«Son los templos más poderosos que la humanidad jamás construyó, mucho más que las catedrales que les sucedieron. Sus piedras conectan con los puntos de poder, algo así como una acupuntura megalítica sobre el sistema nervioso de la tierra». Este discurso, inserto en su último trabajo literario, es una de las tesis defendidas por el editor, escritor y expolítico Manuel Pimentel (Sevilla, 1961) para tratar de explicar el secreto que esconden las piedras neolíticas repartidas por nuestra península, y más allá de esta. Nos estamos refiriendo a los dólmenes, verdaderos «templos» de la prehistoria con una antigüedad estimada entre los 5.000 y 6.000 años, pero también a otras construcciones similares como los tholos, los cromlechs (el más conocido es el de Stonehenge, en Salisbury) así como los menhires. Y es que Dolmen, publicada por Almuzara hace apenas unos meses, se configura como un thriller sorprendente donde tienen cabida la pasión por la arqueología de su autor, el gusto por el misterio y un didactismo tan asombroso que nos impulsa a descubrir la 'cara B' de nuestra geografía más próxima.

Crímenes en el Aljarafe

La trama de Dolmen arranca en pleno Aljarafe sevillano, cuando, tras un crimen terrorífico perpetrado mediante un rito prehistórico, una extraña rueda comienza a girar despertando el estupor de los agentes encargados del caso y alarmando a toda la opinión pública. Artafi Mendoza —joven arqueóloga protagonista de la anterior novela de Pimentel, La ruta de las caravanas— , pronto comprende que la policía será incapaz de adentrarse en la magia de la prehistoria con la técnicas del siglo XXI, por lo que se verá obligada a desvelar el misterioso secreto que se oculta bajo los crímenes megalíticos. En suma, Dolmen cuenta con todos los ingredientes necesarios para enganchar al lector, desde la primera página hasta la última. A saber, una estructura basada en la técnica de las 'muñecas rusas'; esto es, aparentemente sencilla, pero que se complica página a página y capítulo a capítulo; un uso del lenguaje cercano y directo y con grandes concesiones al diálogo; un ritmo vertiginoso y un puñado de guiños a la literatura noir de todos los tiempos: desde Agatha Christie a Raymond Chandler, pasando por Jo Nesbø y Camilla Läckberg.Una lección de historia

Pero si por algo destaca la última novela de Pimentel es por el concienzudo trabajo de investigación oculto entre sus párrafos. Siguiendo las pautas de autores de moda como Dolores Redondo (Trilogía del Baztán) o Eva García Sáenz de Urturi (El silencio de la ciudad blanca), cuyo éxito radica fundamentalmente en combinar ritos del pasado, psicología y misterio, el escritor afincado en Córdoba teje un argumento hábil que nos permite descubrir la importancia de los monumentos neolíticos repartidos por nuestra geografía. Una red tan desconocida como cautivadora que abarca provincias como Huelva, con el sobresaliente Dolmen de Soto; Sevilla, con los de la Pastora y Matarrubilla; o Málaga, cuyo conjunto antequerano ha sido recientemente nombrado Patrimonio de la Humanidad. Así, el responsable de títulos como Peñalaja, El librero de la Atlántida o El arquitecto de Tombuctú, se luce en su faceta de divulgador del patrimonio regalándonos una guía iniciática sobre los hitos de la prehistoria en el sur de Europa. Y es que además de Andalucía, los personajes de Pimentel se adentran en la vecina Portugal, de ahí que el ramillete de rincones megalíticos resulte tan rico como ilustrativo. De este modo Dolmen se destapa como una novela negra de corte actual, pero al mismo tiempo como una sugerente lección de historia. Cuna del megalitismo europeo

Con la publicación de su obra, el exministro confirma que no es necesario viajar lejos para adentrarnos en la magia que nos proporciona el pasado. No cabe duda que países como Inglaterra y Malta atesoran piezas megalíticas de primer orden, pero las nuestras no tienen nada que envidiarle y, de hecho, son incluso superiores. No en vano el Dolmen de Menga, ubicado en el municipio de Antequera, es el mayor descubierto jamás, mientras que el Tholos de La Pastora, en Valencina de la Concepción, posee el corredor más largo de la Península. De ahí que el escritor no duda en señalar que «hay muchísimos dólmenes en España. Los más importantes del mundo están en Andalucía y, sin embargo, no se conocen». Es el caso de El Gandul, ubicado en Alcalá de Guadaíra, el de Montelirio, en Castilleja de Guzmán, el de Gorafe, en Guadix-Baza, o el de Alberite, en Villamartín (Cádiz); todos ellos con un potencial tan grande que nos permite pensar que la cuna del megalitismo europeo se halla en nuestra comunidad autónoma. Asimismo al director del programa Arqueomanía, que se emite en La 2 de Televisión Española desde hace varios años, le fascina de una manera especial el componente sobrenatural de dichos santuarios de piedra. Concretamente «la mentalidad mágica de los constructores de dólmenes, que se prolonga hasta nuestros días». De este modo, como gran aficionado a la historia subterránea de nuestro país, Pimentel subraya que «los dólmenes están asociado al poder telúrico de la naturaleza y fueron erigidos en sitios de fuerza». Y es que para documentarse debidamente, el autor de Leyendas de Tartessos ha visitado muchos yacimientos, analizado su contexto histórico y sumergido en la parte menos científica asociada a estas construcciones megalíticas.