«Andalucía será la primera comunidad con tres parques nacionales»

José Fiscal acaba de desembarcar en la Consejería de Medio Ambiente, pero nada le resulta nuevo. Fue jefe de gabinete con Cinta Castillo y director general de Cambio Climático. Su ley, pionera en España, verá pronto la luz. Periodista de carrera, ‘traduce’ todo al ciudadano

20 jul 2015 / 00:09 h - Actualizado: 20 jul 2015 / 13:23 h.
"Medio ambiente","Junta de Andalucía","José Fiscal"
  • José Fiscal, consejero de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, en la Casa Rosa, con los jardines detrás. / Pepo Herrera
    José Fiscal, consejero de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, en la Casa Rosa, con los jardines detrás. / Pepo Herrera
  • Fiscal fue director general de Cambio Climático. / Pepo Herrera
    Fiscal fue director general de Cambio Climático. / Pepo Herrera

Su llegada ha coincidido con la reducción del nivel del peligro que corre el lince.

—Pero en absoluto es mérito mío. Ha dejado de estar en peligro crítico fruto del trabajo de mucha gente, de Andalucía y, en los últimos años, de otras comunidades que se han sumado a este esfuerzo.

—¿Cómo se ha logrado?

—La cría en cautividad del lince fue un experimento. Ha salido tan bien que muchos de los linces que están en el medio natural han nacido en cautividad. La razón es el esfuerzo y la convicción de que no podíamos dejar que se extinguiera un animal como éste por todo lo que significa. Entre otras cosas, pone de manifiesto que el medio ambiente de estas zonas tienen un nivel mínimo de conservación.

—Pero no se puede bajar la guardia.

—No se puede bajar ni se va a bajar. Vamos a hacer un esfuerzo para atajar las muertes de linces en la carretera.

—¿Y otras especies, como el lobo ibérico, que también es bandera y es garantía del buen estado del medio?

—Hay planes de otras especies muy vulnerables, como el quebrantahuesos. Y se hacen esfuerzos con otras especies. El lobo despierta más controversia. Queda mucha educación ambiental por hacer. En Andalucía tiene una población crítica, muy limitada, pero en otras comunidades se puede cazar.

—También ha sido llegar y tener que afrontar una serie de incendios que han quemado áreas muy importantes y zonas muy sensibles. ¿Cómo evitarlos?

—En esto hay que ser muy rigurosos. El Plan Infoca tiene 168 millones de euros. Es el programa de conservación del medio natural mejor dotado económicamente de Andalucía y probablemente de España. La mitad se dedica a prevención, más de 80 millones. Y un dato: se ha actuado en cortafuegos, líneas de defensa, caminos... que, lineales, suman 25.000 kilómetros en Andalucía. Estamos hablando de dos veces la vuelta a la Tierra. Siempre se puede hacer más pero el esfuerzo es tremendo.

—Sindicatos y oposición critican también la escasa formación de las personas dedicadas a la extinción.

—El personal del Infoca, en su inmensa mayoría, está contratado los 12 meses del año. Una parte del tiempo se dedica a prevención y otra a extinción. Esta fue una reivindicación histórica que se pudo hacer. Es verdad que tenemos jubilaciones, bajas... y tenemos dificultad para contratar a personas que sustituyan a estos profesionales porque la ley de presupuestos del Estado, hasta el año pasado, sólo permitían una tasa de reposición de una de cada 10 bajas, y este año el 50 por ciento, pero sigue siendo una tara importante. Lo que hacemos es que, para que los retenes no se vean mermados en su número, personal del Infoca que se dedica a otras cuestiones recibe un curso de formación muy profesional y con todas las garantías para incorporarse al dispositivo. No para estar en primera línea de fuego necesariamente, que en algunos casos también. Pero es falso que los profesionales no tengan la preparación adecuada y, en segundo lugar, no es verdad que el dispositivo no esté completo. Es una crítica oportunista que me causa cierto estupor.

—Muchos incendios están relacionados con el cambio climático. Usted ha anunciado una ley pionera en España sobre cambio climático.

—Este proyecto, que está muy avanzado, surge del deseo y la decisión de plasmar en una ley todo o mucho de lo que se había hecho en Andalucía en relación con el cambio climático. Hay que controlar y reducir las emisiones de CO2, y esto lo vamos a plasmar en un ley, que va a establecer cierta obligatoriedad de compensaciones de emisiones a las empresas y ciertos límites. Los objetivos que nos hemos marcado en Andalucía tienen mucho que ver con el cómputo general de la emisión per cápita. Se va a legislar la manera de compensar estas emisiones en el medio natural. Me consta que la ley es fruto de muchísimas conversaciones con muchos sectores relacionados con este asunto y soy optimista. Vamos a darle un último impulso y corregiremos lo que haga falta.

—Pero esto choca con la postura del Gobierno ante el autoconsumo energético. Aunque las competencias son del Gobierno central, ¿qué se puede hacer desde Andalucía?

—La ley tiene una vocación de fomento de determinadas conductas que redunde en la reducción de emisiones. El mercado de emisiones está muy definido por protocolos internacionales para la industria, pero en las emisiones difusas (agricultura, servicios...) sí tenemos mucho que decir. Y ahí tenemos que fomentar el autoconsumo y la nueva ley incluye artículos que fomentan el autoconsumo.

—¿Cómo se concretará?

—Las emisiones per cápita que se emitirán serán inferiores a la de España y la de Europa. En términos globales emitiremos más, pero per cápita será inferior.

—Esto no le va a gustar a las eléctricas.

—Nosotros estamos con las renovables. La energía eléctrica es imprescindible tal como tenemos concebida la vida pero tenemos un potencial tremendo para que esa energía se genere desde fuentes renovables.

—Desde su toma de posesión mantiene un discurso que defiende que el medio ambiente es rentable.

—En esto lo tengo clarísimo: no puede haber desarrollo si no es sostenible y yo creo en el desarrollo. Y creo que el medio ambiente es rentable económicamente. Tenemos una obligación moral con nosotros y nuestros descendientes con el cuidado del medio ambiente, pero además creo que es rentable hacerlo y a las pruebas me remito. Estamos asistiendo a un cambio en concepciones de la economía y el crecimiento. La renta per cápita de los municipios rurales que están incluidos en espacios naturales protegidos ha crecido más de dos veces que en municipios rurales que no están en espacios protegidos. Por esta regla de tres, proteger el medio ambiente es rentable.

—¿Cómo sacan provecho?

—Empleo verde, turismo sostenible, construcción sostenible... es que se puede hacer actividad. Deja dinero en el territorio. Los espacios protegidos suelen ser zonas rurales con cierto aislamiento, que es lo que ha permitido la buena conservación el espacio, y al declararlo espacio protegido se convierte en un acicate. Éste es el camino.

—También ha anunciado estos días la ampliación del parque nacional de Doñana, de Los Alcornocales, del Castril, de Despeñaperros, que la Sierra de las Nieves sea parque nacional... Esto es una carrera de fondo.

—Ha sido una carrera de relevo, he cogido el testigo. Es un trabajo que se viene haciendo desde hace mucho tiempo. La conversión de la Sierra de las Nieves en parque nacional, que ya se aprobó en Consejo de Gobierno, está muy avanzado y es muy positivo. Vamos a ser la única comunidad peninsular con tres parques nacionales. Esto dice mucho del compromiso de este gobierno con la conservación del medio.

—Y Andalucía ya es la comunidad con más espacios protegidos.

—Esto es consecuencia de compromisos internacionales que tenemos porque son zonas de especial conservación. Yo estoy especialmente satisfecho con Los Alcornocales y con que no se especulara con la Almoraima, y, sobre todo, con Doñana. El espacio natural se va a ampliar en más de 10.000 hectáreas. Por cierto, recién incluido en la Green List, junto a Sierra Nevada.

—¿Qué va a pasar con el Algarrobico, en el parque de Cabo de Gata?

—Nuestra voluntad es tirarlo y aprobar para Cabo de Gata un plan de desarrollo sostenible. Pero sigue habiendo un embrollo jurídico importante y, mientras no se aclare, no podemos tirarlo. Pero no tiene sentido otra cosa.

—¿Y ante el dragado del Guadalquivir?

—Es un tema complejo y controvertido que despierta pasiones. Pero si nos ceñimos a la estricta realidad, ahora mismo tiene poco sentido hablar del dragado. Es un proyecto del Estado en el que todo el mundo está de acuerdo en que si perjudica al medio ambiente y a la agricultura del bajo Guadalquivir no se va llevar a cabo. Y mientras no haya un estudio científico que diga que hay una técnica que no perjudique ni a uno ni a la otra no se va hacer. Hablar de esto es nada. En un futuro se verá. Si el dragado perjudica a Doñana y a la agricultura del entorno, no va a haber dragado.

—¿Las balsas de fosfoyesos de Huelva tienen alguna solución viable?

—No eludo ninguna responsabilidad. Nunca me he puesto de perfil en este tema. Pero la responsabilidad es de la empresa, que ya está condenada por la Audiencia Nacional a recuperar una zona de marisma, que es propiedad de la Dirección General de Costa. Nosotros tenemos que dar al proyecto que se presente una solución ambiental integrada. Greenpeace me pide que sea exigente con el Ministerio para que la solución sea una recuperación efectiva de la marisma. Los científicos tienen que darnos la solución. Como autoridad ambiental, mi compromiso es que lo que se haga no sea un lavado de cara sino una solución en profundidad.

—La Junta ha apostado por la reapertura de las minas como generadoras de riqueza y empleo. ¿Tenemos todas las garantías de que no volverá a pasar un accidente como el de Aznalcóllar?

—A las minas de Aznalcóllar se presentaron tres empresas pero una se retiró porque la legislación ambiental de Andalucía con respecto a las minas es tan estricta que la inversión que tenían que hacer en materia ambiental era tal que no les compensaba. Afortunadamente las minas de hoy, por cronología, tecnología, filosofía y porque la lo gente reclama, son minas del siglo XXI no del XIX. Esto no significa que no se esté muy alerta con estas instalaciones como con cualquier otra industrial. Si las cosas se hacen bien, no tiene que haber problema. Y nosotros somos muy estrictos en estos controles.

PERFIL

Gestiona personalmente sus perfiles de facebook y twitter, @josefislo. José Fiscal (Huelva, 1968), padre de dos hijos y periodista (licenciado en Ciencias de la Información por la Complutense), dio el salto a la política hace más de una década: concejal del Ayuntamiento de Huelva, director general de Cambio Climático en la Consejería de Medio Ambiente, delegado de la Junta en Huelva... Ahora, admite, le costaría volver al periodismo. Aunque le llegaron los rumores de que estaba en las quinielas de Susana Díaz, hasta 36 horas antes del anuncio oficial no se creyó que sería consejero de Medio Ambiente, un «honor absoluto», por formar parte de un Gobierno de «tanta altura». Como rociero, defiende la romería y «el compromiso de la inmensa mayoría de los romeros con el medio ambiente».