Así fue la trampa de ‘Señoritos SL’ contra el ecologismo

El juzgado archiva la causa contra el histórico ecologista andaluz Juan Clavero al que la mafia que usurpa caminos públicos le introdujo 47 gramos de cocaína en su coche

Ricardo Gamaza RicardoGamaza /
23 sep 2017 / 18:33 h - Actualizado: 23 sep 2017 / 19:35 h.
"Medio ambiente","Ecoperiodismo"
  • El ecologista Juan Clavero, fotografiado en un momento de esta entrevista, continuará investigando la trama que quiso llevarle a la cárcel implicándole en un supuesto delito de narcotráfico. / El Correo
    El ecologista Juan Clavero, fotografiado en un momento de esta entrevista, continuará investigando la trama que quiso llevarle a la cárcel implicándole en un supuesto delito de narcotráfico. / El Correo

«¿Esto es suyo?», le espetó uno de los guardias civiles al ecologista tras hacerlo bajar de su coche en lo que anunciaron como «un control rutinario». Juan Clavero, uno de los padres del ecologismo andaluz que sigue en activo y dando dolores de cabeza a los corruptos que campan a sus anchas en un medio ambiente en el que la Administración sigue siendo lenta, laxa e ineficaz en demasiados casos, creyó estar viviendo una broma. «Es cocaína» aseveró el agente y sin mediar muchas más explicaciones se llevaron a Clavero al calabozo. Era viernes por la tarde y el señalado ecologista venía de hacer una marcha para identificar caminos públicos que latifundistas habían usurpado. Antes, explica a Ecoperiodismo, una persona le pidió que lo llevase a esa acción en su coche. «Es habitual que nos organicemos y llevemos a otras personas entre los que vamos». Esa fue la persona que con casi total seguridad le tendió la trampa. «Al regresar me dijo que no encontraba su cartera y que si podía mirar en el coche», ese fue el momento que probablemente utilizó para introducir los 47 gramos de cocaína en el coche de Clavero.

Después, hay registro de una llamada desde un teléfono móvil a la Guardia Civil dando un falso «chivatazo». La jugada estaba hecha. Por eso el «control rutinario» no era tal sino un eslabón más de una secuencia de acontecimientos para detener a un histórico ecologista y «dar una lección a esos ecologistas de quién manda aquí», debieron pensar. Y al principio parecía que les iba a salir bien. «Yo pasé de la incredulidad en los primeros segundos cuando me dijeron que quedaba detenido por tráfico de drogas a ver que iban en serio: me ponen contra la furgoneta, me cachean, me ponen los grilletes», recuerda. De hecho, Juan Clavero pasó la noche en el calabozo. «estaba desorientado, sin saber qué hora era ni si era de día o de noche, con un calor sofocante», pero lo que más angustiaba a este guerrero ecologista no eran las condiciones del calabozo, sino que esta acción podría acabar con él en la cárcel por un delito de narcotráfico, ya que la cantidad superaba con poco la estipulada para estar tipificada como tal.

Al día siguiente sin embargo, este despropósito se empieza a desmontar al pasar a disposición judicial cuando el juez contrasta las versiones de los ecologistas y testigos que habían acudido el día anterior con Clavero a la acción ecologista y ve que coincide perfectamente con el relato del detenido. El juez da credibilidad a Clavero y lo pone en libertad. Poco tiempo después, en menos de un mes declara sobreseida la causa por narcotráfico contra el histórico ecologista. «Entonces pasé del susto inicial a la indignación», apunta, «y vi la película entera de lo que había pasado».

Lejos de lograr su objetivo, los mafiosos ahora tendrán que afrontar una investigación que empieza a cercarlos. «Tras salir en libertad ya nos pusimos en marcha desde Ecologistas en Acción para desentrañar lo sucedido». El movimiento social e institucional ha sido impresionante. Desde la detención nadie dio crédito a que este catedrático de instituto ya jubilado estuviese implicado en un caso de drogas. Y se produjo un aluvión de comunicaciones en su apoyo incluyendo a altos responsables políticos que se ‘mojaron’ antes de saber la respuesta judicial: «Me llamaron diputados, alcaldes, responsables de instituciones públicas? diciéndome que lo que eran conscientes de que esto era una trampa».

No era algo sólo contra Clavero. Esta era una trampa contra el ecologismo andaluz y contra Ecologistas en Acción, tal vez la organización más reivindicativa que existe en territorio andaluz en defensa del medio ambiente. «El objetivo era lanzar el mensaje de mire usted a lo que se dedica el movimiento ecologista: a traficar con droga», apostilla Clavero.

Pero más allá de localizar al individuo que metió la droga en el coche –algo que semanas después del sobreseimiento de la causa contra Clavero no se había llevado a cabo aún, pese a que se cuenta con fotografías de ese día en las que sale este tipo–, hay que desentrañar ahora quien dio la orden. Según fuentes consultadas por Ecoperiodismo, no lo hizo por dinero, sino por una promesa de un empleo.

Una trama en la que Ecologistas en Acción está trabajando para suministrar información y pruebas a la investigación. «Hemos recibido una colaboración ciudadana alucinante aportando información que hemos ido contrastando antes de ponerla en conocimiento del juzgado, que ya sabe nombre y apellidos de la persona que con toda seguridad me ha metido la droga en el coche y además hemos pedido una serie de diligencias para desentrañar quién está detrás de esta trama», ha explicado Clavero en una entrevista a Ecoperiodismo, ya que como apunta este ecologista «este hombre en definitiva ha sido un sicario». Según los ecologistas hay más personas implicadas: «hay otra persona que hace la llamada, que no es la misma persona que introduce la cocaína en el coche porque estaba con nosotros en la excursión» y además, apunta Clavero que «tenemos serias sospechas de que la actuación de la Guardia Civil tampoco fue muy correcta y así se lo hemos hecho saber al subdelegado del Gobierno y al coronel jefe de la Guardia Civil en la provincia, ya que no han dado una explicación clara de porqué me estaban esperando en ese carril cuando según ellos el chivatazo era que iba a Bornos a una feria a vender droga, pero me esperan en el carril por el que efectivamente iba yo». Tampoco podía ser un control rutinario de carreteras ya que se trataba de un carril. «Ha sido una trama bien montada con mucho dinero» apostilla Clavero.

No es la primera vez que este ecologista está en el punto de mira de los mafiosos del medio ambiente. Muchas veces le han intentado meter miedo. Hace años le quemaron el coche, hicieron pintadas en su casa, repartieron pasquines por las calles poniendo la dirección de su casa diciendo que «olía a gasolina», en una clara amenaza a él y a su familia; pero nunca habían llegado tan lejos como para intentar meterlo en la cárcel. Estos mafiosos tienen otro nivel sobre todo adquisitivo. Pero el movimiento ecologista confía en que ese poder no les salvará de rendir cuentas «porque la trama implica, entre otras cosas, que manejan cocaína, además de otros delitos».

El foco de la sospecha está ahora sobre los propietarios de la finca que los ecologistas acudieron a inspeccionar para constatar que se habían apropiado de caminos públicos. Se trata, según Clavero, de una sociedad belga que ha adquirido gran parte de la sierra de Cádiz pagando por encima de su valor de mercado. Hasta un 40 por ciento más del valor que tenían estas fincas, aseguran desde Ecologistas en Acción, lo que ya levantaba sospechas ecologistas. «Antes al señorito andaluz todo el mundo lo conocía: iba a caballo y era del pueblo o de la capital más cercana y el guarda hasta te dejaba pasar por los caminos normalmente; ahora resulta que esta inmensa finca está cercada y ‘bunquerizada’ y se han puesto guardias de seguridad de empresas especializadas, gente uniformada y armada, y esto ha indignado a la gente de Benamahoma y de El Bosque».

Esta adquisición de fincas y su cercado perimetral con altos niveles de seguridad «era lo que pensaban que iba a ser su paraíso para no sabemos qué», explica Clavero, que, anuncia ya una marcha con cientos de personas que pasaran por esos caminos públicos. Una demostración de fuerza ecologista contra las actitudes mafiosas.