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Mala suerte en la vida

La protagonista de esta historia, Concha, deja de ser un regalo para una actriz en el momento en que su personaje se le revela, lo mismo pasa con el resto del elenco de personajes. Dechent salva los muebles. Película sobre la pobreza y el subdesarrollo, resulta bastante decepcionante en su guion

24 oct 2018 / 00:16 h - Actualizado: 24 oct 2018 / 00:32 h.
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  • El guion de ‘Jaulas’ es muy flojo y todo objetivo se hace imposible. / El Correo
    El guion de ‘Jaulas’ es muy flojo y todo objetivo se hace imposible. / El Correo
  • El espectador tiene muy difícil ‘entrar’ en la película. / El Correo
    El espectador tiene muy difícil ‘entrar’ en la película. / El Correo

Dos películas españolas en la Seminci, las dos rodadas en Sevilla.

Por otro lado, Nicolás Pacheco, nacido en 1980 en la capital del Guadalquivir y curtido en el mundo del cortometraje, nos hace ver que la EICTV (Escuela de Cine de San Antonio de Baños, en Cuba, donde el mismísimo Gabo dio clases de guion, ya no es lo que era en los 90 para el cine español, momento en que salieron figuras de la talla del lebrijano Benito Zambrano, director de «Solas», la serie «Padre Coraje» o «Habana Blues».

«Jaulas» no alcanza la categoría de thriller y no sabemos siquiera si la de drama social. Me explico: utilizar a dos personajes con discapacidad para ni siquiera tratar de entenderlos es, a estas alturas de la película, un atraso, y por eso la película se resiente. Los intérpretes Manuel Cañadas y Mila Fernández, que interpretan al sobrino de la protagonista y a la hija del personaje interpretado por Antonio Dechent (el único, por cierto, que aporta alguna sonrisa) sin ser los culpables de este desaguisado de guion, se someten a las maldades que habitualmente se infringen a estos colectivos.

Por lo demás, se nos cuenta la historia de Concha (Estefanía de los Santos), una mujer que se separa de su odioso marido, y se va con su hija y los cuartos obtenidos de vender su parcela, a vivir con su hermana viuda, no tardando en ser chantajeada y violentada por un enemigo que se hace cada vez más fuerte: el villano interpretado por Manuel Tafallé, un mafioso y viejo verde, que no dudará en tratar de abusar sexualmente de su hija. El hecho de que se utilice a Canario (así lo llaman, no es broma) primero para ganar dinero, imitando en timbas el sonido del pajarillo, y que después tire la bolsa de Concha con el dinero a la basura creyendo que no hay nada, dice mucho de la catadura moral de todos los otros personajes, consigan estos o no sus objetivos, sueños o motivaciones.

Farragoso de seguir además, y con serios problemas para el espectador medio de empatizar con ninguno de ellos (de Concha apenas sabemos que fue vivaracha y muy orgullosa y hoy está desgarrada y rota), el guion es pobre, y ni siquiera la introducción del rumano (interpretado por Stefan Mihai) y que parece mudito e inexpresivo, sobre todo, en la primera y segunda partes, hace posible enmendar un resultado final catastrófico no sólo por el tema que trata, sino porque no conseguimos entrar en la película.

El trabajo técnico de fotografía con la luz natural y polvorienta propia del sur de España (propiciada por Alejandro Espadero) resulta curioso, si bien tendente al telefilme, la producción y ambientación de Antonio Pérez resulta simplemente y por momentos resultona y el montaje de Ana Álvarez Ossorio, eficaz sin más. Por cierto, cuando la música sobra, el filme chirría aún más.

Da la sensación de que el director de «Jaulas», acostumbrado a rodar cortometrajes, sólo ha tenido que añadir más parches que historias, más elementos escénicos que ideas o diálogos, de ahí que estemos ante un extraño producto malogrado por sus propias metáforas, que no justifican un trabajo actoral como el de la misma Estefanía de los Santos, actriz muy capaz, pero a la que ha caído el protagónico equivocado. Una pena.

Por otro lado, la película fue estrenada en el pasado Festival de Cine de Sevilla con éxito, y es capaz de pintar siquiera de un modo impresionista la pobreza tendente casi al subdesarrollo de algunas partes de nuestra geografía patria.