Andalucía lidera los delitos de odio con 279 casos y 119 detenidos

Expertos no esperan un aumento de islamofobia por los atentados de París pero sí alertan del caldo de cultivo para estos delitos que suponen las redes sociales

16 nov 2015 / 14:07 h - Actualizado: 16 nov 2015 / 14:07 h.
"Fuerzas de seguridad"
  • Los expertos alertan de que internet, y especialmente las redes sociales, suponen un «caldo de cultivo» para este tipo de delitos. / EFE
    Los expertos alertan de que internet, y especialmente las redes sociales, suponen un «caldo de cultivo» para este tipo de delitos. / EFE

Andalucía tiene el dudoso honor de liderar los casos de delitos de odio -agresiones físicas o verbales contra personas por su orientación sexual, raza, creencia religiosa, discapacidad o situación de indigencia- registrados el año pasado, con 279 (80 en Sevilla) de los 1.285 constatados en España, un 23 por ciento, aunque también de la persecución de éstos con 119 detenciones (21 en Sevilla) por este tipo de hechos de las 512 realizadas en el país, según los datos recordados hoy en las jornadas de formación ante estos delitos organizadas por la Jefatura Superior de Policía de Andalucía Occidental. Unas jornadas que cuentan con la participación de expertos de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y agentes jurídicos entre los que no hay unanimidad sobre si los atentados de París hacen prever un aumento de islamofobia en Andalucía pero que sí coinciden en señalar que internet, y especialmente las redes sociales, suponen un «caldo de cultivo» para este tipo de delitos en los que cobra especial importancia la «difusión» del mensaje de odio y la humillación pública.

Tanto el delegado del Gobierno en Andalucía, Antonio Sanz, que inauguró las jornadas, como el Inspector Jefe y profesor de la División de Formación de la Policía Nacional, Julián Serna, coincidieron en que no es previsible un aumento de ataques con tintes de islamofobia tras los atentados de París. «Creo que sabemos disrtinguir entre musulmanes y yihadistas», señaló Serna. Sanz calificó a la sociedad española y andaluza como «plural y tolerante, que sabe actuar siempre con respeto a los demás» y apeló a la «calma» y a la «confianza» en el trabajo de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado españolas en la lucha antiterrorista dada su «gran experiencia». No obstante, la fiscal delegada de Tutela Penal de Igualdad y contra la Discriminación de Sevilla, María Victoria Fuentes, sí admitió que cuando se producen este tipo de acciones «suele haber una reacción» y es esperabe una «oleada de islamofobia».

Lo cierto es que los delitos de odio más comunes son los dirigidos contra personas por su orientación sexual (188 en Andalucía en 2014, el 40 por ciento del total en España siendo Cádiz la provincia española con más casos, 115, seguida de Sevilla con 63). Les siguen las agresiones racistas y xenófobas (59) y contra personas con discapacidad (42). Sin embargo, en Andalucía los delitos de odio por creencias religiosas fueron minoritarios el año pasado (tres casos), si bien la fiscal Fuentes reconoce que el hecho de que la mayoría de los casos registrados sean delitos inspirados por la homofobia también tiene mucho que ver con que es el colectivo con una mayor organización mediante asociaciones que arropan a las víctimas y las ayudan a denunciar. En este sentido, la fiscal alerta de la invisibilidad de los delitos de aporafobia, contra indigentes y sin techo, que no aparecen como tales tipificados en la reforma del Código Penal que introdujo este tipo de delitos hace un año y que permitió una mayor persecución y condenas de los mismos más allá de su anterior tratamiento como faltas de vejaciones y humillaciones.

Tanto la fiscal como en inspector Serna y el propio Sanz coincidieron en apuntar a la especial incidencia en este tipo de delitos de las redes sociales e internet, de ahí que en su persecución las unidades policiales de ciberdelincuencia cobren gran protagonismo. En cuanto a los perfiles de víctimas y agresores, el inspector Serna señaló que difiere para cada delito pero hay un elemento común en los autores: «la mayoría no actúan solos, suele haber autores intelectuales que organizan, promueven y difunden». En cuanto a las víctimas, uno de los efectos agravantes de este tipo de delitos, sobre todo cuando los ataques obedecen a rasgos físicos (en el caso de la raza), es que el resto del colectivo al que pertenece la víctima «se siente igualmente amenazado».