Compromiso andaluz

Andalucía es una tierra extraordinaria por muchas cosas: por su historia, su valentía, su ejemplo, su fortaleza, su patrimonio y, por supuesto, su gente. A lo largo del tiempo, andaluces de toda condición y otros que han hecho de esta región su casa han sido capaces de forjar la identidad de un pueblo que es admirado más allá de sus fronteras. Para dar a conocer «estos ejemplos vivos» de los «valores humanos que hay tras un éxito en la vida», las Fundaciones Cajasol y Morera y Vallejo han promovido la primera edición de Personajes por Andalucía, una serie de entrevistas en las que se repasa la trayectoria de vida y profesional de personas relevantes, grandes protagonistas en el desarrollo y progreso de Andalucía en ámbitos tan diversos como la sanidad, el arte y la cultura, el urbanismo, las empresas y negocios, la igualdad, el deporte o la política. Han sido conversaciones «a corazón abierto» para conocer «qué hay detrás del personaje que lo hace persona, andaluz de a pie», que se han ido publicado en los últimos meses en este periódico, en su página web y emitido en El Correo TV; y que han sido realizadas por «un equipo de buenos profesionales». Su reflejo final se puede ver también en un libro que reúne las declaraciones de estos 42 personajes ilustres.

Todos ellos recibieron este jueves un premio –una estatuilla del emperador Adriano, elaborada por el artista Francisco Manuel Parras– durante una cena y posterior gala conducida por el periodista de esta casa Mario Daza. El acto se celebró en el Cortijo de la Gota de Leche, «un sitio bendecido y protegido para reunir a buenos corazones», como apuntó Antonio Morera Vallejo, presidente de la Fundación Morera y Vallejo y presidente editor de El Correo de Andalucía, en alusión «al verde y blanco que ondea muy cerca junto al recuerdo vivo de Blas Infante»; y «al cardenal Spínola», fundador de este periódico con sede también muy próxima. Recordó cómo surgió esta iniciativa de la mano de la Fundación Cajasol para «presumir con humildad del valor que tenemos»; pues, «cuando una persona ha hecho algo importante por la sociedad son vidas que hay que reconocer y entregarlas a la juventud» con el propósito de «cortar la rama y desvelarles las capacidades de vuelo que tienen». Una tarea en la que la familia tiene un sitio destacado: «Ustedes habéis tenido éxito con una enorme sencillez, sin olvidar a los padres, vuestras parejas..., que al fin y al cabo tienen mucho que ver con este premio».

También el contexto social en el que nace este singular proyecto como recordó otro de los artífices. «Vivimos unos momentos difíciles, de pérdida de valores. Se acaban de cumplir 40 años del 4D. Es el momento de reivindicar Andalucía en muchas facetas: a través de sus hombres y mujeres más ilustres que han pasado por aquí para que seamos capaces de recordar cómo somos y lo que queremos ser». Antonio Pulido, presidente de la Fundación Cajasol, incidió en que el objetivo es «enseñar a los jóvenes lo que hay detrás de esos personajes», pues, como recordó, «la sociedad cambia muy rápido pero lo único que perduran son los valores».

La entrega de los premios discurrió en un ambiente distendido y ameno con dos anécdotas reseñables. De un lado, los «olés» que se arrancaron entre las mesas cuando se nombró al maestro Curro Romero; y, de otro lado, «los dos aplausos para que supieran a más» que pidió el conductor de la gala para los cuatro integrantes de Ecos del Rocío. Precisamente, una vez realizada la foto de familia con todos los galardonados, este conocido grupo musical sorprendió con la interpretación de unas sevillanas, a modo de agradecimiento y en nombre de todos los premiados. Andaluz, andaluz, andaluz/ qué le agradezco a mi mare/ que me pariera andaluz... Comenzaba la letra de este tema incluido en su último disco, Soy andaluz. Fue una grata sorpresa, fuera de guion, que caldeó y animó la recta final de una celebración que colmó de sonrisas a los distinguidos comensales.

Por último, el alcalde de la ciudad, Juan Espadas, tomó la palabra para clausurar el acto. Llegaba con los bolsillos llenos de ilusión y magia tras haber estado un poco antes en el pregón de la Cabalgata de Reyes. Por eso, el suyo fue un discurso bastante emotivo. Tanto que recordó aquella Andalucía de 1989 en la que acababa de terminar la carrera de Derecho y comenzaba a trabajar en la Agencia de Medio Ambiente, «la niña bonita de Pepote [por José Rodríguez de la Borbolla]». Espadas confesó que cree en Andalucía y «en su talento especial» para, a continuación, insistir en que «se necesita gente con ganas, capaz de asumir retos y de defender Andalucía allá donde vaya». En este sentido, puso la tarea de seguir con este proyecto de entrevistas «más personales»: «Que esto no quede en la primera edición de algo. Hay que seguir identificando el talento». Antonio Morera Vallejo propuso un brindis final mientras sonaban los himnos de Andalucía y España. Concluía así una noche mágica, llena de compromiso andaluz y humano.