Un día después de que el PSOE valenciano reivindicase a la Comunidad Valenciana como un “sujeto político singular”, en un giro nacionalista más cercano a las posiciones de Compromis, la secretaria regional andaluza Susana Díaz recordó que los socialistas “nunca fuimos nacionalistas” y que en su ADN está el “poner a la gente por encima de los territorios”. En pleno debate sobre el modelo territorial, la dirigente andaluz se desmarca de la propuesta del valenciano Ximo Puig, uno de sus grandes valedores en el proceso de primarias en el que la sevillana salió derrotada.
La secretaria regional electa abrió el XIII Congreso del PSOE-A arropada por los grandes rostros de los últimos 40 años de socialismo andaluz. Los expresidentes de la Junta José Rodríguez de la Borbolla, Manuel Chaves, José Antonio Griñán y el ex vicesecretario general y ex presidente del Gobierno, Alfonso Guerra, estuvieron en primera fila del salón de actos en el que se celebra el cónclave socialista y fueron aclamados por las 1.500 personas entre delegados e invitados que acudieron a la cita. El PSOE-A vuelve a dar espacio a los expresidentes después de una etapa en la que su procesamiento en el caso ERE les apartara de los grandes actos del partido. “Si algo nos caracteriza es que estamos orgullosos de los que hemos sido. Ojalá algún día pueda estar ahí sentada y estar en el corazón de la militancia como lo estáis vosotros”, dijo en un momento de su discurso Díaz, que reconoció sentirse heredera del legado de líderes pretéritos.
Hubo también palabras para Alfonso Guerra. El PSOE-A se ha ocupado de darle cariño al histórico dirigente en un momento en el que la dirección nacional ha dado cierto esquinazo al sevillano apartándole de la presidencia ejecutiva de la fundación Pablo Iglesias. “Recuerdo que Alfonso me decía que no era importante el cargo que uno ocupe, sino el lugar que uno ocupe en el corazón de los militantes”, dijo Díaz en su intervención, en un cierto tono de reproche a la decisión de Sánchez de apartar a Guerra.
Uno de los puntos centrales de su discurso fue el dedicado a la igualdad. El hotel en el que se celebra el Congreso está empapelado de grandes banderolas con esa palabra. “Autonomía, dignidad e igualdad”, dijo la secretaria regional como claves para definir al PSOE-A. Sobre el modelo territorial volvió a insistir en esa palabra “igualdad”, “no queremos que nos den nada, sólo lo que es justo. Andalucía, cuando levanta la bandera de la igualdad, defiende la igualdad de todos los españoles. No voy a mendigar nada, quiero que nos den lo que es de recibo”. En este sentido, dibujó la relación entre el PSOE estatal y el andaluz, “siempre hemos ido de la mano”.
Fue un debate muy centrado en su gestión como presidenta de la Junta de Andalucía, y poco contenido orgánico. Aquí no marcó diferencias pues se vanaglorió de defender a Andalucía en la misma línea como presidenta de la Junta y secretaria regional, “no somos una sucursal, como hacen otros partidos”. A nivel orgánico sí tuvo algunas pinceladas para distanciarse de Pedro Sánchez. “Algunos me dicen que cómo podemos desbancar a la derecha, y yo les respondo que la única manera es ganando elecciones. Así es como se deja a la derecha a la oposición”, recordó al repasar su victoria electoral en las elecciones autonómicas de 2015. Aseguró presentarse ante el Congreso con los deberes hechos: “prometí un partido unido y que volvería a ganar elecciones y lo hemos conseguido”, remarcó.
En ese recordatorio a su triunfo electoral, Susana Díaz remarcó los veinte puntos de ventaja sobre Podemos, “aquellos que no se quieren casar con nosotros ni yo pienso hacerlo con ellos”, aseguró. En la relación con Podemos está otra de las fosas que separa a la andaluza y a Pedro Sánchez. “Usa la política de proclamas, cotizan en el mercado de la pureza ideológica. Nosotros queremos solucionar los problemas de la gente. No tenemos acciones populistas”, afirmó.