Ecologistas en Acción presentó ayer el informe anual en el que denuncian «los casos más destacados de despropósitos medioambientales» en la costa. Con banderas negras señalan los impactos de mayor gravedad: vertidos contaminantes y agresiones urbanísticas. Pues bien, en Andalucía, toda la Bahía de Algeciras, la Ría de Huelva y las playas de Nerja (Málaga) obtienen distintivo negro. En el caso de la provincia onubense, este año hay tres nuevas banderas negras: para Isla Cristina, La Antilla (Lepe) y Mazagón, donde confluyen ocupaciones de dominio público y deficiente tratamiento de aguas residuales.
Junto a estas nuevas banderas negras, el conjunto de las que concedieron en 2017 (Isla Canela, El Portil, Ría de Huelva, Punta Umbría y Matalascañas) se mantienen en este 2018, igual que las causas por las que se concedieron.
La organización denuncia «el despilfarro de dinero público en tirar arena al mar, la construcción con materiales de obra inadecuados de grandes chiringuitos sobre frágiles zonas dunares o playas y los vertidos de aguas residuales sin depurar».
En cuanto al estado de las playas, las mareas y los temporales de comienzos de la primavera «han dejado al descubierto las consecuencias de la mercantilización a la que se ha sometido a muchas zonas de dominio público». «Sobre las playas y hasta encima del agua –reza en el informe–, edificios de segunda residencia y macrochiringuitos son un elemento de presión constante para tirar dinero público al mar en continuas realimentaciones de arena y experimentos de contención con piedras, sacos y otros elementos».
Un ejemplo en La Antilla: «Un gran chiringuito de construcción fija ocupa un espacio que multiplica los máximos de ocupación permitidos en la normativa vigente». «Su situación sobre la playa les ha obligado a realizar obras de defensa con piedras y hormigón. No es el único en la zona, pero sí el que presenta una situación más impactante y manifiestamente fuera de la legalidad», cita el informe.
Para Ecologistas en Acción, «la ocupación, indebida e ilegal en algunos casos, de la playa la deja desprovista de la protección que le brindaría el frente de arena, generando riesgos para bienes y personas, que terminan inevitablemente en desastres ‘naturales’, acompañados de golpes de pecho y promesas políticas anunciando actuaciones chapuceras y más futuros daños».
Además, según Ecologistas en Acción, los datos oficiales de las analíticas de aguas residuales indican que empeora «el mal funcionamiento de las Estaciones Depuradoras de Aguas Residuales (EDAR) de Isla Cristina, La Antilla y Mazagón, a las que se añade en periodos vacacionales Matalascañas».
Un año más, el problema de los residuos industriales acumulados «en gigantescas cantidades en las marismas del Tinto» sigue reflejando la situación «dramática» de la Ría de Huelva.
Lo peor de Cádiz y Málaga
Según Ecologistas en Acción, hay este año tres playas gaditanas con banderas azules que no debieran exhibir este galardón, «porque en realidad son merecedoras de distintivo negro». Se trata de Fuentebravía, en El Puerto, «porque es una playa en desaparición»; La Barrosa, en Chiclana, «por el desarreglo urbanístico que arrastra este municipio», y Roche, en Conil, porque su depuradora es «inútil».
Además, por «mala gestión ambiental», la bandera negra se la lleva El Palmar por «el descontrol urbanístico actual, con más de 700 viviendas ilegales, lo que supone una extensa ocupación de viviendas en un diseminado caótico y vertidos de aguas residuales sin depuración».
En Málaga, las playas de Nerja continúan con la distinción negra porque no se ha construido aún su EDAR. Por otro lado, la organización asegura que la construcción de la ciudad deportiva del Málaga CF «amenaza, no solamente el patrimonio cultural de la zona afectada, sino a la última playa virgen» de la ciudad de Málaga: la de Arraijanal.