Ante la paralización de las reválidas de Secundaria, previstas en la Lomce, el Gobierno central tiene que regular la fórmula por la que los alumnos obtienen el título de ESO y el borrador del decreto que maneja el Ejecutivo prevé que puedan titularse con hasta dos asignaturas suspensas siempre que no sean simultáneamente Lengua y Literatura y Matemáticas. En la práctica, se trata de mantener algo que ya permitía la anterior ley educativa y que se ha estado aplicando hasta el curso pasado. De hecho, según los últimos datos publicados por el Ministerio de Educación y la Junta de Andalucía –correspondientes al curso 2014-15–, un 16,2 por ciento de los alumnos que terminaron cuarto de ESO ese curso lograron el título con materias no aprobadas (13.459 estudiantes en la comunidad y 3.089 en Sevilla). El porcentaje medio estatal es incluso ligeramente superior, 17,1 por ciento (67.938 alumnos).
Las estadísticas no ofrecen datos sobre cuántas asignaturas y cuáles tenían suspensas esos alumnos pero la Consejería de Educación sí ofrece datos del porcentaje de alumnos por cursos que aprueba las materias obligatorias y en 4º de ESO aprueba Lengua y Literatura el 81,3 por ciento de los estudiantes y Matemáticas el 75,93 por ciento. Curiosamente, son las materias que tienen un menor índice de aprobado que supera el 83 por ciento en Ciencias Sociales e Inglés, el 84 por ciento en Tecnología y Física o Química e incluso llega al 90 por ciento en Biología y Geología.
La ley educativa aplicada hasta ahora también fijaba el límite en dos y excepcionalmente en tres pero no señalaba excepciones como pretende ahora el Gobierno con Lengua y Matemáticas. Eso sí, dejaba claro que la decisión de que un alumno con materias suspensas obtuviera el título quedaba en manos del equipo docente. Es decir, si éste consideraba que pese a no tener más de dos cates el alumno debía repetir, podía hacerlo. El borrador del decreto que maneja ahora el Ministerio de Educación no otorga ningún papel decisorio al equipo docente sino que, tal como está redactado, la promoción sería automática al cumplir los requisitos fijados, en este caso, dos suspensos como máximo y que no sean Lengua y Matemáticas a la vez.
Este es uno de los factores que para el presidente provincial de la Asociación de Directores de Institutos de Andalucía (Adian), Pedro Arias, se debería revisar en la nueva regulación porque considera «mucho más razonable» que sea el equipo docente el que decida según la valoración del estudiante ya que «son los que conocen al alumnado» y su trayectoria.
Arias reconoce que la práctica de estos años en los que, desde la LOE, se podía obtener el título con suspensos, cuando al alumno le quedaba sólo una asignatura pendiente ya en septiembre «prácticamente no nos lo cuestionábamos» y en general se decidía su graduación. Sin embargo, en los casos en los que el estudiante acababa cuarto de ESO con dos o tres suspensos, la decisión variaba mucho en función de la evolución que el equipo docente viera en el estudiante y también del proyecto educativo del centro. Por ejemplo, se tenía en cuenta que el alumno no hubiera abandonado ninguna materia, que no tuviera excesivas faltas de asistencia a clase no justificadas y también si en el resto de asignaturas los aprobados eran holgados o iba por los pelos en casi todas.
Arias defiende que cuando se toma una decisión «colegiada» por parte del equipo docente de un centro en el que son ocho o diez profesores los que ponen en común la evolución de un alumno en el curso y valoran si debe o no pasar o si «ha tenido un mal año» pero puede continuar su formación académica y dar más de sí, «es difícil que se equivoquen». «Nosotros hemos hecho repetir a alumnos con dos suspensos y la familia se ha enfadado muchísimo y al año siguiente nos han dado las gracias porque han visto que era lo mejor», explica Arias, director del IES Albert Einstein.
Precisamente, el presidente de la Federación Andaluza de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos (Fampa), José Manuel Nieto, se muestra muy crítico con lo que considera una nueva «chapuza» del Gobierno central para no derogar la Lomce.
La idea de que dar el título de ESO a los estudiantes con dos asignaturas suspensas, como ya permitía la LOE, es para Nieto «el mal menor» y tanto antes como ahora, «no es lo adecuado porque es reconocer el fracaso del sistema». «Se les deja pasar porque es más fácil que invertir lo suficiente en recursos de apoyo y refuerzo para recuperar a esos niños o en bajar la ratio», denuncia. Lamenta que el objetivo es que «no haya fracaso y abandono escolar» en las estadísticas pero «se baja el nivel porque no se invierte lo suficiente».
No obstante, el presidente de Fampa es partidario de que mientras no se elabora una ley educativa realmente consensuada con todos los grupos políticos y la comunidad educativa, que no esté sujeta a los vaivenes políticos, la Lomce se derogue y se mantenga la normativa anterior en vez de estar parcheando la nueva ley que «no saben cómo quitarse de encima» porque el PP la sacó sin consenso y ahora que no tiene mayoría absoluta «sus socios le obligan a hacer cambios».
Tras conocerse el borrador del decreto que maneja el Gobierno, la consejera andaluza de Educación, Adelaida de la Calle, valoró que se apueste por «aumentar las posibilidades y oportunidades para que haya una continuidad en los estudios» y abogó por dar «flexibilidad» al sistema. La excepción de no poder suspender a la vez Matemáticas y Lengua es también vista con buenos ojos por la Junta.