Asistir a un concierto de Tomasa ‘La Macanita’ es una experiencia que, por un lado, ayuda a comprender lo que es el flamenco en toda su plenitud puesto que la cantaora es capaz de tocar todos los palos con acierto, hondura y con una voz robusta que, sin duda, se sostiene gracias a las raíces flamencas más poderosas, más rancias; y que, por otro, resulta más que atractiva porque ‘La Macanita’ derrocha gracia al bailar, al entablar pequeños diálogos con el público para acercar escenario y platea para que que se produzca la comunión necesaria en cualquier tipo de espectáculo.

La Sala Caracol de Madrid fue el lugar en el que Tomasa presentaba su nuevo trabajo. Un disco grabado en directo en el Círculo Flamenco de Madrid. Una grabación más que aceptable, muy cuidada en su edición. El concierto no coincidió exactamente con el contenido del disco. Ya lo avisó la cantaora: «Voy a cantar una cosita que me hizo Fernando Terremoto que no está en el disco, pero que os va a gustar mucho». Y, todo hay que decirlo, aunque el espectáculo se colocó a un nivel en el que el flamenco lució sus mejores galas, fue cuando se arrancó por bulerías con el tema «Volver a verte» (este es el tema que anunciaba Tomasa) cuando más bonita sonó la voz de ‘La Macanita’. Es un tema precioso. Y escuchar a Tomasa cantar tan bonito una estrofa como la que dice «Y ahora tengo flores en la ventana / una nueva vida que me llama/ tengo brillo en la mirada...»; sencillamente, no tiene igual.

Arrancaba el concierto con unos tientos y tangos que ya dejaban claro lo que iba a suceder. Porque (a pesar de que el sonido y la acústica de la sala no es la mejor) las emociones afloraban por aquí y por allá sin que nada pudiera detener aquello. Soleá, seguiriyas, bulerías... Todo se podía escuchar teniendo la sensación de estar ante una cantaora clásica, pero capaz de hacer cosas innovadoras y sin perder la esencia por el camino. Los giros en la voz de Tomasa no se encuentran fácilmente en una cantaora, la profundidad que resuena con los registros más graves son poderosos, conmovedores.

Acompañaba a ‘La Macanita’ el guitarrista Manuel Valencia. Un artista extraordinario que sabe lo que hace y que sabe cómo hay que estar junto a la cantaora. Valencia sabe dar aire a ‘La Macanita’, parece saber qué es exactamente lo que le hace falta. Técnicamente, resulta un prodigio este hombre. Aquí, en Madrid, ya lo dejó claro en el Auditorio Nacional cuando tocó junto al cantaor Jesús Méndez.

Tras el concierto, aunque nunca es lo mismo que un directo, apetece tener una copia de este nuevo disco. Atentos a las malagueñas que incluye. Excelentes.