Point Blank: Apostar la propia vida

Las mafias controlan los resultados de los distintos deportes. Con ello, pueden apostar y ganar grandes cantidades de dinero. Resultado: el deporte adulterado para siempre y un submundo peligroso que toma importancia cada día que pasa

11 jul 2018 / 11:44 h - Actualizado: 07 jul 2018 / 12:20 h.
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  • Klaus es un infiltrado en las mafias que controlan los resultados de diferentes deportes. Un mundo gris y peligroso aguarda. / El Correo
    Klaus es un infiltrado en las mafias que controlan los resultados de diferentes deportes. Un mundo gris y peligroso aguarda. / El Correo
  • Las mujeres en las familias mafiosas tienen una posición de inferioridad absoluta. / El correo
    Las mujeres en las familias mafiosas tienen una posición de inferioridad absoluta. / El correo
  • Tom Schilling. / El Correo
    Tom Schilling. / El Correo
  • Las apuestas no son un problema en sí mismas. Las mafias sí lo son. / El Correo
    Las apuestas no son un problema en sí mismas. Las mafias sí lo son. / El Correo
  • Cartel de lapelícula. / El Correo
    Cartel de lapelícula. / El Correo

El mundo de las apuestas es algo normal y lícito hasta que las trampas se instalan en los campos de fútbol, en las pistas de tenis o en las piscinas en las que se disputan partidos de waterpolo. Las mafias acuden como las moscas a la miel allí donde hay dinero, allí donde pueden imponer su propia ley que hace millonarios a unos pocos y arruinan todo lo que está alrededor.

El espíritu deportivo desaparece cuando el dinero ilegal llega. Hay quien piensa que desaparece cuando aparece el dinero sea legal o no. Lo cierto es que si un partido se pierde porque los jugadores reciben una prima, si un combate de boxeo acaba en el quinto asalto y se sabe de antemano ¿qué queda de eso que llamamos espíritu deportivo? Lo tóxico llega siempre con el dinero ilegal y con las organizaciones violentas.

Además, el peligro de coquetear con mafias es alto. Un jugador que se entrega a un grupo de delincuentes no puede triunfar nunca más. Siempre estará a merced de lo que le digan que haga. No sirve eso de decir sí un rato y luego decir no. La entrega es total y perpetua.

En definitiva el mundo de las apuestas en su trastienda es peligroso, ilegal y nada recomendable.

De este asunto habla la película alemana Point Blank (Auf kurze Distanz, 2016), un trabajo del realizador Philipp Kadelbach creador de Hijos del Tercer Reich, un thriller ganador de los cuatro principales German TV Awards: mejor película, director, guion y actor.

Kadelbach no tiene compasión y no deja títere con cabeza. El universo que nos presenta es gris, duro, hostil. Las personas son entre peligrosas y pétreas. Ni la policía se libra. Al fin y al cabo forma parte de ese universo de las apuestas. Se supone que están en el reverso, alejados de la mafia en sus comportamientos, pero no, para Kadelbach no hay gran diferencia. Por supuesto, el guion de Holger Karsten Schmidt y Oliver Kienle apunta a esa visión negativa y turbia de la realidad.

¿Qué cuenta la trama? La policía infiltra a un hombre en la mafia serbia. Estos grupos amañan partidos o combates constantemente. El infiltrado, Klaus, quiere cazar al que es cabecilla mafioso, Aco Goric. Entabla amistad con Luka un sobrino de Goric. Y todo se va convirtiendo en un escenario peligroso de ambiente irrespirable. Las mujeres ocupando puestos ridículos en las familias, violencia injustificada, sospechas que llevan a matar, policías amargados, asesinos que huelen la sangre y se enfurecen. Y esa inteligencia, esa astucia de los asesinos que van siempre un paso por delante de la policía.

Tom Schilling, el actor que encarna a Klaus, cumple. El resto del reparo también aunque se contagia de lo que cuenta el guion y todos lucen grises. Lo cutre gana la batalla por completo y eso no termina de funcionar bien. Porque todo puede ser opaco y las interpretaciones no pueden dejar de ser brillantes.

Técnicamente, la película es correcta. Desde la iluminación al vestuario, todo está bien. Pero el presupuesto no debió ser el más alto del año en Alemania.

Por tanto, todo bien. Sin embargo, hay que señalar que el gran problema de la película es el punto de vista que se elige para contar la historia. Ya lo conocemos de otras veces. El policía que se infiltra en una organización y termina entablando amistad con un miembro mafioso. ¿Recuerdan la película Donnie Brasco? Pues si han visto el trabajo de Mike Newell este Point Blank les hará recordarlo.

Actualmente se puede apostar cualquier cantidad y por cualquier cosa. Esto no es ni bueno ni malo en sí mismo. Una excesiva dependencia de las apuestas o contraer deudas que no se pueden asumir sí son problemas en sí mismos. Las apuestas deportivas son perfectamente legales y no son un problema en sí mismas. Que una organización de delincuentes amañen los resultados para ganar dinero sí es un problema enorme.

Ver la película es enriquecedor. Aunque el mundo que nos dibujan sea algo deprimente. Merece la pena echar un vistazo.