo lo demás.

Las páginas tienen un diseño bastante clásico y se utiliza la página completa cuando es necesario resaltar algo en concreto por su importancia narrativa. Hay que destacar una serie de ellas en las que se va construyendo el rostro del poeta. La ciudad deshumanizada que termina siendo asumida por el poeta convertido en parte de ese escenario lleno de hierros y remaches inmensos.

El cómic es muy recomendable. Los amantes de la obra de Lorca no pueden dejar de leerlo. Los que no conozcan demasiado al poeta tienen la oportunidad de acercarse a él de un modo accesible y divertido.

Calificación: Estupendo.

Tipo de lectura: Conviene no tener prisa. Saborear cada trazo es lo suyo.

Tipo de lector: Amantes del cómic, fans de Lorca.

Argumento: Cómo Lorca interactuaba con sus entornos.

¿Dónde puede leerse?: En lo alto de algún rascacielos neoyorquino. Si es que aún se puede subir a ellos.