El Don apacible

... Para pasarse 2017 reconstruyendo la revolución de 1917

19 nov 2016 / 12:00 h - Actualizado: 20 nov 2016 / 19:56 h.
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¿Qué sentido tiene en la era de Twitter enfrentarse a una novela de casi dos mil páginas, en cuatro tomos? Pues ver el bosque que los arbustos de 160 caracteres no dejan ver. Comprender.

Y una de las cuestiones que hay que revisar es el acontecimiento que marcó el siglo XX: la revolución rusa. De entre todos los libros que he leído sobre el tema, El Don apacible es el más detallado, complejo y sobre todo, el que descubre qué pasaba más allá del decorado de San Petersburgo y Moscú, en la Rusia más profunda (y brutal: allí donde ni Pedro el Grande pudo llevar la más mínima Ilustración).

Lo escribió Mijaíl Shólojov, que vivió de cerca la guerra civil rusa (1918-1923), un escritor, premio Nobel (1965) y comunista (llegó hasta el Comité Central del PCUS) con una prosa sorprendentemente limpia de prejuicios y de propaganda, mucho más si la novela se considera un texto canónico del realismo socialista. De hecho, el protagonista no es un obrero, ni un campesino, sino de un heroico cosaco –como si en España Rafael Alberti hubiera hecho una novela con un guardia civil de protagonista–.

De hecho, es muy crítico el relato de la crueldad de señores de la guerra comunistas, como Fiódor Podtiólkov (RUS), con numerosas estatuas todavía en la comarca de sus acciones. Por supuesto, la extrema crueldad –desde la primera página del libro– salpica a todos los bandos, en especial cuando en el tercer volumen aborda el desesperado alzamiento de los cosacos del Alto Don (RUS), en 1919, que el autor –nacido en 1905– vivió cuando apenas era un chiquillo y reconstruyó con entrevistas para contar, a partir de 1928 y hasta 1940, todos los sucesos y anécdotas de esa guerra. Desde las batallas y escaramuzas hasta los encuentros de los cosacos con las mujeres o sus fiestas.

Con una capacidad enciclopédica para describir personajes reales en interacción con los inventados, de detallar hechos con más precisión que un libro de historia, la novela se puede leer a lo largo de todo el inminente año 17 deteniéndose con la ayuda de Google en las vidas de muchos de los protagonistas de la revolución y la guerra civil subsiguiente. Lamentablemente, las biografías de muchos cosacos blancos, como las de Pável Kudínov y Jarlampi Yermakov (ENG) solo aparecen en ruso, y, aunque fueron personas reales y personajes del propio libro, también inspiraron a su protagonista, el inventado Grigori Mélejov. También las tecnologías ayudan mucho a localizar los escenarios, las ciudades (stanitsas cosacas) y aldeas (jútores) del desconocido sector del Alto Don. Y es que, más allá de las dos capitales históricas, lo que se desconoce del gran país euroasiático es inmenso...

¿Por qué perder el tiempo todo un año con estos cuatro libros? La revolución rusa, condenada con el colapso de la URSS hace un cuarto de siglo, merece una relectura ahora que el modelo neoliberal que venció la Guerra Fría hace aguas o cuanto menos se muestra incapaz de satisfacer las demandas populares. En 2017 se cumple, además, un siglo de esos 10 días que conmovieron al mundo, como los describió el periodista y escritor norteamericano John Reed, testigo del asalto al Palacio de Invierno y de la Revolución de Octubre en San Petersburgo –desde el hotel Astoria, junto al Puente Azul, el más ancho del mundo en relación con su longitud–. El legado de esta revolución y de la propia Unión Soviética están silenciados desde su caída tras la Perestroika, porque no todo lo que ocurrió tras el Telón de Acero fue una sucesión de crímenes, deportaciones, expropiaciones y requisas.

También en 1940 otro genial escritor ruso (o en lengua rusa, porque era ucraniano), Mijaíl Bulgákov, anticomunista hasta morir amargado en vodka, terminó El maestro y Margarita, un contrapunto de realismo mágico y de crítica a carcajada limpia que sirve para comprobar cómo, pese a la férula de Stalin, y hasta que la II Guerra Mundial arrasó la URSS, este país seguía produciendo cultura universal de la mejor. Pero con la invasión de Hitler en 1941 se cerró el ciclo de siglo de oro que un siglo largo antes iniciaron Aliexandr Pushkin y Nikolay Gógol, tras la de Napoleón.

Calificación: enciclopédico.

Tipo de lectura: fácil. El estilo se pone al servicio del mensaje.

Tipo de lector: quien quiera buscar la memoria histórica del acontecimiento que marcó todo el siglo XX.

Argumento: Grigori Mélejov es un cosaco joven, con la cabeza a pájaros. Llega la I Guerra Mundial y todo se complica.

Personajes: centenares. Se mezclan los reales y los imaginarios.

¿Dónde puede leerse?: junto a una tablet, para ver quién es quién y dónde están los sitios.