«Díaz tiene el liderazgo que necesita el PSOE, sabe conectar con la gente»

Entrevista a Rafael Escuredo, expresidente de la Junta. Miembro de esa camarilla de sevillanos que en otro momento difícil fueron claves para la refundación de las siglas, hoy día defiende la idoneidad de que sea otra hispalense la que tome las riendas de un partido que necesita «respeto»

02 may 2017 / 21:55 h - Actualizado: 02 may 2017 / 22:01 h.
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  • Rafael Escuredo y Susana Díaz, el día de la toma de posesión de ella tras ganar las elecciones andaluzas de 2015. / Raúl Caro (Efe)
    Rafael Escuredo y Susana Díaz, el día de la toma de posesión de ella tras ganar las elecciones andaluzas de 2015. / Raúl Caro (Efe)

Hablar de Rafael Escuredo es hacerlo de unas de las voces más autorizadas del socialismo andaluz, con no pocos trienios al servicio del histórico partido de la rosa. El que fuera primer presidente electo de la Junta de Andalucía (1979-1984), es hoy día vocal del Consejo Consultivo de Andalucía y militante volcado con la causa de Susana Díaz, a la que por una indisposición no pudo acompañar el día que la trianera presentó su candidatura en Madrid: «Tenía 38 y medio de fiebre, en la cama, incluso la llamé por teléfono. Me dijo que sabía que yo la apoyaría».

—¿Por qué cree en Díaz?

—La defiendo por varias razones, la primera porque a mi juicio es la única candidata que puede asegurarnos a los socialistas la integración de las diferentes sensibilidades que hay en el partido y que siempre hubo, ella no ha dicho nada hiriente a los otros candidatos. La segunda porque ha demostrado con hechos en Andalucía que lucha por defender el Estado del Bienestar. También por otras razones, como que por encima de declaraciones altisonantes ha tendido puentes y me consta que propondrá un pacto político de alcance, constituyente, que resuelva en clave federal el conflicto de las nacionalidades.

—Habla de ella en clave de gobierno del país.

—Creo que ha llegado el momento de que el PSOE tenga a una mujer al frente. No solo de eso, sino de lo que venga, para lo que está preparada. Ella representa la fuerza y la convicción en el ideario socialista, y ha sabido, en momentos muy difíciles, ganar unas elecciones. Otros, con buena fe, lo han intentado, pero si pierden dos veces y la segunda con peor resultado que la primera es que es algo falla. A mi juicio, eso que falla se llama liderazgo. Además ha entendido que el socialismo alcanza su expresión cuando resulta útil para la ciudadanía. Para mí, y para cualquier socialista, la ideología es importante, pero no debe estar por encima de políticas que hacen que la gente viva mejor. No hay que parecerse a nadie, tenemos que ser nosotros mismos: progresistas, integradores y al servicio de la sociedad.

—Con esa apelación a hacer menos ruido y dar más resultados, se refiere a la moción de censura que ha lanzado Podemos.

—Están en el postureo. Y lo que anuncia son nuevos fracasos. Candidatos nuestros parecían moverse en este postureo, ya hemos tenido bastante. El izquierdismo es el refugio de los perdedores.

—Pero el PSOE sigue defendiendo que es un partido de izquierdas.

—Me refiero al izquierdismo como postura radical. Una cosa es como Susana, que es una mujer de izquierdas, una socialista tiene que ser de izquierdas, y otra cosa es el izquierdismo, cuando uno pierde hace la fuga hacia delante y tira a posiciones radicales que no resuelven problemas. Susana empatiza con la gente y defiende con firmeza el Estado del Bienestar, que para mí, es el camino hacia el éxito.

—Tal día como ayer, del año 1879, se fundó el PSOE. 138 años después, el partido está ahora hecho unos zorros.

—La verdad es que el PSOE, a lo largo de su historia, ha sufrido momentos difíciles, cuando no dramáticos. La experiencia del partido es un patrimonio para que en estos momentos, que también son difíciles, levantemos la cabeza, nos pongamos en pie y empecemos a caminar. En una línea de integración y empatizando con la gente. Hay que poner encima de la mesa políticas que sirvan al bienestar.

—Conoce bien la trayectoria de Díaz. ¿Qué impresiones tuvo de ella desde el principio?

—Ha crecido exponencialmente. Yo siempre digo que inicialmente tuve una mirada crítica, porque su trayectoria solo era de partido. Echaba de menos una mirada más hacia la sociedad, pero en un periodo corto de tiempo ha sabido a la perfección conectar con la gente. Ella entiende que Andalucía está incluso por encima del partido, y eso acredita su liderazgo, y hoy día es el referente más claro del socialismo español.

—¿Cuál es la receta para sanar las heridas de un partido abierto en canal?

—Pasa por el respeto por todo aquel que mira las cosas de una forma diferente. Eso siempre ha existido en el PSOE, pero es que uno se asoma a las redes sociales y hay gente recién llegada al partido que hace comentarios hirientes. Eso no es bueno. Susana ha respetado a los dos canditatos, ella en el partido no tiene enemigos, sino adversarios en el proceso de primarias. Al día siguiente, yo creo que va a ganar, dejarán de serlo y empezará a coser los rotos como ha dicho, y tratará de integrar a todos en este proyecto de recuperación del PSOE.

—Abundando en el asunto de la división, las redes sociales han lastimado demasiado a las siglas, ¿no cree?

—Sí, totalmente. A mí me dolió un comentario de gente que no lleva ni dos meses en el partido, hablando de que la presentación de la candidatura de Susana era un cónclave de viejas glorias e históricos. Y sí, eran históricos, porque han hecho historia en el partido y en España. Se dedican a decir cosas que no son las más apropiados. Hay que estar por encima y no entrar al trapo. Estos recién llegados tienen que informarse y tener más respeto por muchos de los que hemos luchado por este partido.

—Dirigió la Junta y conoce el cargo. ¿Es compatible con el de la secretaría general?

—Es totalmente compatible, por una sencilla razón: su capacidad de trabajo es muy alta. Estoy convencido de que algunos han utilizado ese argumento en su contra. Ella no tiene la culpa de que ellos no ganen elecciones. Eso depende mucho de la capacidad de trabajo, que la tiene, y de los equipos que forme.