Planes para no estar muerto

Miedo a la muerte; miedo a olvidar y, así, perder la identidad; realidad e invención. Estos son los ingredientes de una buena novela de Diego González.

21 ene 2017 / 12:00 h - Actualizado: 20 ene 2017 / 11:32 h.
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  • Portada de la novela ‘Planes para no estar muerto’. / El Correo
    Portada de la novela ‘Planes para no estar muerto’. / El Correo

Esta es una novela corta (apenas ochenta páginas) con la que Diego González debuta en la Editora Regional de Extremadura. Narra de una forma concisa la historia de Ache, un hombre de ascendencia china, que se dedica, entre otros asuntos, a escribir listas de cosas por hacer para otras personas. Estas listas son necesarias para que la muerte no sorprenda a sus clientes sin nada por hacer y se los lleve sin más. Un personaje llamado Dao Ji le encarga un trabajo que terminará por convertirse en algo muy especial: escribir esas listas para que Xiu Mei, la niña-gato, no se convierta en un fantasma, no pierda su rostro. Ache se va enredando en una relación amorosa con esta niña-mujer (¿anciana?), que, poco a poco, va perdiendo su memoria. Elaborando una lista tras otra intenta aferrar a la vida a la niña gato. El miedo a la muerte, al olvido, a perder los propios orígenes reales o inventados o el honor que uno dejó de buscar en un momento determinado, son temas esenciales de esta obra.

También la maldición de ser mujer ocupa un lugar preeminente en esa novela, igual que lo hico en La importancia de que las abejas bailen su anterior novela corta, premiada con el Felipe Trigo en el año 2008 y publicada por Algaida.

Diego González trae a nuestra puerta la China de Mao; la época en la que el Gobierno puso en marcha el Gran Salto Adelante, que terminó por provocar un periodo de hambruna en el que treinta millones de personas murieron.

Narrado con frases cortas, impactantes, te obliga a estar atento. No es una novela en la que te puedas saltar un párrafo sin consecuencias. El propio autor advierte que ha sido un experimento, en el que ha intentado decir muchas cosas con el menor número de palabras posible.

Diego González, es periodista, documentalista, narrador, poeta y esta es su quinta obra publicada, después de la ya mencionada La importancia de que las abejas bailen y los poemarios Mil formas de hacer la colada y Mudanza en los bolsillos. Nos encontramos ante una obra muy interesante que ha logrado un gran éxito para la Editorial Regional de Extremadura, porque se ha agotado la primera edición en una semana (no es broma). Como extremeña no puedo por menos que alegrarme y congratularme por el éxito de Diego y de esta editora púbica que ha iniciado un nuevo camino de la mano de Eduardo Moga.

Calificación: Muy buena.

Tipo de lectura: Intensa.

Tipo de lector: El que disfrute de la poesía en su sentido más amplio.

¿Dónde puede leerse? Donde quieras, pero tranquilo y a solas.

¿Dónde puedo encontrarlo? En cualquier librería, dentro de poco, podréis encontrar la segunda edición. Daos prisa porque vuela.