Poesía y premios machistas

Nieves Álvarez reflexiona junto a Concha García sobre la desigualdad que hubo y hay entre hombres y mujeres a la hora de recibir premios de poesía

24 feb 2018 / 08:12 h - Actualizado: 24 feb 2018 / 11:22 h.
"Poesía"
  • Nieves Álvarez. / Fotografía de Chema Lozano
    Nieves Álvarez. / Fotografía de Chema Lozano
  • Nieves Álvarez. / Fotografiá de Miguel Angel Garcia
    Nieves Álvarez. / Fotografiá de Miguel Angel Garcia

Todos sabemos que los premios son importantes por la visibilidad que generan al autor que lo gana, así como el monto económico que perciben, tanto el premiado como los jurados, casi siempre varones, yéndose el resto a la editorial que los publica. Se ha recogido la información sobre un total de 48 premios de poesía con una dotación mayor de 5.000 euros.

Una de las conclusiones de este estudio demuestra que las editoriales importantes de poesía mediatizan los premios. El estudio también nos hace ver que casi siempre un mismo editor ha sido jurado en el premio de su editorial, o ha repetido como miembro de jurados hasta cien veces, o más. También pone de relieve que, en algunos premios de poesía, se producen conflictos que ponen en cuestión su transparencia. Si bien ya se habían publicado trabajos sobre género, como el de María Rosal o el de Cecilia Dreÿmuller, éste de Nieves Álvarez confirma que las grandes editoriales ejercen un control importante sobre los premios, con datos en la mano. Además, el estudio desvela que no solo las mujeres son las perjudicadas, sino una gran parte de los hombres que no publicaron en las editoriales convocantes, con la intención de generar lo que podría ser un canon de la poesía española no solo peninsular, también exportado a países latinoamericanos, e invisibilizando al resto de la poesía española y, me temo que, a la hispanoamericana en este país.

Este estudio se va a remitir al Defensor del Pueblo para que estudie si las entidades públicas han incurrido en algún tipo de incumplimiento legal.

Son muy buenas las citas elegidas para este estudio, por ejemplo: Quien no se mueve no siente las cadenas, de Rosa de Luxemburgo, o Lo más escandaloso que tiene el escándalo es que uno se acostumbra, de Simone de Beauvoir. Puede que este ensayo ayude a sacar a flote parte de la cloaca poética.

«Las citas me parecieron muy oportunas, sobre todo porque son una buena síntesis de las conclusiones. Las mujeres poetas (al igual que las mujeres de otros ámbitos de la sociedad) llevamos demasiado tiempo sometidas a una situación escandalosa, incomprensible y tremendamente injusta por el machismo en los premios de poesía públicos. Ganados en un 18 por ciento por mujeres y en un 82 por ciento por hombres en el último siglo. Estas son unas proporciones, cuanto menos, llamativas; el incumplimiento de la Ley de Igualdad Efectiva, que desde 2007 exige el cumplimiento de la paridad en los jurados de estos premios; la ceguera de quienes organizan los concursos (instituciones públicas y organizaciones sin ánimo de lucro) y de quienes forman parte de los jurados (poetas y editores). No deberían dejar al margen la poesía escrita por mujeres, porque con ello nos perdemos grandes voces que merecen las mismas oportunidades que sus compañeros varones. Nuestro país no se puede permitir ignorar el talento de la mitad de la población.

Las cifras hablan alto y claro. Hemos estudiado en profundidad 1.359 ediciones de 48 premios literarios de poesía, desde 1923 a 2016, casi 100 años de concursos, y hemos descubierto que, en total, de los 1.468 premios entregados, 257 (el 17,51 por ciento) fueron concedidos a poetas mujeres y 1.211 (82,49 por ciento) a hombres, por jurados compuestos mayoritariamente por hombres.

Pero eso no es lo más grave, el jurado debe tener libertad (si actúa de buena fe y con justicia) de premiar el poemario que lo parezca mejor, según unos criterios técnicos (las más de las veces subjetivos). Lo peor de esto es que, de las 6.701 plazas posibles en los jurados de esos 48 concursos de poesía, solo 1.060 (el 15,82 por ciento) fueron ocupadas por mujeres y 5.641 (el 84,18 por ciento) por hombres. Ahí es donde está el principal problema detectado. Estos resultados cambian poco si se consideran exclusivamente los jurados desde el año 2007, en que se promulgó la Ley de Igualdad Efectiva (artículos 11, 16 y 26) que obliga a la paridad en los jurados.En definitiva, esta ley no se cumple.

Desde Genialogías, asociación de mujeres poetas en la que participo (ahora como Vicepresidenta), no estamos reclamando que nos den más premios por el hecho de ser mujeres, sino que no nos los quiten por ese mismo hecho. Y reclamamos los derechos que las leyes nos conceden y que hace años que no se cumplen».

Cuando echas un vistazo al ensayo te dan ganas de denunciar el abuso que se ha cometido durante los últimos años y continúa...

«Yo creo que todo el mundo debería denunciar aquello que ve y que le parece injusto. Nuestra labor, desde Genialogías, se ha centrado en conocer a fondo la cuestión del machismo en los premios, para poder denunciarla con los datos en la mano. En este caso, los datos han confirmado lo que ya sospechábamos: que el machismo campa a sus anchas por los juegos florales públicos del país. Ya podemos acudir ante las instituciones convocantes, la institución del Defensor del Pueblo, etc. a reclamar lo que tenemos que reclamar.

Mi opinión personal sobre el funcionamiento de los premios es la siguiente: Sí, es tremendo lo que ahora sabemos, la información que puede inferirse de un estudio en el que en realidad analizábamos otra cosa (el machismo en los premios públicos de poesía españoles). Pero todo está relacionado.

En el informe queda constatado que algunos editores (y algunos miembros de jurados también) dicen a sus poetas que se presenten a un premio en concreto (en el que ellos son miembros del jurado, claro) para darles el premio a dedo. Si el comité de selección no ha seleccionado ese poemario, incluso lo reclaman y lo premian. Así de sencillo. Cuando esto ha sucedido, se ha marginado no solo a las mujeres, sino a cualquier poeta (hombre o mujer) que previamente no haya publicado en una editorial importante o no tenga amigos en el jurado. Así que, en estos casos, se han incumplido las bases de los concursos públicos (que dicen que los poemarios deben presentarse con plica), con el beneplácito de las instituciones convocantes.

Por eso, creo que garantizar la paridad en los jurados podría ser una manera de conseguir un beneficio para todos: esto forzaría una mayor diversidad en los jurados y, con ello, tal vez, una menor manipulación del resultado final de las deliberaciones.

En este país ha habido un poder poético desde los años ochenta capitalizado por Visor e Hiperión, eso lo sabíamos, pero los datos te dejan perpleja.

«Es cierto que, durante mucho tiempo, ha habido rumores y cotilleos en los llamados «mentideros poéticos» sobre el tema. Pero, hasta ahora, no se habían aportado datos fiables para afirmar o negar tal supuesto.

La investigación realizada apunta a que sí, que efectivamente algunas editoriales intentan controlarlos resultados de los concursos de poesía públicos de este país. Este intento de controles más claro en aquellos premios relacionados con la editorial Visor, en cuyos jurados participa la propia editorial (de hecho, el editor es la persona que más ha formado parte de jurados a lo largo de la historia de estos concursos, en el periodo analizado). Asimismo, la práctica totalidad de los miembros de esos jurados son poetas (mayoritariamente masculinos) publicados por Visor.

Pero también hay que señalar que el estudio no ha podido confirmar al 100 por cien este punto con otras editoriales, como Hiperión (aunque es cierto que el editor de Hiperión, por ejemplo, ocupa el cuarto puesto en el ranking de personas que más han participado en los jurados durante esos años); y menos aún con otras editoriales.

De cualquier forma, desde la Asociación Genialogías no hemos querido realizar esta investigación para hablar otra vez de ellos y su forma de actuar, sino para sacar a la luz la injusticia que supone dejar a grandes poetas mujeres fuera de campo, porque el funcionamiento de los concursos públicos de poesía hace que estén en desventaja».

Analizas 48 premios de poesía: el Ciudad de Jaén, el Ciudad de Burgos, el Loewe, el Antonio Machado, etcétera etcétera. Se deduce que muchos han vivido de los estipendios que concedían por ser jurado. Por ejemplo García Montero ha sido jurado 101 veces, Chus Visor, 182 veces, Caballero Bonald, 105 veces, Ricardo Bellveser, 25 veces, Luis Antonio de Villena 75 veces, Carlos Marzal, 57 veces, Jesús Munárriz 81... cuando la mujer que mayor veces a sido jurado ha sido Clara Janés, 31 veces, u otras como Blanca Andreu, 30 veces; Aurora Luque, 27 veces.

«Esto no lo confirma el estudio de ningún modo. El informe «Descubrir lo que se sabe» no contiene esos datos, ni yo sé de qué viven estos señores. Ese es un tema muy personal que nunca ha formado parte del estudio. Por otra parte, es legítimo que si una entidad organizadora de un concurso de poesía les llama, ellos acepten la invitación y cobren por su trabajo. Lo que no es de recibo es que las entidades públicas incumplan sus propias bases ni que se dejen fuera de los jurados a mujeres muy valiosas, que podrían aportar su sabiduría y experiencia en la valoración de los textos presentados. No en vano, en el momento actual, las mujeres tienen una preparación excelente, basta con ver las notas que obtienen en las carreras universitarias o los másters, su presencia en eventos culturales y poéticos o los libros de poesía que escriben».

Con estos datos, lo más sano sería no presentarse a premios, o que hubiese una limpieza de los mismos y quedaran reducidos a premios honoríficos.

«A nivel personal estoy de acuerdo con usted, creo que quienes piensen que el premio al que se van a presentar no es limpio, no deberían presentarse a él. Desde la Asociación Genialogías simplemente queremos reclamar (a través de este estudio y otras acciones que estamos desarrollando) que haya transparencia e igualdad de género en los concursos. Creemos que estos no tienen por qué desparecer, pues en muchos casos son una oportunidad para publicar y darse a conocer. Solo consideramos que los premios públicos deberían estar –de verdad- al alcance de la buena poesía, sin discriminación por razón de sexo».

Con este estudio se evidencia que la historia de la poesía española en los últimos 30 años, está en manos de unas cuantas editoriales y oculta a muchísimos buenos poetas tanto hombres como mujeres.

«Obviamente, estoy de acuerdo con usted a nivel personal, pero esto ya se sabía, no hacía falta este informe para darse cuenta. Al respecto, sin embargo, «Descubrir lo que se sabe» no aporta datos».

¿Es habitual que suceda en otros países este fenómeno?

«Lo cierto es que lo desconozco. Mi estudio se ha ceñido al territorio español».

Quizás va siendo hora de valorar la poesía que no ha recibido premio alguno, la exquisitez poética sin subvenciones. Ahora me explico las lágrimas de algún poeta laureado ofreciendo un manuscrito de un poema por un euro.

«Personalmente coincido con su opinión: la buena poesía (escrita por hombres o por mujeres) debería tener un lugar en el canon, independientemente de premios».

Genialogías es más que una asociación para la visibilidad de la poesía escrita por mujeres, es también una editorial, y una manera de proceder. ¿No temes que acabe siendo también partidista el hecho de publicar solo mujeres?

«La Asociación Genialogías es una asociación, no una editorial. Como le he comentado antes, está editando la Colección Genialogías de poesía escrita por mujeres, grandes autoras del XX y XXI, en colaboración con Tigres de Papel. También hemos colaborado con esta editorial para la publicación del informe «Descubrir lo que se sabe».

No tememos ser partidistas por publicar solo a mujeres, porque somos intencionadamente partidistas al publicar solo a mujeres. No queda más remedio, hay que compensar el vacío de grandes voces femeninas de la poesía de nuestro país en el canon institucionalizado (a nivel académico y de premios, por ejemplo) o en el terreno de la crítica.

En cuanto a la calidad de la poesía que publicamos en la Colección Genialogías, lucharemos por que esta siga siendo incontestable. Aquí no cabe el partidismo, solo la buena poesía. Para ello, nuestra comisión de edición está compuesta por expertas de cuyo criterio nos fiamos plenamente».