The Exhibition: Hora y media navegando a bordo del Titanic

El ideario común suele nutrirse de lo que se conoce a través del cine o de la literatura. Por ello, las exposiciones sobre asuntos tan míticos como puede ser el hundimiento del Titanic resultan tan atractivas

26 oct 2015 / 15:45 h - Actualizado: 26 oct 2015 / 15:53 h.
"Exposiciones","Titanic"
  • Reproducción de la gran escalinata. Era una de las dos escaleras que servían como entrada de la primera clase y el elemento decorativo más conocido del Titanic. / © Musealia
    Reproducción de la gran escalinata. Era una de las dos escaleras que servían como entrada de la primera clase y el elemento decorativo más conocido del Titanic. / © Musealia
  • The Exhibition: Hora y media navegando a bordo del Titanic
  • La niña Louise Kink posa junto a su madre. / © Musealia
    La niña Louise Kink posa junto a su madre. / © Musealia
  • The Exhibition: Hora y media navegando a bordo del Titanic
  • The Exhibition: Hora y media navegando a bordo del Titanic

{Hasta el próximo día 6 de marzo de 2016 se puede visitar la exposición Titanic. The Exhibition instalada en el Fernán Gómez – Centro Cultural de la Villa de Madrid.

Las recreaciones de los pasillos del Titanic, los camarotes en los que descansaron los pasajeros de las distintas clases, los diferentes objetos que se han ido recuperando a lo largo del tiempo o cartas manuscritas de tripulantes y pasajeros, convierten la visita en un tiempo de reflexión muy emocionante.

El Titanic naufragó y con él una época entera. Pero, sobre todo, el Titanic trasladaba a cientos de personas, con sus equipajes y con sus sueños por realizar. Se troncharon las esperanzas de cientos de personas como si fueran juncos y sus esperanzas descansan en el fondo del mar como si fueran pecios minúsculos e invisibles. Los supervivientes tuvieron que afrontar situaciones nuevas que nunca antes habían soñado. Más de una dama del pasaje era pobre al día siguiente de producirse el naufragio puesto que todas sus joyas se habían perdido, puesto que su marido y los documentos que les convertían en pudientes se habían hundido junto a miles de toneladas de acero unidas por más de tres millones de remaches.

Es, con seguridad, el mayor acierto de la exposición: las historias personales son las que hacen del Titanic un barco legendario y su hundimiento una tragedia de dimensiones colosales. Y así está enfocada la muestra.

Cada objeto expuesto nos habla del pasajero al que perteneció o hizo uso de él. Una manta original que utilizó la pasajera de tercera clase Velin Ohman; las botitas que calzaba la niña Louise Kink en el momento de producirse el naufragio; vajillas de plata y de loza, hamacas o tickets y telegramas originales.

Algunas cartas nos hablan del destino, de cómo algunas personas no viajaron por distintos motivos y evitaron una muerte segura.

Las listas de pasajeros muertos y la de cadáveres recuperados nos anclan al suelo y dejamos de pensar en las películas o en las novelas para acercarnos a la realidad.

También podemos disfrutar de piezas del barco. Una ventana original, un mamparo de cierre que debería haber hecho del Titanic una nave insumergible, un trozo de carbón rescatado de las profundidades que hubiera servido para que el Titanic continuase navegando hasta su destino. Resultan especialmente atractivas las recreaciones de los camarotes y de los pasillos por los que los pasajeros transitaron durante el primer y único viaje del barco.

La visita se realiza con un audífono individual en el que se relata todo aquello que el visitante puede ir viendo. Fotografías, vitrinas con objetos diversos y elementos como, por ejemplo, la recreación de un pequeño iceberg o la maqueta del RMS Titanic.

Si usted no tuvo la oportunidad de visitar la exposición durante el tiempo que se pudo ver en Sevilla tiene, ahora, una excelente oportunidad de hacerlo aprovechando un viaje a Madrid.