Los plomizos nubarrones que se cernían sobre la investidura de Susana Díaz como Presidenta de la Junta de Andalucía aparentan dar un respiro y dejan ver algo de claridad. La renuncia de José Antonio Griñán a todos sus cargos y la más que posible retirada de Manuel Chaves al término de la legislatura en Madrid (fuentes socialistas ya afirman a El País que así lo ha comunicado Chaves al federal) abren un candado que parecía cerrado a cal y canto hasta hace unos pocos días. Pese a ello, todavía está por ver los tiempos en que se produce el adiós definitivo de Chaves y si a los partidos de los que depende la investidura en Andalucía les bastará con la promesa de que no volverá a formar parte de una lista electoral allá por noviembre o pedirán su marcha antes. Lo que sí parece seguro es que el expresidente tiene decidido poner fin a su ciclo en la política aunque el Tribunal Supremo le exonere de cualquier responsabilidad en el caso ERE. Sin demasiado protagonismo mediático desde que se celebraran las elecciones el pasado 22 de marzo, la líder socialista apareció anoche en Sanlúcar de Barrameda para dar un vaticinio esclarecedor: “Seré presidenta muy pronto”, aseguró, curiosamente en el municipio en el que el PSOE gobierna gracias al apoyo de Ciudadanos. La marcha de Griñán y la esperada de Chaves ha vuelto a rellenar uno de los grandes socavones que se habían abierto entre la formación de Albert Rivera y los socialistas de cara a un apoyo a la investidura de Susana Díaz. Solventado este requisito, parece que la formación naranja podría dar el sí a la investidura. En todo caso, será un cheque que sólo servirá para permitir la formación de gobierno, puesto que Ciudadanos ya ha desechado en multitud de oportunidades la opción de entrar a formar gobierno con el PSOE. A apenas un mes de las elecciones municipales y autonómicas, el partido de Rivera no está dispuesto a hipotecar su discurso de regeneración y cambio a costa de cazar dos o tres consejerías en Andalucía. La entente cordial parece haber abierto entre socialistas y el partido naranja ya fue alertada ayer por el coordinador regional de IU, Antonio Maíllo, que pidió “luz y taquígrafos” en el acercamiento entre estas dos formaciones de cara a desatascar la investidura de Díaz.
La líder socialista, si el apoyo con Ciudadanos no se fragua, aún confía en que el PP-A termine por aflojar las cuerdas y le permita formar gobierno, aunque apure los plazos legales. Díaz considera que la estrategia de los populares se decantará por dejarla gobernar antes que arriesgarse a unas nuevas elecciones, que podrían agudizar el descalabro del PP después de casos como el de Rodrigo Rato. Más complicado parece el apoyo de Podemos. Aun consiguiendo la marcha de Griñán y Chaves, el partido de Teresa Rodríguez todavía tiene dos exigencias más para los socialistas, que después de la primera reunión de los equipos negociadores quedaron muy lejos de ser aceptadas por el PSOE.
Con todo este panorama, el presidente del Parlamento Juan Pablo Durán iniciará el próximo lunes la ronda de contactos con los partidos políticos para proponer al candidato para la investidura. PSOE y PP pasarán por su despacho ese día y al siguiente le tocará el turno a Podemos, Ciudadanos e IU. El mediodía del martes anunciará que Susana Díaz será la candidata propuesta y a partir de ahí se buscará fecha para la primera sesión de investidura, que podría celebrarse el día 4 de mayo.