Un musical para toda la familia
El sevillano barrio de Los Remedios acoge el espectáculo «Godspell», una propuesta multicolor en la que Jesús de Nazaret se nos muestra más actual y cercano que nunca. Dirigido por Carmen Ortega e interpretado por un elenco de jóvenes apasionados del teatro, sus canciones nos retrotraen a una época en la que la música ejercía de motor del cambio
El año que se estrenó «Godspell» Pablo Neruda recibió el Premio Nobel de Literatura, el monte siciliano Etna entró en erupción y las mujeres obtuvieron el derecho al voto en Suiza. Asimismo 1971 fue declarado por la ONU Año Internacional de la Lucha contra el Racismo y la Discriminación Racial, evidenciando que el mundo, ese mismo al que la guerra de Vietnam seguía desconcertando y sumiendo en la tristeza, necesitaba de un urgente cambio. Eso mismo debió pensar John-Michael Tebelak, el autor del libreto original, mientras imaginaba las escenas de su obra en las aulas de la Carnegie Mellon University de Pittsburgh, uno de los más destacados centros de investigación en el área de la computación y la robótica de los Estados Unidos. Aunque ahora nos sorprenda, por aquel entonces el musical únicamente contaba con una canción, By My Side (A donde vas, en la versión española), a la que se sumaban un puñado de viejos himnos episcopales interpretados por una banda de rock. De un modo u otro la idea de Tebelak —basada en el Evangelio de San Mateo— caló tan fuerte entre la comunidad estudiantil que provocó que este abandonase los estudios para recalar en Nueva York. De este modo «Godspell» («La llamada de Dios») pasó a representarse en el teatro experimental Café La MaMa durante quince días, despertando el interés de varios productores, quienes no dudaron en relanzarlo con una nueva partitura. Es en ese momento cuando se produce la incorporación de Stephen Schwartz, antiguo compañero de estudios de Tebelak, quien en apenas cinco semanas puso en pie los nuevos temas, logrando que el musical se estrenase un 17 de mayo de 1971 en el Off-Broadway. Curiosamente, y tras la brillante puesta de largo, la universidad concedería a Tebelak el título de graduado, basándose en el éxito de su nueva criatura.
De Jeremy Irons a Pep Munné
En los años posteriores a su estreno, «Godspell» se convirtió en todo un fenómeno, llegando a adaptarse en quince países entre 1973 y 1974 —entre ellos Holanda, Francia, Alemania, Australia o Sudáfrica—, dando el salto al cine y popularizando temas como Day by Day (Te daré), All Good Gifts (Todos esos dones) o Save The People (Salva a tu pueblo). En el caso de España, su estreno tuvo lugar en octubre de 1974 en el madrileño Teatro Marquina a partir de una versión de J. L. Martín Descalzo. Como dato curioso, el afamado escritor gaditano José María Pemán se hizo cargo del libreto, tomando las riendas de la dirección su propio creador, John-Michael Tebelak. En aquel reparto figuraban unos jóvenes Pep Munné (Amar en tiempos revueltos, Velvet) y Juan Ribó (Raphael, Gran Hotel), quienes se sumaron a la lista de actores de prestigio que participarían en el musical a lo largo y ancho del mundo, como Jeremy Irons o Joe Mantegna. Cabe decir que la crítica de la época calificó el espectáculo de «inolvidable», haciendo especial hincapié en su música «bellísima» y en su «frescura, espontaneidad y juventud».
La versión de Carmen Ortega
Cuarenta y tres años después de su irrupción en Madrid —y tras innumerables recuperaciones en centros de enseñanza, parroquias y asociaciones de toda España— «Godspell» vuelve a programarse en el sevillano barrio de Los Remedios en colaboración con el proyecto Erasmus+. Y decimos bien, ‘vuelve’, ya que la historia de este musical va ligada indivisiblemente a la del propio espacio donde se representa. Este no es otro que el salón de actos del colegio San José SS.CC, más conocido como los Padres Blancos, un lugar donde la actividad teatral es un credo desde principios de los ochenta. Y es que la nueva versión de «Godspell» bebe del libreto original, pero también es un homenaje a las varias adaptaciones que han desfilado por el centro en los últimos 35 años. La mayor parte bajo la tutela del padre Isaac García, ex director burgalés que hizo de este lugar una inagotable factoría de artistas (por su escenario han pasado desde Manolo Caro a Paz Vega, pasando por Antonio Dechent, Ana Ruiz y José Mª del Castillo). Para quienes no conozcan los montajes de la Escuela de Teatro San José baste decir que, pese a su carácter amateur, han recibido el aplauso unánime del público y la crítica durante décadas, llegando a representarse en escenarios como el Palenque, la Universidad de Sevilla, la Catedral o el Teatro Lope de Vega. En esta ocasión la directora es María del Carmen Ortega, antaño intérprete y responsable de numerosos títulos del colectivo, quien dirige con brillantez a un grupo de jóvenes cuya presencia destila ilusión por los cuatro costados. Entre los puntos fuertes destacan el trabajo coral, el ritmo y la rabiosa actualidad de su puesta en escena, lo que permite que los espectadores de todas las edades —niños incluidos— conecten de inmediato. Hay que decir que el argumento original está salpicado de gags cómicos, sobre todo en su primera parte; un recurso que Ortega y su ayudante de dirección, Sebas Mateos, potencian con gran inteligencia, introduciendo aire fresco en un título algo menoscabado por el paso del tiempo. Esto se complementa con la particular interpretación que los chicos y chicas hacen de la Pasión y Muerte de Jesús, logrando que el último tramo sea de una belleza y sensibilidad conmovedoras. En el apartado técnico merece la pena reseñarse la iluminación de Nacho de los Ríos y Ángel Arispón y la elección del vestuario, con guiños al universo hippie y el arte pop, pero enmarcado en las nuevas corrientes. En suma, un producto con mensaje y sumamente divertido cuya principal virtud radica en su capacidad de congregar a toda la familia.
«Godspell» vuelve a programarse en el sevillano barrio de Los Remedios en colaboración con el proyecto Erasmus+
‘Godspell’ vuelve a programarse en el sevillano barrio de Los Remedios en colaboración con el proyecto Erasmus+. / Fotografía: Rafael Núñez Ollero
‘Godspell’ se convirtió en todo un fenómeno, a partir de 1971, llegando a adaptarse en quince países entre 1973 y 1974. / Fotografía: Rafael Núñez Ollero
El salón de actos del colegio San José SS.CC es un lugar donde la actividad teatral es un credo desde principios de los ochenta. / Fotografía Rafael Núñez Ollero