Aprobado el nuevo currículo de ESO a 15 días para matricularse

El segundo idioma extranjero será obligatorio en Primaria, optativo en Secundaria y volverá a ser obligatorio en 1º de Bachillerato. Los sindicatos critican el “sinsentido” de esta medida

14 jun 2016 / 15:04 h - Actualizado: 14 jun 2016 / 15:24 h.
"Educación"
  • Sevilla 28/08/2014 Estudiantes en la academia ClaustroFOTO: Pepo Herrera
    Sevilla 28/08/2014 Estudiantes en la academia ClaustroFOTO: Pepo Herrera

El Gobierno andaluz ha aprobado este martes el nuevo currículo de educación Secundaria y Bachillerato, a poco más de dos semanas para que se inicie la matriculación en estos niveles para el próximo curso 2016-17. Los decretos andaluces que regulan y adaptan el contenido de estas etapas a la Lomce contienen cambios significativos respecto a este curso, materias que antes eran obligatorias y ahora serán optativas, o especialidades que antes se ofertaban y ya no. Andalucía, junto a Canarias, es la única comunidad que a estas alturas aún no había aprobado los nuevos currículos de ESO y Bachillerato. La consejera de Educación, Adelaida de la Calle, ha descartado que este retraso arroje incertidumbre a las familias a la hora de matricular a sus hijos a partir del 1 de julio, porque “en el fondo hay pocas variaciones al contenido de los decretos que ya existían”.

La Junta de Andalucía tiene recurrida la Lomce ante el Tribunal Constitucional, por invasión de competencias autonómicas y porque considera que es una ley “segregadora” que rompe el principio de igualdad entre los alumnos más avanzados y los que tienen más dificultades de aprendizaje. En paralelo también ha recurrido ante el Tribunal Supremo aspectos concretos del desarrollo normativo de la ley, como las llamadas reválidas, pruebas externas de evaluación en 6º de Primaria. Sin embargo, algunos sindicatos de profesores y partidos más a la izquierda del PSOE, como Podemos o IU, afean a la Junta que “se la primera en criticar a la Lomce y la primera en acatarla”. Los nuevos currículos de Secundaria y Bachillerato son un ejemplo de cómo el Gobierno andaluz trata de buscar el equilibrio, manteniendo aspectos de la ley que otras comunidades más reacias han extirpado, y eliminando otros, exponiéndose a un recurso por parte del Ministerio de Educación. Por ejemplo, la Lomce elimina la obligatoriedad de cursar Filosofía en 2º curso de Bachillerato, y Andalucía la mantiene en toda la etapa y para todas las modalidades (Ciencias, Humanidades, Artes). También conserva la misma carga horaria de Tecnologías de la Información, materia que ha perdido peso en la ley estatal, introduce como novedad Ciencias de la Computación y la Programación como materia de libre configuración en segundo de Bachillerato, una demanda histórica del colectivo de profesores de Informática, y mantiene Educación para la Ciudadanía, como asignatura alternativa a Religión en Secundaria y Bachillerato.

Sin embargo, a los sindicatos de profesores les ha chirriado algunos aspectos de los nuevos currículos. En concreto ha generado “estupor” el acceso a la segunda lengua extranjera en Secundaria que, al ser optativa, provoca una interrupción abrupta en una enseñanza que a partir del curso que viene será obligatoria en Primaria, y lo es también en Bachillerato. Andalucía soporta unas tasas de fracaso escolar superiores a la media de España y de la UE, un dato recurrente en boca de los partidos de la oposición, que reprochan al PSOE no haber sabido implementar mejor el sistema escolar andaluz en los 34 años que llevan gobernando. Quizá fruto de esas críticas y del retraso sociocultural histórico respecto a otras regiones, el Ejecutivo andaluz siempre ha sido muy dado a dar otra vuelta de tuerca a las políticas educativas que se desarrollaban en el resto de España: más ordenadores en las aulas, más bilingüismo, más horas de matemáticas y lengua... El pasado mes de abril, la consejera de Educación anunció que su departamento implantará el próximo curso 2016/17 la segunda lengua extranjera como materia obligatoria en Primaria, después del inglés. Las escuelas tendrán autonomía para decidir este idioma, aunque De la Calle advirtió de que mayoritariamente sería el francés. El nuevo currículo de Secundaria, aprobado este martes, contiene un extraño agujero en el aprendizaje de este segundo idioma: a partir de septiembre, será obligatorio en Primaria, optativo en la ESO, y nuevamente obligatorio en Bachillerato. El sindicato de profesores CCOO ha cuestionado abiertamente esta medida, a la que no le encuentra una explicación pedagógica clara. Preguntada sobre este extremo, De la Calle advirtió de que “lo importante es que los institutos oferten la segunda lengua extranjera”, y que luego en su autonomía cada uno organice las enseñanzas como crea. Un total de 321.685 alumnos de Primaria, Secundaria y Bachillerato reciben este curso formación en inglés, francés o alemán en 1.211 centros públicos.

El borrador de los decretos, aunque hayan sido aprobados este martes por el Consejo de Gobierno, lleva en la web de la consejería desde hace dos semanas. El retraso en su publicación deviene del pulso que desde hace cuatro años mantienen el Gobierno central y el andaluz a cuenta de la Lomce. La Junta reprocha al Ministerio de Educación el poco tiempo que ha tenido para adaptar la norma estatal a la autonómica. El Real Decreto que contiene los currículos de ESO y Bachillerato se aprobó a final de 2014 con idea de que los nuevos contenidos entrasen en vigor en el curso siguiente, 2015/16. Andalucía contaba con siete meses para hacer el desarrollo autonómico de una norma con la que no estaba de acuerdo, ni pedagógicamente ni políticamente. La adaptación obligaba a la Junta a revisar 116 desarrollos curriculares de 15 áreas educativas. Otras regiones gobernadas por el PP lo hicieron a tiempo, Andalucía eligió un año de transición para implantar la Lomce en los institutos, igual que había hecho con la adaptación de la nueva Primaria. De la Calle sostiene que así se “protegía jurídicamente al alumnado” y se evitó que 6.400 profesores especialistas de área salieran del sistema escolar”, al haber sido reducida o eliminada de la ley las materias que impartían.