Lou Andreas-Salomé: Una mujer maravillosa

Llega a las pantallas de los cines sevillanos una película sobre una de las mujeres más interesante del siglo XX. Lou Andreas-Salomé mostró una talla intelectual absolutamente inusual en la época en la que vivió. Logró conocer y relacionarse con algunos de los mejores pensadores y artistas de esos momentos

12 may 2018 / 08:09 h - Actualizado: 11 may 2018 / 00:23 h.
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  • Matthias Lier y Nicole Heesters. / El Correo
    Matthias Lier y Nicole Heesters. / El Correo
  • Julius Feldmeier y Katharina Lorenz. / El Correo
    Julius Feldmeier y Katharina Lorenz. / El Correo
  • La fotografía de la película es preciosista aunque no aporta gran cosa a la trama. / El Correo
    La fotografía de la película es preciosista aunque no aporta gran cosa a la trama. / El Correo
  • Cartel de la película. / El Correo
    Cartel de la película. / El Correo

Se estrena la película Lou Andreas-Salomé dirigida por Cordula Kablitz-Post. Y lo mejor que se puede decir de este trabajo es que nos acerca a una mujer espléndida, luchadora; siempre en busca de la verdad y la libertad desde el conocimiento, de los movimientos intelectuales clásicos y vanguardistas; desde una intimidad especialmente sorprendente. Friedrich Nietzsche dijo de ella que era una mujer «perspicaz como un águila y valiente como un león».

Este biopic comienza con buen ritmo, buscando lo fundamental. Cordula Kablitz-Post es especialista en trabajos históricos documentales y su tendencia y sabiduría en ese campo se deja notar en el primer tercio de la película de forma especial. La fotografía es preciosista, algunos encuadres son eficaces. La iluminación se cuida y sirve para intensificar los estados de ánimo de los personajes. El vestuario, la peluquería y el maquillaje, muy cuidados. La puesta en escena, en general, bien. Sin embargo, la locomotora narrativa comienza a dar tirones sin sentido o frena sin venir a cuento, sin razón aparente. Es uno de los problemas de la película: es irregular. Entre otras cosas porque la densidad del relato es, por momentos, imponente; y un instante después se vacía por los cuatro costados. Tan pronto se manejan conceptos filosóficos de cierta potencia como se insiste en esa zona narrativa en la que la actividad sexual de la protagonista (o la falta de ella) es más protagonista que la propia Lou, una mujer intensa y maravillosa. Esos planos eficaces se alternan con algunos que resultan especialmente horrorosos.

En cualquier caso, la película se ve con gusto. No es que descubra gran cosa sobre el personaje puesto que se queda en una zona muy superficial, pero la trama es agradable.

Uno de los personajes masculinos es Friedrich Nietzsche. Con un par de frases se ventilan el pensamiento de este filósofo. Sin embargo, si es atractivo el trabajo gestual del actor que nos hace pensar en la locura de un hombre que murió completamente vacío de cordura. Otro es Rilke, sí, el poeta. Este Rilke parece salido de una nevera industrial. Algo pasado de vueltas el actor que encarna al personaje (Julius Feldmeier).También aparece Freud. Era obligado puesto que la obra de Lou Andreas-Salomé influyó en la de Freud. Un personaje más corto, de menor importancia.

El personaje de Lou lo encarnan Nicole Heesters, Katharina Lorenz y Liv Lisa Fries (anciana, madura y joven, respectivamente). Correctísimas las tres. No conseguirán un Oscar aunque no se les puede señalar por nada negativo. Lou Andreas-Salomé debió ser una mujer imponente. Fue capaz de que un poeta como Rilke, seguramente el mejor que ha dado Alemania, escribiera poemas como este que dejó en la mesilla de Lou y que incluiría más tarde en El libro de horas (Das Stunden-buch): Apágame los ojos: puedo verte; /tápame los oídos: puedo oírte, /y puedo ir hasta ti sin pies, /y hasta sin boca puedo yo jurarte. /Arráncame los brazos, te asiré /yo con mi corazón como con una mano, /retén mi corazón, latirá mi cerebro, /y si arrojas el fuego a mi cerebro, /entonces yo te llevaré en mi sangre. (Lösch mir die Augen aus: ich kann dich sehn, /wirf mir die Ohren zu: ich kann dich hören, /und ohne Füße kann ich zu dir gehn, /und ohne Mund noch kann ich dich beschwören. /Brich mir die Arme ab, ich fasse dich /mit meinem Herzen wie mit einer Hand, /halt mir das Herz zu, und mein Hirn wird schlagen, /und wirfst du in mein Hirn den Brand, /so werd ich dich auf meinem Blute tragen).

Lou Andreas-Salomé (1861-1937) nació en Rusia. Su forma de entender el mundo hizo que pudiera tener contacto con los mejores pensadores e intelectuales de la época. Y merecía este biopic, una película que gustará más al público que a la crítica, que no descubre nada a los que ya conocían a esta mujer aunque llamará la atención de los que no sabían nada de ella, que no profundiza en su obra puesto que sería un peso demasiado grande para una película que aspira a ser vista por mucha gente.