‘Roma’: La impostura y la verdad ante la maternidad

A los aficionados al cine no les ha debido causar sorpresa que ‘Roma’, la última película de Alfonso Cuarón haya sido premiada como mejor película en lengua extranjero en los Globos de Oro de este año. Tampoco que Cuarón haya sido galardonado como mejor director. Y no sorprende porque esta película es, sencillamente, deliciosa

08 ene 2019 / 11:34 h - Actualizado: 08 ene 2019 / 11:57 h.
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  • La actriz Yalitza Aparicio interpreta el personaje principal de forma magistral. / El Correo
    La actriz Yalitza Aparicio interpreta el personaje principal de forma magistral. / El Correo

Roma es una excelente película. Ya está dicho. Alfonso Cuarón, con una cámara digital Alexa de 65 mm, decidió regresar a su México natal para contarnos su niñez, su relación con el mundo, las marcas que dejaron algunas personas en su vida y entrego un trabajo emotivo, evocador, emocionante y lleno de un cine magnífico.

Esa cámara digital se coloca en la distancia, sin inmiscuirse demasiado en la acción, como si no quisiera existir. El plano secuencia va tomando fuerza para que todo parezca tan real como sea posible. Los encuadres exactos y casi improbables aportan matices riquísimos. El blanco y negro luminoso, brillante, nos enseña unos recuerdos que se soportan sobre pequeños detalles, sobre lo cotidiano, sobre la lentitud del paso del tiempo. El sonido de la película es extraordinario y aporta a la imagen una fuerza demoledora. Las escenas de la manifestación o del incendio son claros ejemplos de cómo hay que utilizar el sonido en el cine.

‘Roma’: La impostura y la verdad ante la maternidad
La película de Cuarón es, también, un retrato social del México de los años 70. / El Correo

Roma cuenta la vida de una familia acomodada en el México de los años 70. La situación política era complicada, la violencia estaba presente en cualquier lugar, se negaba el racismo aunque el clasismo era contundente e intocable. Las familias de clase media y media alta contaban con la ayuda de personas encargadas de las labores domésticas, con chófer. Y una de esas personas (en la película) es Cleo (maravillosa, monumental, apasionante, Yalitza Aparicio) una empleada doméstica que representa a la que Cuarón tuvo en su casa siendo niño. La mujer, de origen mixteco, quiere a los cuatro niños de la casa como si fuera su madre y los niños adoran a la muchacha. Su bondad, su transparencia y su humildad, son abrumadoras. Trabaja con ella Adela (Nancy García García, mucho más discreta en un papel mucho más secundario). Y la señora Sofía (Marina de Tavira) es la madre y la esposa de un hombre que solo aparece en la casa para abandonar a la familia. Otra mujer y madre que aparece en pantalla es la abuela. La película se organiza alrededor de la figura de las madres, reales o impostadas. Cleo se tendrá que enfrentar a su propia maternidad.

‘Roma’: La impostura y la verdad ante la maternidad
Cleo es capaz de querer a los niños como si fueran sus propios hijos; los niños quieren a Cleo como si fuera una más de la familia. / El Correo

La película se divide en dos bloques. En el primero, las imágenes pelean en el territorio en el que se unen el naturismo y lo formal. Todo es más evocador. El segundo bloque es utilizado para resolver conflictos de los personajes y la cámara busca planos más explícitos, más informativos, menos expresivos. En este segundo bloque el ritmo es mucho más ágil. Mientras la lentitud de la primera hora de película puede resultar algo pesada a determinado tipo de espectador, ese segundo bloque hace que el universo que ha creado Cuarón alcance velocidades extremas.

Si el cine tiene que emocionar, la película de Alfonso Cuarón logra el objetivo con creces. La belleza, en sí misma, ya es un detonante de emociones. Pero el realizador logra que aumenten cada minuto que pasa. Por otra parte, la tensión narrativa va creciendo y el último tramo de la cinta deja sin respiración al espectador.

‘Roma’: La impostura y la verdad ante la maternidad
Alfonso Cuarón da instrucciones a la actriz Yalitza Aparicio en un momento del rodaje de ‘Roma’. / El Correo

Roma es una película que resoba cine del auténtico, sentimientos profundos y arraigados en Cuarón, una forma de entender las cosas que deja poso y permite reflexionar. Por ejemplo, la pregunta obligada es si puede existir una relación entre iguales sin conocer el nombre del otro (la abuela no recuerda el nombre de Cleo en un momento determinado); es si es posible una relación entre iguales si uno mira desde las alturas al otro. Se formulan muchas más.

Una de las mejores películas rodadas en los últimos años.