Moreno promete un gobierno de cambio y critica a quienes intentan «desestabilizar»

El candidato a la Presidencia explica las líneas maestras de Gobierno y solicita el apoyo al resto de los grupos, en especial a Ciudadanos y Vox

15 ene 2019 / 12:25 h - Actualizado: 15 ene 2019 / 14:40 h.
"Formación del Gobierno andaluz"
  • Moreno promete un gobierno de cambio y critica a quienes intentan «desestabilizar»

Sevilla, 15 ene (EFE).- El candidato del PP a presidir la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, ha tendido hoy la mano a la socialista Susana Díaz, y ha agradecido su labor y la de su gobierno porque "más allá de los aciertos y los errores" está convencido de que se realizó "con las mejores intenciones".

En el tramo final de su discurso de investidura, Moreno se ha dirigido a la bancada socialista, especialmente a Díaz, "más allá de las diferencias políticas" y de las críticas que él le haya hecho como líder de la oposición.

"Como candidato a la Presidencia de la Junta considero justo y necesario agradecer y reconocer su labor y la de su gobierno", ha dicho Moreno, quien ha añadido: "Mi puerta siempre estará abierta".

El dirigente del PP también se ha ofrecido al diálogo con todos los partidos, pero especialmente lo ha hecho con el PSOE "el grupo político que previsiblemente abandonará el Gobierno en los próximos días", ya que ha asegurado que pretende gobernar para todos los andaluces "sin distinción de ideología".

Previamente, en el inicio de su discurso, Moreno había criticado que se intente "fomentar la crispación y la división social", algo que considera "una grave irresponsabilidad" y "en contra de los principios de concordia" garantizados en la Constitución.

En un Parlamento en cuyas puertas se concentran hoy diferentes manifestaciones que han sido apoyadas por PSOE y Adelante Andalucía, Moreno se dirigió también a la bancada socialista para decirles que esperaba "el mismo respeto institucional" que su grupo y él le han "dispensado durante todos estos años".

Ha pedido "que nadie se lleve a engaño" porque "quienes han mandado este nuevo tiempo han sido los andaluces" y ha defendido que la comunidad "no puede ser moneda de cambio para nada", por lo que ha reclamado "altura de miras".

Juan Manuel Moreno Bonilla será el séptimo presidente de la Junta de Andalucía y el primero no socialista de los cuarenta años de vigencia de la autonomía andaluza, en la que abrirá un tiempo nuevo. El presidente del PP-A y candidato a la Presidencia de la Junta, Juanma Moreno, ha prometido un gobierno de cambio en la Comunidad y ha criticado a quienes intentan "desestabilizar" el nuevo gobierno antes incluso de que se conforme, "fomentando la crispación y la división social", en relación a la concentración feminista convocada a las puertas del Parlamento, a la que se han sumado dirigentes de PSOE-A y Adelante Andalucía.

Durante su discurso en la primera sesión del debate de investidura que se celebrará este martes y miércoles ante el Pleno de la Cámara andaluza, Moreno ha advertido de que fomentar la crispación y la división social, "aparte de una grave irresponsabilidad va en contra de los principios de libertad y concordia consagrados en la Constitución".

El dirigente 'popular', que ha considerado "natural" que haya resistencia en todo proceso de cambio, ha destacado que, en este caso, "es la que de aquellos que temen perder la posición cómoda que han ostentado durante casi cuatro décadas, incapaces de concitar una mayoría alternativa a la que me propongo liderar".

Asimismo, Moreno ha dicho que esperaba de aquellos grupos a los que durante esta legislatura les toca estar en la oposición, "si no cortesía, al menos el respeto institucional, el mismo que mi grupo y yo les hemos dispensado estos años".

El prestigioso jurista Plácido Fernández Viagas (Tánger, 1924-Madrid, 1982) fue el primer presidente de la Junta, durante la etapa preautonómica de 1978 a 1979, en la que impulsó la conversión de una inicial mancomunidad de diputaciones en una administración autonómica con las máximas competencias.

Moreno promete un gobierno de cambio y critica a quienes intentan «desestabilizar»

Para ello fue crucial la movilización del 4 de diciembre de 1977, en la que un millón y medio de andaluces exigieron en las calles una autonomía plena, en igualdad con las nacionalidades históricas, un anhelo que Fernández Viagas cristalizó en el Pacto de Antequera, firmado un año más tarde por casi todos los partidos andaluces, incluidos algunos extraparlamentarios, que apostaron por una Junta de Andalucía con máximas competencias.

El socialista Rafael Escuredo (Sevilla, 1944) pilotó este proceso, tras las elecciones generales de 1979, a través del exigente artículo 151 de la Constitución, que requería el apoyo de la práctica totalidad de diputaciones y municipios, así como el respaldo en referéndum de más del cincuenta por ciento de los electores censados, que no votantes, y en las ocho provincias andaluzas.

El referéndum del 28 de febrero de 1980 superó estos requisitos en todas las provincias a pesar de la oposición del Gobierno central de UCD, excepto en Jaén, donde un recurso judicial ganó finalmente la votación y en Almería, donde los síes no alcanzaron por poco el 50 por ciento del censo electoral.

La peliaguda situación se desbloqueó con un acuerdo suscrito en 1981 en las Cortes Generales por los principales partidos, que reformó la ley orgánica de Referéndum para considerar válida la votación en una provincia si así lo apoyan los senadores y diputados de la circunscripción, y aplicar este cambio en el caso de Almería.

Escuredo presidió la Junta con plenas competencias durante seis años, hasta 1984, cuando dimitió tras sus diferencias con el Gobierno central socialista, en especial sobre la implantación de una reforma agraria, y poco después de que se filtrasen a la prensa unas irregularidades en la construcción de su vivienda.

José Rodríguez de la Borbolla (Sevilla, 1947), vicepresidente del Gobierno andaluz y secretario general del PSOE de Andalucía, sustituyó a Escuredo y presidió la Junta hasta 1990, siete años de mandato en los que la administración andaluza creció de forma exponencial y acumuló casi todas las competencias transferible.

De nuevo fueron las desavenencias internas socialistas, esta vez entre el creciente sector borbollista y el entonces todopoderoso guerrismo, el que motivó el relevo de un presidente y su sustitución por un dirigente socialista de consenso.

Manuel Chaves (Ceuta, 1945) fue el elegido y se convirtió en el cuarto presidente, y el más longevo de la Junta, pues se mantuvo veinte años, siempre con mandatos por mayoría absoluta, salvo en 1994, cuando afrontó un gobierno en minoría, con la oposición del PP y de IU, que solo duró un año y ocho meses, y en 1996, cuando tuvo que gobernar con el Partido Andalucista.

Chaves dimitió en 2009 para volver al Gobierno central, en el que había sido ministro de Trabajo con Felipe González, esta vez como vicepresidente tercero y ministro de Política Territorial del Ejecutivo de Rodríguez Zapatero.

José Antonio Griñán (Madrid, 1946) fue el quinto presidente, donde antes había sido consejero en varias ocasiones y vicepresidente, y encabezó el Gobierno andaluz hasta 2013, tras un año de coalición con IU y después de renunciar a la reelección, una vez que estallaron las denuncias de ilegalidades en el manejo de millonarias ayudas para prejubilaciones y empresas en crisis, por las que se ha tenido que sentar en el banquillo, junto a su antecesor, Manuel Chaves.

Susana Díaz (Sevilla, 1974), sexta dirigente socialista en ocupar la Presidencia de la Junta, sustituyó a Griñán tras ser aclamada candidata para las elecciones de 2013, sin necesidad de celebrar primarias.

Ha gobernado hasta hoy, gracias a un pacto de investidura con Ciudadanos, partido que no solo no la ha respaldado tras las últimas elecciones autonómicas, que ella decidió adelantar, sino que ahora apoyará al candidato del PP Juanma Moreno para que sea el séptimo presidente de la Junta y el primero no socialista, para un tiempo nuevo en la política andaluza.