De la foto de Ferraz a la de San Telmo en 444 horas

Susana Díaz culmina su reinstalación en Andalucía, tras su derrota en las primarias, con la toma de posesión de un Gobierno «que debe llevar la recuperación a la calle»

10 jun 2017 / 08:39 h - Actualizado: 10 jun 2017 / 18:29 h.
  • Fotografía de familia del nuevo Gobierno de Andalucía, que ayer tomó posesión en el Palacio de San Telmo. / Manuel Gómez
    Fotografía de familia del nuevo Gobierno de Andalucía, que ayer tomó posesión en el Palacio de San Telmo. / Manuel Gómez
  • Benito, Gaya, Aguilar, Carnero, Vázquez y Haro. / M. Gómez
    Benito, Gaya, Aguilar, Carnero, Vázquez y Haro. / M. Gómez
  • Alonso, Ortiz, Maldonado y De la Calle. / Manuel Gómez
    Alonso, Ortiz, Maldonado y De la Calle. / Manuel Gómez

Chaqueta en el brazo, camisa remangada, móvil en la mano. Máximo Díaz-Cano, secretario general de Presidencia de la Junta y uno de los estrategas políticos de Susana Díaz, observaba ayer en solitario, en la distancia, el confuso y bullicioso corrillo de periodistas, consejeros, exconsejeros, altos cargos, amigos y familiares que se amontonaban junto al estrado en el que minutos antes las nuevas caras del Gobierno andaluz habían tomado posesión de su cargo en el palacio de San Telmo.

Unas 444 horas habían pasado entre la fotografía de Susana Díaz derrotada en Ferraz y la instantánea presidiendo su nuevo Ejecutivo. Los 19 días más complicados en la carrera política de la dirigente socialista daban al fin a Díaz Cano una tregua, que le permitía algo de calma después de la vorágine política que se precipitó el 21 de mayo y llegaba ya al 40.

La presidenta de la Junta está afónica, tose. Su garganta arrastra intervenciones ante los suyos, discursos en el Parlamento, declaraciones a la prensa y horas de conversaciones con el objetivo de resetearse, de liquidar al susanismo y tratar de relanzar una trayectoria que por vez primera tenía el hiato de una derrota. El acto de ayer sirvió de final y principio de capítulo, lo dijo la propia Díaz en su intervención. Ahora tiene por delante un periodo de tiempo en el que va a tener que priorizar su perfil de gestora por encima de todas las cosas.

«Hoy iniciamos una etapa distinta en la que Andalucía tiene que aprovechar al máximo la recuperación económica, primero porque es nuestra obligación y responsabilidad, y sobre todo porque hay miles de ciudadanos que lo necesitan y lo merecen», dijo la presidenta de la Junta, después de que sus nuevos consejeros prometieran su cargo.

Empleo, «se va a crear mucho», y recuperación de derechos, «de una manera distinta de lo que lo hace la derecha», son las dos líneas en las que con más fuerza va a trabajar el nuevo gobierno de Díaz. «Quiero más oportunidades para los jóvenes, vamos a dar un fuerte impulso a la Formación Profesional y al sistema sanitario. La gente va a recuperar calidad de vida». En esta línea, la presidenta confirmó que el próximo martes se sentará con sindicatos y empresarios en la Mesa por la Calidad del Empleo.

Fueron dos años en los que la presidenta ejerció de presidenta y pareció ser consejera de todas las consejerías, ahora busca un trabajo más coral. «Yo siempre trabajo en equipo y confío en mi equipo. Aprendo mucho. Un buen dirigente tiene que rodearse de los mejores para dar el mejor gobierno a la gente», dijo por la mañana en una entrevista en Canal Sur, desmintiendo ese aparente afán por hacerse cargo de todo y una aparente dificultad para trabajar en grupo.

Antes de dar la bienvenida a las novedades, se despidió con cariño de los que dejan el Consejo de Gobierno, ha sido «un grandísimo equipo que ha tenido que soportar los últimos coletazos de la crisis», les reconoció. Tuvo palabras individualizadas para cada uno: José Sánchez Maldonado, Aquilino Alonso, Adelaida de la Calle, Emilio de Llera y Carmen Ortiz.

De la Calle, vestida de negro, y Sánchez Maldonado fueron los consejeros más risueños entre los que dejan su cargo, podría decirse que hasta desprendían cierto alivio. No era así el gesto de Aquilino Alonso, exconsejero de Salud, quien trató de hacer esfuerzos por sacar la sonrisa de paseo, pero le costó. Recibió abrazos muy afectuosos del equipo de asesores de Presidencia y sumó cierto consuelo del consejero de Fomento y Vivienda, Felipe López, cuando se apartó unos metros del jaleo.

Sánchez Maldonado tiene intención de seguir en el Parlamento autonómico manteniendo su condición de diputado por el PSOE-A y compatibilizarlo con su carrera en la Universidad como doctor de Economía. De la Calle, que no milita en el PSOE, dejará el Parlamento y volverá a la Universidad de Málaga.

Uno de los asuntos que más jaleo político ha generado en los últimos días ha sido la propuesta de Díaz a Diego Valderas para que ocupara el cargo de Comisionado de Memoria Histórica y Democrática. En el debate de miércoles ya dejó claro que, aunque insiste en su idea de crear ese cargo: «No he hablado más con él, me parece un político excelente. Cuando alguien vale da igual en qué partido milita. Habrá comisionado, pero no voy a entrar ya en más debates nominalistas», dijo en Canal Sur.

También abordó durante la entrevista asuntos orgánicos del PSOE después de su derrota en las primarias y volvió a mostrarse tan conciliadora como lo ha hecho en los últimos días: «No he vuelto a hablar con Pedro. A mí todo me va a parecer bien. Va a tener libertad. Voy a respetar el equipo que haga. No tengo por qué tener noticias».