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«Queremos hacer música que nadie más hace en España»

La ciudad manchega de Valdepeñas acoge este mes de julio la primera edición del Festival Bergerault, una ocasión extraordinaria para escuchar música de nuestro tiempo. Lucía Carro es su directora artística

30 jun 2017 / 11:25 h - Actualizado: 30 jun 2017 / 20:29 h.
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  • La percusionista y directora artística del Festival Bergerault, Lucía Carro.
    La percusionista y directora artística del Festival Bergerault, Lucía Carro.

En Valdepeñas (Ciudad Real) el verano no es precisamente una estación amable. La ciudad manchega, sin embargo, ha querido ponerse por delante en materia cultural, dar el paso que otras no se atreven a dar. Y lo hace, además, en pleno estío. Del 16 al 22 de julio acogerá la primera edición del Festival Internacional Bergerault, que toma su nombre de una empresa francesa de instrumentos de percusión, patrocinador de la muestra. «Desde hacía tres años se celebraban en verano unas jornadas para percusionistas y, de repente, surgió la posibilidad de hacer algo mucho más grande; invitando a profesores extranjeros y planteando conciertos abiertos al público», cuenta Lucía Carro, directora artística del nuevo certamen.

Más allá de su importante apartado formativo, lo verdaderamente llamativo es la posibilidad de escuchar en solo unos días obras inéditas en España que conectan directamente con el aquí y ahora de la música de creación actual. Partituras de Karlheinz Stockhausen, Alexander Schubert, George Crumb, Michael Maierhof y Michael Pisaro sonarán durante los días del Festival Bergerault. Que la responsable del evento esté afincada en la ciudad suiza de Basilea no es cuestión baladí. «Lo que hemos programado es, en buena medida, lo que yo he tenido la oportunidad de escuchar en conciertos en Centroeuropa. Mi fuente de inspiración ha sido traer a Valdepeñas la música que suena fuera y que jamás se programa en España porque nadie hasta ahora parecía decidido a hacerla», dice Carro.

Porque si algo se ha propuesto el Festival Bergerault es romper la cuarta pared, atraer al público, asombrarlo, suscitarle curiosidad, «demostrarle que la música contemporánea puede resultar apasionante». Para ello se ha diseñado un programa que combina repertorio de grandes clásicos (como la Sonata para dos pianos y percusión de Bela Bartok) y piezas más heterodoxas como las que Maierhof compone para utensilios como globos y cepillos de dientes. «También se podrán ver y oír varias instalaciones sonoras, entre ellas, una para olores, de Víctor Barceló; y se tocará una obra sobre la cabeza del público de Yiran Zhao», adelanta la responsable del festival. Además, los conciertos se sucederán en espacios tan diversos como el Museo del Vino, el yacimiento arqueológico del Cerro de las Cabezas, el Teatro Francisco Nieva, las habitaciones de un hotel y otros emplazamientos al aire libre. «Vamos a tratar por todos los medios de sorprender al público, maridando por ejemplo la música con una cata de vino y proponiendo espacios de escucha inusuales, algunos de ellos cercanos a la meditación, como sucederá en el concierto de Hakon Stene», abunda Lucía Carro. Ella misma participará en la ejecución de Kontakte, de Stockhausen, para piano, percusión y sonidos electrónicos.

Con apenas 62.000 euros de presupuesto, el Festival Bergerault de Valdepeñas pone en unas semanas una pica en Flandes. «La idea es que la iniciativa siga adelante y dentro de poco estemos hablando de que este es un importante festival de música contemporánea». Por suerte, o más bien por desgracia, competencia no van a tener.