De la Calle pide el título de ESO para los alumnos que terminen la FP Básica

El nuevo ministro de Educación, Íñigo Méndez de Lugo, ha iniciado una ronda de contactos con los consejeros del ramo en todas las comunidades, previa a la Conferencia Sectorial que reunirá a los 17 responsables autonómicos de enseñanza la semana que viene. El sustituto de José Ignacio Wert planea así destensar el diálogo entre Gobierno y comunidades, ahora que el PP ha perdido el poder en muchas de ellas, y que los ejecutivos entrantes plantean un frente común contra la Ley para la Mejora de la Calidad Educativa (Lomce).

Méndez de Vigo recibirá hoy a la consejera andaluza de Educación, Adelaida de la Calle, que lleva consigo una serie de reclamaciones contra la Lomce, algunas compartidas con otras regiones, y otras tienen que ver con los primeros resultados que está teniendo la implantación de la ley en Andalucía. Entre esos problemas está la falta de titulación del alumnado de la Formación Profesional Básica, un ciclo nuevo, creado en la Lomce, que sustituye a los Programas de Cualificación Profesional Inicial (PCPI) para alumnos con dificultades de aprendizaje (la mayoría repetidores que abandona el sistema de forma prematura). La fórmula permite derivar a los alumnos con más problemas hacia un intinerario formativo más enfocado a un oficio que a la obtención de un título académico.

Andalucía ha estado desde el principio en absoluto desacuerdo con la FP Básica, porque considera que es una especie de cesta de manzanas podridas, un callejón sin salida que no conduce ni siquiera al título de graduado escolar, y que además sirve al Ministerio para extraer a los peores alumnos de las estadísticas de fracaso escolar, mejorando así la nota global del sistema. Las presiones de las comunidades contra la fórmula de FP básica obligaron a Wert a habilitar un examen específico para aquellos jóvenes que quisieran regresar a la ESO, una opción que en el diseño original no existía. Andalucía, además, decidió ampliar en 100 horas el currículum oficial de FP Básica que el Ministerio había previsto en 2.000 horas. El margen de más ayudaría a los estudiantes a adquirir las competencias necesarias para optar al título de ESO (serían horas dedicadas a la preparación del examen de reválida obligatorio para obtener el graduado). Con todo, los primeros resultados de los alumnos en la FP Básica son «muy bajos» y «preocupan» a la consejería.

De la Calle explicó ayer en la comisión parlamentaria que en su reunión de hoy con el ministro le propondrá que los alumnos que terminen la FP Básica el año que viene titulen en Secundaria, para que no se queden un curso esperando a poder presentarse a un examen para obtener un título. El curso pasado, 12.032 alumnos estudiaron el primer año de FP Básica, 9.860 en centros públicos, 2.160 en concertados y 12 en los privados 12.

El otro caballo de batalla de la Junta dentro de la Lomce es el tema de las reválidas. La consejera quiere que el nuevo ministro admita un aplazamiento o la retirada total de la reválida de 6º de Primaria, que se aplicará por primera vez en el próximo curso escolar. Se trata de un examen externo que evalúa el aprendizaje del alumno a lo largo de la etapa recién cursada y que condiciona su paso a un nivel superior, la Secundaria. La consejera también solicitará la revisión de las pruebas de Secundaria y en Bachillerato.