«Es difícil no ser machista en algunos momentos, y nosotros también lo sufrimos, porque ponte tú un color rosa». «O sé algo más sentimental». Son las opiniones de Curro y Joaquín, de 16 años, y acaban de salir de una clase de su instituto (el IES Hipatia de Mairena del Aljarafe) donde la cosa no va de aprender sino más bien de desaprender mitos del amor romántico y conductas machistas que marcan las relaciones sentimentales entre los jóvenes y que dominan las series, las películas, los libros o los juegos entre los que se mueven los adolescentes. «El problema es que reciben mensajes contradictorios», admiten Lola Martín y Reyes Paniza, las técnicas del centro de información de la mujer encargadas de una conferencia que busca hacer de los alumnos de Primero de Bachillerato de este instituto «mediadores» para que, a su vez, ellos desmonten esos mitos a sus compañeros de ESO y el resto de Bachilleratos.
Y es que muchos de ellos reconocen en su entorno algunas de las situaciones que se plantean durante la charla, como el control de los movimientos físicos y virtuales en las redes sociales. Curro admite haber escuchado a amigas suyas contándole que su novio las agobia e incluso «violaciones ya resueltas y en proceso judicial pero que dejan a la chica marcada». Laura tiene una amiga cuyo novio «es bastante controlador, no le deja fumar si no es con él, no le deja hablar con otros chicos. Lleva dos años y yo he hablado con ella pero ella lo ve normal, no lo ve tan grave, asume ese papel».
Que en una relación de pareja es «absolutamente necesario que cada uno tenga su tiempo y espacio», que «hacer sufrir a tu pareja queriendo no es amor» o que si creemos en lo de la media naranja «el peligro está en pensar que me falta un cacho y me paso la vida buscando la otra mitad y cuando la encuentro cedo en todo para que no se vaya» son algunos de los mensajes que salen durante la conferencia, utilizando los juegos de la app Detectamor para marcar qué es amor y qué no lo es o los mitos más habituales. Pero también salen el «guantazo» del protagonista de Tres metros sobre el cielo a la chica, que pese a ello sale corriendo tras él, o el deseo de la protagonista de Crepúsculo de morir para poder estar con su amado. Y es que algunos chicos se quejan de que por no ir de chulitos o demostrar más sensibilidad acaban de «pagafantas» y las chicas solo los quieren como amigos. Y surgen dudas cuando se habla de «si serías capaz de todo por amor» o los celos injustificados porque, dice Luis, «lo que para uno puede estar justificado para mí no». «Todos podemos sentir una pelusilla si tu pareja habla con su ex, pero puedes acercarte, preguntarle, reconocer esa pelusa y cuando te diga que ahora está contigo ya está o pretender prohibirle que hable con nadie», explica Lola Martín.
Curro, Joaquín o Laura demuestran una sorprendente madurez al apuntar que todo pasa por un cambio social y cultural para «prevenir el machismo» y también al admitir que no se resuelve con una charla, enmarcada en la campaña del IAM El amor no se mide que llegará a 400 alumnos. Probablemente no pero escucharles da esperanza.